
12-"Las crónicas de Esther" de Vicente García. Capítulo 12. Audiolibro. Distopía. Ciencia Ficción. 644p29
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Capítulo 12 A las pocas horas de caminar juntos, Alexa ya se estaba arrepintiendo de haber aceptado a Ristie y a Thomas como compañeros de viaje.
El primero no paraba de preguntar y el segundo cuestionaba cualquier decisión que tomara.
—Adelante, ve por el camino de la derecha, respondía cansada Alexa.
Yo seguiré por el de la izquierda que me parece más despejado.
—¿Por qué vas a ese domo fantasma? —Porque me da la gana.
—Tanta rudeza denota inseguridad, apuntó Ristie molesto.
—Aunque me pregunto, ¿quién le pondría ese nombre tan misterioso al lugar? —¿Domo fantasma? —No es su nombre, comenzó a decir Alexa, aunque finalmente decidió callar, pensando que de esa manera frenaría aquella retaíla de preguntas.
—¿Por qué callas? —preguntó Ristie.
Alexa decidió acelerar el paso y no volver a abrir la boca.
Se mantuvo con la mirada fija en la carretera y el mapa, siguiendo aquella ruta paralela a bosques y lagos, mientras por detrás continuaba escuchando las voces de aquellos dos improvisados compañeros de viaje que no paraban de discutir.
Aquello le hacía pensar en lo paradójica que podía llegar a ser la vida.
Justo en el momento en que más echaba de menos a Jack y Esther, el destino le había regalado aquella indeseada pareja de escuderos.
Al mediodía del tercer día, a lo lejos, alcanzaron a ver la figura de un domo inmenso, algo mayor a lo que estaban habituados.
—No me lo puedo creer, existe de verdad —dijo Thomas al verlo.
—No entiendo nada.
—¿Cómo es posible algo así? —preguntó Ristie.
Alexa continuó en silencio, aunque sus pensamientos eran muy parecidos a los de sus dos compañeros. Durante todo el camino se había estado preguntando sobre la existencia real o no de aquella estructura que ahora se asomaba en el horizonte y que generaba más preguntas de las que respondía.
—Vamos —se limitó a decir Alexa mientras reanudaba la marcha.
—Vaya, parece que la señorita no está muda —apuntó Thomas.
Conforme se iban acercando al domo, pudieron observar que la parte superior estaba destruida y como enormes grietas lo recorrían de arriba abajo, ofreciendo una apariencia decadente, como si en cualquier momento pudiera venirse abajo por completo.
La estructura de los domos Las nuevas ciudades creadas por Iris se emplazaron sobre la base de antiguas metrópolis. Con el paso de los años fueron adquiriendo toda una serie de parámetros estándar que las convirtió en estructuras muy semejantes. En el centro de ellas se situaba una megatorre alrededor de la cual se situaban edificios donde trabajaban todas aquellas personas que servían al Estado.
Muy cerca se emplazaban amplias zonas ajardinadas y diversas construcciones, también en forma de torre, en las que se ubicaban grandes centros comerciales y áreas recreativas de diversa índole. Cines, centro de videojuegos, etc. En las proximidades del anillo que conformaban esas torres, se encontraban las zonas educativas y las residencias de humanos de menor rango, edificios de dos o tres plantas de aspecto muy similar. Más allá, rodeadas también de amplias zonas ajardinadas, se hallaban las casas unifamiliares de los habitantes.
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