
016_Series Páginas Oscuras - La joya de las siete estrellas 3ª Parte fd2y
Descripción de 016_Series Páginas Oscuras - La joya de las siete estrellas 3ª Parte 5r2a2g
3ª Parte.- La joya de las siete estrellas Sinopsis. Malcolm Ross, un joven abogado, recibe una llamada urgente en plena noche de Margaret Trelawny, una mujer a la que conoce y por la que siente una gran iración. Alarmado por su tono de voz, acude de inmediato a su casa, donde descubre que su padre, el renombrado egiptólogo Abel Trelawny, ha sufrido un misterioso incidente y permanece inconsciente en circunstancias inexplicables. A medida que la noche avanza, Malcolm se ve envuelto en un ambiente inquietante dentro de la mansión, rodeado de artefactos egipcios, manuscritos antiguos y una sensación creciente de peligro. Junto con Margaret y el doctor Winchester, intentan vigilar a Trelawny y entender lo que está ocurriendo, pero fuerzas desconocidas parecen acechar en la oscuridad. Al amanecer, comienzan a emerger más preguntas sobre la vida del arqueólogo y sus investigaciones, revelando conexiones intrigantes con antiguas civilizaciones y secretos enterrados en el tiempo. Mientras tanto, los acontecimientos en la casa sugieren que algo más está en juego, y la línea entre la historia y lo sobrenatural comienza a desdibujarse. Novela escrita por: Brams Stoker Sinopsis: Javier Matesanz Musica: Monsters Are Real - Dream Cave (Epidemic) ¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/352537 h366t
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
BAUL DE LIBROS PRESENTA LAS SERIES DE PÁGINAS OSCURAS Hoy presentamos la adaptación de LA JOYA DE LAS SIETE ESTRELLAS Escrito por Bram Stoker Tercera parte 7. LA PÉRDIDA DEL VIAJERO Aquella noche transcurrió sin incidentes.
La señorita Trelawny no estaba de guardia, de modo que el doctor y yo redoblamos nuestra vigilancia.
Las enfermeras y la señora Grant también velaban, y los detectives entraban en la habitación cada 15 minutos, tal como estaba convenido.
El paciente continuó en su estado de trance.
Se le veía saludable, y su respiración que era tan regular como la de un niño.
Pero permanecía tan inmóvil, que si no hubiese sido porque respiraba, habría parecido una estatua de mármol.
El doctor Winchester y yo llevábamos puestas las mascarillas de oxígeno, y aunque a causa del calor resultaban molestas, no nos atrevimos a quitárnoslas.
Entre la medianoche y las tres de la madrugada, experimenté una vez más aquella extraña sensación a la que ya empezaba a acostumbrarme.
Pero la luz gris del amanecer que entraba por los resquicios de los postigos trajo el alivio a la casa.
Ya más tranquilo, volví a respirar libremente.
Durante la noche agucé el oído, atento a cada sonido, por leve que fuera.
Todos mis sentidos estaban alerta, y seguramente lo mismo le ocurría a los demás.
Pero con la llegada del alba, aquella inquietud cesó, y la casa entera se dedicó al descanso.
El doctor Winchester marchó a su casa cuando la hermana Doris vino a relevar a la señora Grant.
El que durante la guardia nocturna no hubiese ocurrido nada extraordinario parecía desilusionarla.
A las ocho de la mañana, la señorita Trelawney se reunió con nosotros.
Me asombró comprobar lo bien que le había sentado el sueño.
Estaba radiante como la primera vez que la vi.
Aunque la negrura de sus ojos y su pelo hacía que pareciese aún más pálida, había un leve indicio de color en sus mejillas.
El descanso era sin duda la causa de que se mostrase más tierna que la noche anterior en el cuidado de su padre, cuya frente acarició suavemente.
Yo estaba cansado después de una larga noche de vigilia, y puesto que ella se encontraba allí, me dirigía hacia mi dormitorio, parpadeando ante la luz deslumbradora.
Dormí profundamente, y después del almuerzo me disponía a ir a mi casa cuando advertí que en la puerta del vestíbulo había un hombre a quien no conocía.
El criado de servicio se llamaba Morris, y aunque antes era un sirviente más, tras la partida de la mayor parte de la servidumbre había ascendido al puesto de mayordomo interino.
El visitante hablaba en voz bastante alta, de modo que era muy fácil oír sus quejas.
El criado se mostraba respetuoso, tanto en su actitud como en sus palabras, pero se mantenía firme en el vano de la puerta, impidiendo entrar a aquel extraño.
La explicación que oí de parte de éste aclaraba muy bien la situación.
—De acuerdo, de acuerdo, pero le aseguro que necesito hablar con él.
Necesito ver urgentemente al señor Trelawney.
Es inútil que me diga que no es posible, porque debo hacerlo de todos modos.
Cada vez que me presento en esta casa me piden que regrese en otro momento.
Vine a las nueve y me dijo que aún no se había levantado y que como no se encontraba bien, no convenía despertarlo.
Volví a las doce y me dijo que todavía estaba en cama.
Le pedí entonces que me dejase ver a algún miembro de la familia, pero la señora Trelawney también dormía.
Y ahora regreso a las tres y resulta que el señor Trelawney aún no ha despertado.
¿Dónde está la señorita? Pues resulta que muy ocupada y que ha pedido que no la molesten.
Lo lamento, pero deberá molestarla.
Si me encuentro aquí es por petición especial del señor Trelawney y vengo de un lugar donde los criados tienen la costumbre de empezar diciendo que no.
La señora Trelawney está en la cama.
Llevo tres años recibiéndolas, tres años de aguardar ante numerosas puertas y tiendas de campaña y le aseguro que entrar en ellas era más difícil que entrar.
Comentarios de 016_Series Páginas Oscuras - La joya de las siete estrellas 3ª Parte 2e3k5m