
#302 ESCRITORES - El secreto de la aldea y Marvin de Lídia Castro Navàs 424o1h
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Hoy, Lídia Castro Navas nos presenta 2 relatos cortos publicados en su bloc https://lidiacastronavas.com el primero El secreto de la aldea lo publico en abril de 2017 y tuvo mucho éxito entre sus lectores. El segundo, Marvin, lo publico dos años mas tarde en Noviembre de 2019. Su bloc: https://lidiacastronavas.com Musicas: - 01. Beast by Beast - Edward Karl Hanson (Epidemic) - 02. Dark Music - The Sealed Kingdom Nota: Este audio no se realiza con fines comerciales ni lucrativos. Es de difusión enteramente gratuita e intenta dar a conocer tanto a los escritores de los relatos y cuentos como a los autores de las músicas. ¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/352537 ¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/352537 3lw2r
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Bienvenidos a páginas oscuras el podcast que te sumerge en relatos de misterio y suspense que te dejarán sin aliento en cada episodio exploraremos las profundidades más sombrías de la imaginación humana desenterrando historias intrigantes emoci donantes y a veces aterradoras te fascina lo desconocido te estremece lo inexplicable entonces acompáñanos en un viaje a través de las páginas más oscuras de nuestra realidad desde crímenes sin resolver hasta encuentros sobrenaturales cada relato está diseñado para cautivar tu mente y enviar escalofríos por tu espina dorsal nos vemos en las sombras páginas oscuras descubre el suspense detrás de cada página baúl de libros presenta los relatos de páginas oscuras hoy os presentamos relatos cortos de lidia castro navas el secreto de la aldea me desperté en el bosque mi ropa estaba por completo ajada y me costó un buen rato recuperar la movilidad de mis articulaciones la humedad de la noche lo estaba cubriendo todo ya amenazaba por calar mi cuerpo entumecido pero al contrario de lo que me pudiera aparecer no sentía frío intenté ponerme en pie con mucha dificultad pero no fui capaz de alzarme mis piernas no respondían como de costumbre así que después de múltiples intentos fallidos decidí gatear la oscuridad era total en la espesura del bosque pero á pesar de eso podía ver bastante bien supongo que mi vista se había acostumbrado a la negrura pero dudaba hacia dónde dirigirme por desgracia estaba en una zona desconocida del bosque no sabía cómo había llegado hasta allí ni cuánto tiempo había transcurrido desde mi último recuerdo era mediodía mi madre me había mandado a por leña para la lumbre pero me entretuve recogiendo unas vallas tan dulces te hubiera sido un pecado dejarlas en la zarza me habrían sentado mal las vallas mi abuela siempre me advertía de lo peligroso de consumir alimentos desconocidos en el bosque con setas y otros hongos pero había comido esas bayas otras veces estaba seguro de ello así que descarté esa idea continué gateando sin rumbo me dolía la espalda una barbaridad intenté guiarme con las estrellas tal y como mi padre me había enseñado en mi niñez pero la espesura de los árboles me impedía ver bien el cielo necesitaba encontrar un claro para ubicarme y decidir mi dirección me costaba mirar hacia arriba mi cuello me resultaba ajeno tenía una sensación cada vez más extraña en ese momento otro recuerdo me golpeó como un mazo en la cabeza recordaba haber visto un resplandor a lo lejos que llegaba hasta mí a ras de suelo era una luz brille dante y dorada pero no procedía del sol que estaba en su cenit a esa hora eso me desconcertó a la par que llamó mi atención quise averiguar de dónde venía y que provocaba esa misteriosa luz pero a partir de ahí nos recordaba más seguí gateando con temor y me percaté de que mi olfato estaba muy sensible era capaz de percibir cualquier olor que antes se ignoraba la tierra mojada el rastro que unos siervos habían dejado a su paso el plumaje de un búho que dormitaba en su escondite cómo era capaz de captar todo eso entonces algo llamó mi atención un par de jabalís haciendo gala de sus hábitos nocturnos pastaban con tranquilidad otra vez había visto cochinos salvajes y sabía que podían ser peligrosos pues no dudaban en hacer frente a los humanos e incluso habían matado a los perros de un cazador de mi aldea pero en cuanto cruzaron sus miradas con la mía se fueron despavoridos eso sí que fue raro después de un largo trayecto sin rumbo algo me pareció familiar eran las zarzas donde había
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