Testigos del Crepúsculo. Ritual nro 504 (02/04/2025) Bastón de Mando parte 8/The Sound/Sun Vessel/New York Dolls 2t594s

Bienvenido a mi morada, libremente por su propia voluntad y de reparte de la felicidad que trae.

Creación consciente del extraño poder que la antigua magia y las artes sombrías despliegan sobre el espíritu.

Orden escondido en el inframundo que pervierte las reglas que rigen la realidad y que solo pueden desentrañar.

Potencia creadora de la palabra que rasga a través de la poesía el misterioso velo que la enmascara.

Ciencia oculta que revela las reglas desconocidas del universo.

Música luz bélica en la que se desploman todos los sistemas de percepción de lo uniforme.

Deseo inalcanzable de sentido que fluye entre los astros, los cometas y las noches con el tono insurrecto de su canto.

Testigos del crepúsculo.

El Cerro Uritorco está ubicado, como muchos saben, en el Valle de Punilla, ahí cerquita de Capilla del Monte, en la provincia argentina de Córdoba.

Bueno, este cerro reúne dos hechos históricos que están unidos por creencias esotéricas que nunca fueron comprobadas por la historia oficial, obviamente, pero de las que sobran pruebas, de las que sobran testimonios, que se han producido además en distintos tiempos históricos.

La primera es la de los indios blancos y barbados, los comechingones, que resistieron heroicamente el embate de la colonización española hasta que se terminaron tirando con sus mujeres y con sus hijos desde lo más alto del cerro hacia el vacío para no ser capturados y esclavizados, pero otros escaparon, sobrevivieron y relataron la historia de los maestros ascendidos, que nos hablan de las ciudades intraterrenas, del cielo surcado por luces que aparecen, que desaparecen, de las naves espaciales, del bastón de mando que tendría poderes cósmicos, historias que también relatan extrañamente los lamas del Tíbet y que proclamó el siglo pasado al profesor Alfredo Terrera como el principal comandante de este mito tan misterioso y tan atrapante.

Y bueno, ustedes saben que me gusta volar por la estratosfera, soy acuareano, que le voy a hacer, soy aire absoluto, pero ojo, ojo, que aprendí con los años a poner los pies sobre la tierra, porque después de todo, de carne somos, como decía un gran filósofo, y por eso esta noche me voy a poner un poco más terrenal para recibir a uno de mis ídolos musicales, que está reapareciendo con un nuevo álbum después de 8 años sin editar nada nuevo.

Estoy hablando del gran Billy Idol, un músico súper exitoso en los 80s, muy terrenal por cierto, con una carga erótica muy grande, amante de las motos, rebelde sin causa, que no nos va a sorprender a esta altura del partido, hace décadas que no sorprende, pero quién le puede pedir a Billy Idol que a sus 69 años nos sorprenda.

No me sorprendas más Billy, solamente haceme bailar, ayudame a descargar, a sonreír en este mar de lágrimas.