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Sobretextos con Julio Ángel Olivares. Suena el tic-tac de forma singular en la
biblioteca privada de Sobretextos. Bienvenidos y bienvenidas una noche más
a este espacio en las ondas de Uniradio Jaén. Hoy, guarecidos bajo una carpa
colorida entre el griterío de las masas, vamos a viajar al pasado, a un circo muy
especial, el de Barnum, y lo hacemos de la mano de Roberto García Álvarez. Nuestro
invitado es licenciado en Derecho y Psicología por la Universidad de Oviedo
y ha publicado en el prestigioso sello Legendaria Ediciones el estudio Barnum,
el gran showman. Él, nuestro invitado, ha publicado diversos libros, entre ellos
Edgar Allan Poe, el delirante de Baltimore, el desencanto, elogio y refutación de la
masonería, nazismo oculto, y dos volúmenes dedicados a la vida y obra de Lovecraft,
enciclopedia completa de H.P. Lovecraft, precisamente en la editorial Legendaria,
y también Lovecraft, el caminante de Providence. Bueno, es de hecho uno de los
mayores expertos en la vida y la obra de este autor. Roberto García Álvarez ha
colaborado además en diversas obras colectivas sobre literatura y cine y ha
publicado artículos en prensa y revistas especializadas. El caso es que compagina
su trabajo como profesor con el mundo audiovisual, donde precisamente ha
producido y dirigido varios cortometrajes y también trabajado en ellos.
Saludamos ya a Roberto García Álvarez. Roberto, ¿qué tal? Bienvenido, buenas
noches. Buenas noches. Bueno, enhorabuena por este trabajo
ejemplar realmente, como decíamos, publicado por Legendaria Ediciones. ¿Quién era
Barnum y por qué fue un personaje notorio y controvertido en su época? Pues
si te digo la verdad, no te sabría decir quién fue Barnum, porque él mismo no lo
sabría, a pesar de que escribió casi 20 autobiografías de sí mismo, vamos, una
autobiografía y continuamente la lleva cambiando y se contabilizan hasta 20
ediciones distintas. Entonces, ¿quién fue Barnum? Puede ser desde un pícaro y un
truán estafador, como dicen algunos, el rey de los timos, como él mismo se
autonombró, o un auténtico genio del espectáculo, del marketing, de la
psicología y de la manipulación de las masas, en buen sentido de la palabra, para
algunos, a lo mejor para otros no. En realidad, lo que hace a
Barnum tan interesante fue que es el pionero de lo que hoy llamaríamos el
espectáculo de masas, el crear un negocio del cual se puede lucrar uno
increíblemente, como consiguió él, a través de una necesidad humana tan
básica como es la diversión. Hasta entonces sí había existido evidentemente
esta idea, pero nunca se había convertido en un negocio a la misma altura y con los
mismos requisitos que cualquier otro negocio al uso, alimentación, vestido,
calzado, transporte, nunca nadie había hecho un negocio de algo parecido.
Se había hecho, había gente que vivía de esto, pero nunca a este nivel
empresarial. Entonces ese fue su peso y luego, bueno, que como persona pues estaba
metido en todos los jaleos, en todos los asuntos de aquel New York de finales del
19, no había asunto en el que él no estuviese o directamente asunto que él
no crease. Como se le ocurriese algo, pues montaba un... hacía un montaje, una serie
de engaños publicitarios de manipulación de esa prensa y conseguía, bueno, hacer de
nada una noticia y revolucionar toda Nueva York. De hecho, él mismo decía que
cuando él llegó a New York, aquello era una ciudad que, bueno, era un poco
distinta de su América original, de aquellas colonias puritanas, pero poco
más. El público de Nueva York, bueno, era muy reacio a las diversiones, a los
teatros, a los conciertos, porque todavía tenían ese miedo puritano a la diversión
y él consiguió, para cuando él falleció a finales del 19, pues que la gente de
Nueva York fuese lo que conocemos hoy. Aficionados al teatro, al cine no había,
a los conciertos, a los espectáculos, al circo, que no había ningún problema en
divertirse, que era normal y que incluso él, que era un hombre con una fe religiosa
muy profunda, decía que es que no, que no había ningún motivo para temerlo.
Que Dios nos había puesto aquí para trabajar, sí, pero también para
divertirse, que no era contrario. Entonces, yo creo que ese es uno de los
puntos más curiosos en Barnum. ¿Cómo logró