VISIBILIDAD El Gran Reto con Luis Compés y Margarita Campos 6s2b5b

Crónicas a pie de calle, con María Jesús Romero de Ávila de Lara.
Hola, qué tal, muy buenas amigas y amigos de Informar Radio y de la televisión, que
estamos también en la tele, ¿verdad? Muchísimas gracias por escucharnos y por
vernos. Estamos aquí en un nuevo programa de Crónicas a pie de calle,
programa de entrevistas que se emite los sábados de 8 a 9 día al 104.5 y en los
podcast de Evox y Spotify. Y eso, también un saludo a los televidentes de
la televisión que nos ven. Además, hoy estamos grabando en jueves, que es el Día
de la Radio, así que enhorabuena a toda la gente que trabaja en la radio, que
contribuyen a fomentar la cultura, a difundir la verdad a nivel político, a
todos los niveles. La radio es tan importante en nuestras vidas, es
fundamental, así que felicidades a todos los que nos dedicamos un poco a
este tema. Y bueno, siempre saludando a nuestro querido David López, a nuestro
técnico, que también, felicidad de la radio, David, para ti también. Y hoy, bueno, pues
nos visita Luis Compés Rebato. Él es escritor, editor, gestor cultural,
conferenciante, librero y mucho más. Y además, bueno, nos acompaña Margarita
Campos, bienvenida también, Margarita. Ella es secretaria general de la
Asociación de Escritores de Madrid, y luego también ella forma parte de un
proyecto Visibilidad, del que vamos a hablar ahora. Así que, bienvenidos a los
dos. Gracias. Bienvenidos. Muchas gracias. Y bueno, Luis, yo en principio ya he preparado un
poco la entrevista para ti, no contaba con Margarita, pero bueno, como
habéis venido a hacer gestiones aquí a Madrid, a la Asociación de
Escritores, pues también ella hablará un poquito de ella misma, ¿verdad? Estupendo. Bueno, Luis,
madrileño de Lavapiés. Sí, sí, sí. Bueno, primero darte las gracias a Jesús y a David y a las
personas que nos escuchan y que nos ven. Eso es. Soy de un barrio, nací en un barrio
muy castizo, yo soy de Lavapiés. Olé. Ahí está. Y nada, lo viví, lo viví ese castecismo, lo
defendí y en mi primera novela hablé de ello. Ah, qué bien. Y yo, aunque es cierto que el
concepto castecismo, pues prácticamente ha desaparecido, pero mientras
estemos dando guerra y estemos vivos, los que nacimos en ese barrio. En esa época y en ese barrio.
Defenderemos el castecismo. Claro que sí, eso está muy bien. Cuéntanos algo de tu
infancia. Sí, sí te digo, tu infancia. ¿Qué recuerdo tienes? ¿Qué flash te llega? En mi caso,
muy bonita. Tuve la suerte de tener una familia muy entrañable, unos padres muy entrañables,
solo tuve un hermano y vivíamos de una forma tan sencilla. Era todo tan agradable porque se
conversaba en la calle. Yo recuerdo que cuando iba con mi madre, que ya me recogía del colegio San
Estanislao de Cosca, en la calle Santa Isabel y luego en la calle Atocha, pues durante el trayecto
del colegio a casa, mi madre se paraba 20 veces. Claro, saludando. Saludando, charlando con la gente.
Era todo muy entrañable. Yo recuerdo cuando compraba la leche en la calle de la Fe, pero
casi llegando a la iglesia de San Lorenzo, había una baquería y ahí compraba pues la leche a granel.
A granel, sí, sí. Un cuartito, un medio. Y el carbonero subía el carbón a casa. Madre mía. Y la leña. Es que eran
cosas entrañables. Era muy bonito. Cosa que ahora ya no ocurre. Es que ahora, lamentablemente, muchas
veces ni nos saludamos con las personas que viven en el mismo edificio. Es cierto. Sí, sí, sí. Y por
entonces era todo lo contrario. Era todo lo contrario. ¿Y tú, Margarita, qué tal? ¿Nacida también en Madrid? Pues yo nacida
también en Madrid en un barrio tan castizo como el suyo. Sí. Que es Chamberí. Ah, Chamberí. Que bien. O sea que nos peleamos ahí por el casticismo. Y lo mismo, era un ambiente muy, muy
agradable de pasear. Además, yo recuerdo, así como algo extraño, la primera vez que nos pusieron
un guarda urbano en medio de la calle que dirigía el tráfico. Decías tú, pues fíjate, nos dice que pasemos, que nos ponía una multa si nos
adelantábamos al paso que marcaba el hombre. Y no sé, un barrio pues de, fíjate, la calle Fuencarral o León Cortés. Fíjate, madre mía. Yo nací en casa, lo que no se hace hoy en día. No se hace, claro. Pero yo nací en mi casa. Sí, sí. Y también mi hermana nació en casa. La vi nacer allí. O sea que, una maravilla. Una maravilla. Muy bien, muy bien. Bueno, tú, Luis, ¿cómo estás?