
Descripción de Sinistrum. Cap 2. Criatura 4b4h6w
CRIATURA, es un relato de terror que trata de como una familia, después de perder a su hijo, encuentra a un bebé en unas ruinas. En SINISTRUM encontrarás las mejores historias de miedo: posesiones demoniacas, misterio, fantasmas, sucesos paranormales, polstergeist, miedo, crímenes truculentos, espíritus, brujas, vampiros, cadáveres. Todo lo siniestro y terrorífico. Relatos inspirados en cuentos de Edgar Allan Poe. Todo ello se da cita en esta serie de terroríficos relatos que no te dejarán indiferente. Apaga las luces, sube el volumen de tus altavoces y disfruta...si puedes. CRIATURA Vivía con Eva en una casa de campo preciosa. Pero nos tuvimos que mudar. Eva no se sentía a gusto allí desde lo del pequeño. El psiquiatra nos aconsejó que cambiáramos de ambiente y aquí estamos, en este triste y húmedo piso, situado en un humilde barrio residencial del extrarradio. Las dificultades económicas por las que pasamos, tampoco nos permiten nada mejor. Eva tiene una depresión aguda. Está mejorando pero aún no ha superado lo de Mateo. La criatura no llegó al año. Nos dejó con 5 meses. Muerte súbita, dijeron los médicos. El no encontrar una causa; el que fuera porque sí, fue lo que creo que traumatizó a Eva. Si fuese por enfermedad, o por cualquier otro motivo, le daría un sentido a esta desgracia. Pero encontrarlo muerto en su cuna sin motivo, la hizo enloquecer. Aquí estamos los dos, mirando por la ventana como llueve sin dirigirnos la palabra, durante horas. Por lo menos ya no llora. Antes, no paraba. Se pasaba días enteros haciéndolo y me reprochaba que yo no lo hiciese... horrible. Ahora las aguas se han calmado un poco. A pesar de que el pisito es pequeño y oscuro, Eva parece sentirse cómoda en él, de hecho fue ella quien lo eligió y aunque a mí no me agrada nada, lo importante es que ella esté a gusto. Últimamente, duerme plácidamente por las noches, algo que no ocurría desde lo de Mateo y eso es un gran alivio para mí. En la otra casa me sobresaltaba cada vez que se despertaba en el medio de la noche y comenzaba a chillar. Para mí este cambio también ha supuesto un descanso. He conseguido convencer a Eva para adelantar la visita al psiquiatra. Parecía que mejoraba pero hoy me ha confesado que desde hace un tiempo escucha por las noches el llanto de un bebé. Le he dicho que a lo mejor lo soñó pero ella insiste en que está segura de que es un bebé. Eva me preocupa. Me ha despertado la pasada noche. "Escucha". "Escucha. Es un bebé. Está llorando". Pero no se escuchaba nada. "Lloraba cuando dormías. Ahora ha parado. Pero volverá. Espera un momento, ya verás". Pero no se volvió a escuchar nada. Me pidió desesperada que buscara a ese bebé que solo oía ella. Se levantó de la cama y comenzó a buscarlo dentro de nuestra habitación. Ahora está enfadada conmigo porque no le hice caso y porque intenté convencerla de que eses lamentos existían solo en su imaginación. No me habla. Se le pasará. Mañana por fin tenemos consulta con el psiquiatra. "Despierta!, despiértate!, escúchalo!" ."Escucha al bebé. ¿Lo oyes ahora?". Lo oigo, puedo oír algo detrás de la pared de la habitación, pero es el maullido de un gato, no un bebé. "No, no es un gato. Escucha bien!". Se levanta de la cama y pega el oído a la pared. "Viene del edificio de al lado." "Eso es imposible, Eva. El edificio de al lado está abandonado." Me insiste tanto, que no me queda otro remedio que acompañarla a investigar la procedencia del llanto. Nos adentramos en el edificio en ruinas. Llevo mi linterna porque todo está muy oscuro. Subimos al tercer piso y allí encuentra Eva al bebé. Lo estrecha entre sus brazos y lo acuna. No deja que me acerque a él. "Mateo. Así se llamará nuestro hijo". Está tan contenta con él. Tan ilusionada. Vuelve a ser feliz. ¿Cómo explicarle que deberíamos acudir a la policía si ni siquiera ha querido ir a la consulta del psiquiatra? Hace ya un par de meses que yo también he vuelto a ser feliz. Eva está como loca con Mateo. No se separa de él ni un segundo. Lo quiere, lo mima, juega con él. Pero a mí no me deja ni que me acerque. La otra noche le he preguntado por qué. "Mateo me ha dicho que no le gustas y que no quiere estar contigo". "¿Pero... cómo te va a decir eso Mateo? Es un bebé. Todavía no sabe hablar". "Sí que sabe". Tengo que convencerla de que vuelva al psiquiatra. Me despierto en el medio de la noche. He escuchado algo que me ha alertado. No estoy seguro pero juraría que... Es un bebé gateando. Eva duerme. Me incorporo y voy a la habitación de Mateo. Allí está él, en su cuna. ¿Me estaré volviendo loco? Eva está completamente obsesionada con Mateo. Hasta tal punto que se le olvida comer. Mantiene charlas con él como si entendiese todo lo que le dice y a veces pega su oído a su boca como si Mateo le contase algo y asiente como comprendiendo lo que le cuenta. No sé como salir de esta situación. Creo que yo también necesito ayuda. Por la noche escucho al bebé. Lo escucho como gatea y sueño que se acerca a mi cama y no entiendo porque eso me da tanto miedo. Despierto de un sueño profundo porque noto que algo no va bien. Abro los ojos. A los pies de la cama está Eva, mirándome fijamente. "¿Qué haces ahí, cariño? ¿Por qué no te acuestas?" Eva lleva un cuchillo en la mano. "Mateo me ha dicho que haga una cosa". Me doy cuenta de que estoy atado. "¿Qué estás haciendo, Eva? Desátame". "Tengo que hacer lo que me ha pedido Mateo". "¿Eva, qué dices?. "Mateo me ha pedido que te mate". Eva, suelta el cuchillo. Eva se acerca cada vez más a mí con el cuchillo en alto. "Tengo que hacerlo". "¡Tengo que hacerlo!". Eva, suelta el cuchillo , desátame. Eva, Eva, por favor. Eva desátame "No puedo desatarte". Eva, suelta el cuchillo!! . Para!!. "Luis, cállate" ¡Mateo es un muñeco! No es más que un muñeco de plástico. No existe. Nunca te he dicho nada, porque te veía tan feliz... Pero no es un niño, es un muñeco de plástico. "¿Qué has hecho Luis?" "Qué has hecho?" Yo no he hecho nada. "Luis, tú mataste a Mateo". Yo no le hice nada. ¡Nooooo! Fue un accidente. No lo maté. Lo estaba bañando y lo dejé solo un minuto. Me descuidé solo un minuto... Y se ahogó. No fui capaz de decírtelo". "Lo sé todo Luis. Él me lo ha contado". "Tengo que cumplir su último deseo para que pueda descansar en paz". Mientras Eva introduce repetidas veces el cuchillo en mi vientre, giro la cabeza y aunque semiinconsciente, puedo ver como los inertes ojos del muñeco me miran fijamente y como en su boca hay una sonrisa dibujada. 304662
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