Vinos Pret A Porter ¿Cuáles son los vinos de moda y las tendencias actuales? f2t66

Camaleón, el episodio de hoy, comienza con una historieta de las mías.

Estás escuchando Vino para Camaleones, un podcast familiar para gente que no tiene familia.

Y hoy esta historieta camaleón tiene que ver con la ropa que llevas puesta, porque la moda durante siglos había sido algo súper exclusivo, caro y reservado para gente solamente con mucha pasta. Si querías vestir bien, pues tenías que ir a un sastre y pagar una fortuna por algo hecho a medida. Pero todo eso cambió radicalmente a principios del siglo XX, cuando un tal Cristian Dior, en los años 40 y 50, decidió producir prendas elegantes en tallas estándar y, sobre todo, en cantidades mayores.

El resultado, pues, la moda accesible para que mucha gente la pudiera llevar. Había nacido el preta porter. El preta porter camaleón era el listo para llevar. Podías entrar en una tienda, elegir algo que te gustaba y llevártelo puesto al instante. Esto cambió cómo nos relacionamos con la ropa hasta el día de hoy.

Debido a esto, a este método camaleón, surgieron las colecciones. Estas que salían dos veces al año, ¿sabes? La colección primavera-verano y otoño-invierno. En cada colección se fabricaban a mansalva las prendas que los gurús de la moda, pues, pensaban que se iban a vender más ese año, ¿no? Pues, por ejemplo, si pensaban que los pantalones anchos lo petarían, pues, hacían miles y miles de ellos. Si decían, este año la falda más larga se llevará o se llevarán muchas camisetas rosas, bueno, pues, ¿qué pasaba cuando se equivocaban, que eran muchas veces? Pues, que se juntaban con miles y miles de camisetas rosas y de pantalones anchos que no se habían vendido. ¿Y cómo se los quitaban de encima? Pues, vendiéndolos a coste.

Ese fue el gran comienzo de las rebajas. Pero ahora viene lo bueno, camaleón, porque, décadas después, cuando se pensaba que en un sector tan tradicional como la moda estaba ya todo inventado, y así es como funcionaba la historia y punto, pelota, llegó alguien que entendió que este concepto estaba totalmente obsoleto y puso patas arriba todas las reglas del juego. Ese alguien fue un tal Amancio Ortega.

Fíjate qué hizo, camaleón, mientras las grandes firmas seguían encerradas en estudios diseñando colecciones que tardaban meses en llegar a las tiendas, Zara decidió hacer algo muy diferente, escuchar de verdad a sus clientes. ¿Querían vestidos cortos? Pues, venga, te los hago. ¿Quieres pantalones más estrechos? Pues, sí, te los saco, sin problema. Pero eso sí, con una gran diferencia. Zara diseñaba, producía, distribuía y vendía la ropa que producía, la nueva ropa, en tiempo récord, completaba el ciclo de venta, de producción y venta en tan solo 3 semanas, y eso sí, con una producción mínima de muy pocas unidades, y todo esto desde su sede en Artesio. Una locura para aquel momento.

Así que mientras otras marcas tenían que planificar temporadas completas a vista y luego rezar para que no pasaran de moda sus prendas, Zara ya tenía en sus tiendas lo que la gente quería llevar justo en ese momento. Es un pret-a-porter 4.0. Pues bien, gracias a este modelo revolucionario, Zara no solo redujo costes y desperdicios de producción, sino que también reinventó totalmente la manera en que consumimos moda rápidamente, de manera accesible y de calidad, y con muchísimo menos riesgo. Zara convirtió el pret-a-porter en algo todavía más flexible y dinámico. Así que sí, camaleón, Zara escuchó de verdad lo que quería la gente y revolucionó no solo una industria, sino también una manera entera de vivir y de entender la moda.

Igual que Christian Dior hizo de repente que la ropa ya no dependiera de famosas y carísimas modistas italianas y sas, Zara fue un paso más allá y sencillamente, atención, democratizó el mundo de la moda como jamás se había hecho antes, demostrando que incluso en un sector tan tradicional como el de la ropa, se pueden hacer revoluciones si eres capaz de escuchar y entender lo que de verdad le pide la gente.