La tiendita de la calle Elm Especial - Historias de suscriptores: ¿Real o imaginación? o2y41

Hola a todos y bienvenidos a otro programa especial de La Tiendita de la Calle Hill, en esta ocasión les traigo una historia de suscriptores, una que en definitiva los hará preguntarse ¿Esto ocurrió de verdad o es solo parte de la imaginación de nuestro seguidor? ¿Fue parte de la licuni? ¿Les presento? ¿Fue mi imaginación o fue realidad? Todo comenzó cuando empecé a quedarme en la casa de mi abuela, era una vieja casona a las afueras del pueblo, llena de recuerdos y una extraña sensación que siempre me ponía los nervios de punta, seguro sabes de lo que hablo Jess, esta casa era bastante vieja, bastante derruida y siendo sincero la verdad es que yo le tenía un poco de miedo, mi abuela nunca hablaba demasiado acerca de la historia de la casa, pero siendo sincero yo siempre creí que el lugar parecía como si tuviera vida propia, como si algo habitara en ella y con ella y con mis tíos, como si algo te ambulara por entre las paredes, yo sinceramente nada más podía especular cuando era pequeño, pero conforme fue avanzando el tiempo y me fui haciendo más grande empecé a descubrirlo y si, llegó un momento en el que aunque no quisiera ya lo sabía, todo fue gracias a cierto suceso que se dio y a un rumor que llegó a mí por culpa de un familiar, un rumor que comentaban tenía que ver con cierto espíritu, incluso me enteré del nombre que le habían puesto a aquella entidad que se supone yo no debería saber de ella y todo fue por culpa de mi padre, por supuesto que él se lo tomó de broma, como no era su familia la verdad es que no le daba mucha importancia y él siempre que mencionaba esas cuestiones era más como para burlarse de mi madre y de su familia que para tomarse en serio las advertencias, en un principio la verdad es que yo le hice caso a él, yo también pensaba que eran puros desvaríos, puros inventos, al menos lo intenté pasar como desvaríos hasta que mi tía me dio la primera advertencia directa, recuerdo ese día como si hubiera pasado ayer, estaba en la cocina, ya sabes esas cocinas que tenían las abuelitas al aire libre, que tenían justamente nada más una especie de repicita o un pequeño solar y que ahí tenían sus comalitos, sus anafres y demás para hacer la comida y por supuesto todo afuera para que no se fuera a encerrar el humo dentro de las viviendas, yo recuerdo que salí y quería tomar algo de café de olla que había preparado mi tita cuando de repente y sin siquiera levantar la vista mi tía se acercó y me susurró al oído casi casi pegada a mí, me dijo no hables de él en la casa, no lo nombres, se puede pegar a ti si empiezas a nombrarlo, le gusta que se den cuenta que estamos conscientes de él, la seriedad de su tono la verdad me dejó completamente helado, intenté bromear al respecto recordando lo que había dicho mi padre y también