Sabías que los patos... 1f5e4g

Bienvenidos a la sección pues favorita de muchos, el sabías que, porque son datos totalmente inútiles que te van a hacer el alma en la próxima reunión, o tal vez no, tal vez simplemente alcen la ceja y digan, este güey tiene mucho tiempo libre, que se yo, pero son datos totalmente inútiles que no sabías hace cinco minutos y que por lo menos te vas a quedar así como que pensando que en algún momento de la vida lo vas a sacar. Por ejemplo, ¿sabías que el cuac de un pato no tiene eco? O por lo menos eso creíamos. Seguro has escuchado este rumor antes, el cuac, el grasnido de un pato no tiene eco, suena como uno de esos misterios de la naturaleza, como el triángulo de las bermudas, o porque nunca encuentras el otro calcetín de la lavadora, pero les quiero contar algo, lo del calcetín ya vi a dónde van, los calcetines perdidos se van al motor, hay muchos que se van ahí como que a la parte baja de las aspas y si alguien en algún momento, el técnico o lo que sea, abre la lavadora para darle mantenimiento descubrirá que hay por lo menos 1, 2, 3, hasta 5 calcetines, eso ya lo había visto y ahora saben hacia dónde van sus calcetines que no regresan.

Pero bueno, continuamos al grasnido de los patos, ¿es verdad? ¿Es posible que los patos tengan una capacidad anti eco secreta? ¿Ese es su superpoder? Vamos a desdreñar este misterio. El origen del mito. El mito del cuac sin eco surgió hace años y se popularizó tanto hacia la BBC y pues nada, la BBC le dio un auge que tuvo que hacer experimentos para desmentirlo. Se decía que por alguna extraña razón mágica de la acústica, el sonido del pato se cancelaba a sí mismo y desaparecía sin dejar rastro, como si la naturaleza hubiera decidido que los patos eran demasiado poderosos para que su eco se propagara por el mundo.

Eso por supuesto generó un misterio, pero la verdad detrás del misterio es que hay mucho menos magia en todo lo que se dice. Pero igual es interesante. Los patos de hecho sí generan eco, pero lo que pasa es que este cuac es un sonido que se desvanece de manera progresiva. Si una reverberación, pues tiene con una... no tiene una reverberación muy marcada. ¿Qué es la reverberación Isai? Pues es esta onda, es acústica, es esta onda sonora que rebota. ¿Qué tanto rebota? Es esa reverberación. Si lo que estás produciendo hace más onda que lo que está regresando, pues se pierde. Si empieza a amplificarse el de regreso es cuando empezamos a escuchar este eco y lo podemos escuchar sobre todo en los instrumentos de percuasiones. Ustedes saben, los tambores, todo eso que tenga que ver con golpeteos.

Pero bueno, eso significa que el eco está ahí. Solo es difícil distinguir porque el sonido inicial y su reflejo se mezclan demasiado rápido. Pero a ver, ¿por qué creemos que el eco no se escucha? Bueno, aquí es donde la ciencia se pone interesante. Hay varias razones por las que parece que el cuac del pato no tiene eco. El tono del grasnido es bastante uniforme, lo que significa que el eco prácticamente es idéntico al sonido original y nuestro cerebro lo confunde con el mismo sonido en lugar de percibirlo como un eco separado. Dos, el entorno suele estar... pues el entorno donde suelen estar los patos, lagos, ríos, parques abiertos, no tiene superficie óptima para reflejar el sonido claramente. Así que el eco se dispersa y se pierde antes que puedas notarlo.

Tres, los patos no suelen cuacuaraquear, en espacios cerrados porque es donde mejor se notan los ecos. Entonces ellos no suelen hacerlo en cuevas ni en estas situaciones. Entonces, si metieras a un pato en una cueva, lo cual no te recomiendo hacer porque algunos patos son del diablo y son muy agresivos, seguramente escucharás su eco perfectamente. Así que si quieres un pato mascota a lo mejor puedes, que ya está domesticado por un pato salvaje, no lo hagas, no te arriesgues, créeme en lo que te estoy diciendo. Pero bueno, así está esta onda del cuacuaraqueo patuno.

¿Crees que la gente empezó a meter patos para descubrir estas situaciones o cómo llegamos aquí? Pues nada, los experimentos científicos con patos llegan en 2003. Un grupo de investigadores de la Universidad de Salford del Reino Unido hizo un experimento para comprobarlo. Grabaron el cuacuaraqueo de un pato en un espacio con gran reverberación y sí, efectivamente tenía eco.

Lo que pasa es que el eco es tan parecido al sonido original que no lo percibimos como un rebote, el cerebro lo confunde y piensa que son dos cuacuaraqueos diferentes. Podría pensarse que es un sonido, pero no, en realidad sí hay una diferenciación de estos sonidos. En otras palabras, los patos han estado engañándonos todo este tiempo, así que es un boicot de patos vs.

Humanidad. Ahora que lo sabes, te voy a dar algunos datos extras sobre los patos que por supuesto no pediste, pero seguramente te van a encantar. Ya que estamos en este tema de los patos, mira estos extras que están chiditos. Los patos tienen recuerdos a largo plazo, ¿sí?