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Descripción de 12 Orquesta Vs. Banda Vs. Conjunto moderno 54467
Nueva sesión del curso de apreciación musical de la EVP 5q5936
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Curso de Apreciación Musical. Orquesta contra banda y contra conjuntos modernos.
Bienvenida, bienvenido. Hoy vamos a hacer una inmersión sonora. Queremos explorar juntos cómo se organizan los sonidos en distintos tipos de, bueno, de conjuntos musicales.
Porque la música al final es eso, ¿no? Sonido organizado con una intención.
Nos vamos a centrar en tres mundos sonoros principales, los que más aparecían, destacados.
La orquesta sinfónica, la banda de música y luego, claro, el universo más reciente de los instrumentos eléctricos, electrónicos.
El objetivo es intentar entender qué define a cada uno, qué herramientas usan para expresarse y cómo todo eso, bueno, pues puede enriquecer nuestra forma de escuchar.
Empezamos a desgranarlo. A ver, empecemos por la orquesta sinfónica.
Los apuntes la describían como esa gran formación, ¿no? Heredera de siglos de música occidental.
Casi un ecosistema sonoro, con sus familias, bien claras, cuerda, viento-madera, metal, percusión.
A veces muchísimos músicos, más de 100. Es impresionante la escala.
Sí, sí, totalmente. Y una idea que volvía mucho en los textos era la del equilibrio dinámico.
No es solo que suene fuerte o flojo, es más bien cómo dialogan las secciones.
Un tema puede empezar en los violines, quizá les responden las maderas, y luego ¡boom! El tuti.
El tuti, cuando toca todo el mundo junto, ¿no? Exacto. Toda la orquesta, a menudo con mucha potencia.
Se juega muchísimo con el color, con el timbre de cada familia, los contrastes.
Piensa, por ejemplo, como un pasaje así muy suave de cuerdas con sordina.
Esa piececita que apaga un poco el sonido, ¿sabes? Sí, que lo hace como más velado, más lejano.
Justo. Pues crea esa sensación de distancia, de intimidad quizá, frente a la rotundidad de los metales cuando entran con fuerza.
Además, se notaba mucho el énfasis en cómo la orquesta nos conecta con una tradición enorme.
Hay una profundidad histórica, claro. Desde el barroco hasta compositores de hoy, que siguen escribiendo para orquesta.
Tiene como esa aura de patrimonio, de música compleja, ambiciosa, las sinfonías, los conciertos.
Y en contraste, que también se mencionaba bastante, está la banda de música.
Sea sinfónica, municipal, la del pueblo. La sonoridad es distinta.
Aquí, bueno, el corazón son los vientos y la percusión.
Las cuerdas frotadas, como los violines o los cellos, normalmente no están.
El sonido general, pues sí, se siente más directo, quizá más brillante, ¿no? Correcto. Totalmente. Y se suprañaba mucho su papel social, histórico.
La música en la calle, en las plazas, en las fiestas. Muy, muy pegada a la vida de la comunidad.
Y también, ojo, a la formación musical de base en muchos sitios.
Su repertorio, aunque es muy variado, a menudo busca un impacto más inmediato, una energía rítmica muy potente.
Es diferente al detallismo tímbrico que busca a veces la orquesta.
Entiendo.
Y es un sitio genial, la banda digo, para apreciar bien instrumentos como el clarinete o el saxofón.
Que en la orquesta clásica, bueno, el saxofón casi ni aparece. Y el clarinete tiene otro papel.
Claro.
Se trata, como se sugería, de entender su propia lógica, su estética, sin compararlas diciendo esta es mejor o peor.
Tienen su valor propio.
Vale. Y de ahí pegamos un salto importante al mundo de los instrumentos modernos.
Un giro que los textos describían como, bueno, radicalmente dependiente de la tecnología.
Guitarras eléctricas, bajos, sintetizadores, samplers, cajas de ritmos, ordenadores.
Efectivamente.
Aquí la electrónica no solo amplifica el sonido, lo genera, lo transforma.
Me gustó mucho esa observación de que una guitarra eléctrica no es solo una acústica con más volumen.
Para nada. Su sonido se modela, se esculpe, con efectos, con pedales, la distorsión famosa.
Es parte de la identidad del músico, del género.
Exacto.
Y los sintetizadores abren la puerta a crear sonidos que no existen en el mundo acústico, totalmente nuevos.
Claro, es que eso revoluciona la creación. Se destacaba mucho el papel del productor o productora musical, que se vuelve central.
Se compone directamente en el ordenador, en el software. Y la escucha, claro, también cambia.
¿En qué sentido? Pues que hay que abrir el oído a texturas sonoras que a veces son muy complejas, muy artificiales, si quieres.
A estructuras que no siempre van por la melodía y la armonía de siempre.
Se mencionaba, por ejemplo, lo del ADSR en los sintes.
El control sobre cómo empieza, cómo cae, cómo se mantiene y cómo acaba cada nota.
Ah, sí. Ataque, caída, sostenimiento, relajación.
Eso es. Te da un control sobre la forma en la que el sonido va.
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