¿Se nota? - Pr. Diego Campos - 01 de junio de 2025 201t1z

Todos conocen a Nemiás, ¿han leído alguna vez el libro de Nemiás? Hay un libro en la Biblia que escribió Nemiás y le han puesto el mismo nombre.

Nemiás fue un, cuando uno lee el libro y entra en conciencia de lo que fue, fue un líder impactante, de esos que dejan rastro muy profundo.

No solo rastro en la reconstrucción del muro, él fue encargado de reconstruir el muro de la ciudad de Jerusalén en primera instancia, algo que Dios le permitió hacer en un tiempo impensado, porque el pueblo de Israel que había sido expatriado de su tierra, después de mucho tiempo en cautividad y que se les permite volver de a varias instancias, Nemiás que vuelve como en la tercera oleada de posibilidades de volver, tarda 52 días en construir un muro de una ciudad.

Y eso no es algo que es un dato más puesto en la palabra, no es algo así que nosotros, ah, tardó 52 días, hizo algo totalmente imposible de hacer, pero que por gracia divina pudo terminar esa tremenda obra.

Entonces, en esto, a nosotros, esta historia nos marca que sin dudas la mano de Dios estaba con él, sin dudas.

Nemiás era un tipo con principios, con convicciones, era uno de los hombres de máxima confianza del monarca más poderoso de la tierra en esos tiempos.

La palabra nos dice que era el copero del rey, y para ser el copero del rey había que ser un tipo de mucha confianza, porque ¿qué es lo que pasaba? Al rey generalmente se mataban, entonces los envenenaban para que suba otro al trono y demás.

Entonces, el tipo ni agua antes de que la pruebe y antes de que él la tome, la tenía que tomar Nemiás y hacer el testeo.

Entonces era el copero, no es que le llevaba la gaseosa, sino, la gaseosa del momento, sino que tenía que probar y, ok, podés comer esto, podés tomar esto.

Entonces era alguien de absoluta confianza.

Fue un hombre que supo vencer el odio y la traición con ingenio y fe.

Nemiás era espiritual, pero a la vez era práctico y objetivo.

No flotaba en la nube del misticismo, sino que usó el poder que Dios le dio para servir y para no enriquecer y dominar.

Por eso es un gran líder.

Porque la grandeza en el reino de Dios, como está proyectado ahí atrás, se mide con la vara del servicio.

La grandeza en el reino de Dios se mide con la vara del servicio.

Eso es usar su poder, su autoridad, su riqueza personal, para enriquecer al pueblo y no para empobrecerlo.

Eso es ser un gran líder.

Y eso era este hombre.

Al igual que Daniel, como vimos hace unos domingos atrás, y tantos otros, pero el que mencionamos justo a Daniel hace un tiempito atrás, Nemiás nos regala algo invaluable, y son sus tiempos de oración.

En trece capítulos que tiene el libro de Nemiás, nueve expresiones de oraciones que él tiene ahí, relatadas.

Entonces, si en trece capítulos hay nueve instancias de esto, es más, el capítulo 1, ahora vamos a ver un poquito, es casi toda una oración de Nemiás hablando con Dios.

Nos marca algo que a lo que nosotros necesitamos prestarle atención.

Quiero que vean esto, no vamos a leer el capítulo 1, pero voy a hacer referencias a cómo él ora en todo este espacio, para que nosotros tengamos, así como vimos en el capítulo 1,