
Descripción de Vivo sin vivir, muriendo 4u6s30
Hoy voy a contaros un cuento, el cuento de los amores que te matan pero no mueres, quedas atrapado en un limbo absurdo, en un espacio de cielo seco sobre un mar hecho de lágrimas. Y navegas por él en la misma barca que siempre naufraga, sin valor para repararla ni arrestos para quemarla. Y así, cada nueva noche recorre tu alma el camino prohibido, que aunque se cerciora del cambio de las rosas por espinas, deja que se magulle tu cuerpo sin que las cicatrices afloren; y nadie te comprende porque el alma sufre por dentro, y sólo ahí dentro duele. Intentas en vano arrancar el dolor que te mata, pero no mueres. Vives sin vivir, muriendo; vives sin morir, muriendo. Si no quieres que te pase no hagas como hago yo, no vistas de oro a los detalles, olvídate de ese amor, da a la razón la llave. Y quiere mucho a tu alma, no la dejes sola, dale paz y calma, y no cuentes las horas que a veces el tiempo engaña, que los lutos de amor no siempre visten de negro y malva, que no se cuenta el dolor por colores ni se pintan los adioses, que los momentos se apagan rápidos como las balas. "El amor no muere mientras en ti esté prendido, pero aunque no muera te mata si no es correspondido." ¡Ay! la poesía, bella fugitiva mía. Tú eres mi consuelo. Y es que el arte se inventó para sacar a las emociones de paseo por el cuerpo. El siguiente poema lo titulé: "Vivo sin vivir, muriendo." 252z5a
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