Ricardo Delgado, economista y presidente de la consultora Analytica @delgado_rr @AnalyticaARG @rosca_casta m543m

Y ya estoy en comunicación con Ricardo Delgado, economista y presidente de la consultora analítica.

Ricardo, buenas tardes.

Sergio Rosso te saluda aquí en Rosca y Casta.

¿Cómo estás? ¿Qué tal, Sergio? ¿Cómo te va? Bien, un placer enorme hablar con vos como siempre.

A ver, Ricardo, te queríamos consultar por algunas cuestiones que nos ayudes a entender, sobre todo a mí, a mis oyentes.

¿Qué implicancias concretas puede tener la medida famosa a esta altura de la reparación histórica de los ahorros de los argentinos para el sistema financiero y para la economía en general, según tu mirada? Bueno, primero, creo que es una medida que va en la dirección correcta para tratar de empezar a mover esos más de 200.000 millones de dólares que se estima que los argentinos tenemos fuera del sistema, en la cama de seguridad, en el colchón, en la cena de la cocina, en cuentas no declaradas en el exterior, en los casos, obviamente, de mayores inversores o mayores ahorristas, todos, de alguna manera u otra, los que han tenido capacidad de ahorro en las últimas décadas, algún dólar tiene, y eso es lo que busca el gobierno, empezar a movilizarlo.

A los fines prácticos, eso que es ahorro, digamos, el gobierno lo que ha hecho fue flexibilizar, si querés, la posibilidad de ingresar al sistema, básicamente a los bancos, también a las sociedades de bolsa, fondos que no han sido declarados, este tipo de fondos, para justamente crear nuevos depósitos, que esos nuevos depósitos creen nuevos créditos, nuevos préstamos, y de esa manera la rueda de la economía sigue funcionando.

Me parece importante que, en ese sentido, haya una modificación de los topes que tenían los bancos para una enorme cantidad de operaciones, desde las transferencias hasta los saldos a fin de mes, había una enorme cantidad de cuestiones que estaban desactualizadas, que les generaban a los bancos incluso una carga burocrática muy importante, tenían que informar a la AFIP, por ejemplo, transferencias superiores a un millón de pesos, se tenía que informar, básicamente no sé para qué, porque básicamente la AFIP no hacía nada con esa información, pero generaba toda una carga que hacía que el contribuyente o el cliente del banco, si tenía que transferir un millón doscientos mil pesos, no lo hacía por el banco, sino que lo hacía por afuera del sistema.

Ese tipo de cosas me parece que son un buen comienzo, solo un buen comienzo de una película que va a durar un tiempo prolongado.

Ricardo, para ponerle alguna figura, los detractores te dicen que esto podría facilitar el lavado de dinero y el uso de fondos de orígenes ilícitos, ¿cuál es tu mirada? Bueno, mi mirada creo que es una mirada entre ingenua e hipócrita.

Es suponer que todos los que de alguna manera en algún momento, pensemos, en las últimas décadas ¿cuántos años de esas largas décadas se pudo comprar dólares de manera oficial, legal y sin problemas? Prácticamente ninguno, prácticamente ninguno.

¿Y cuántos años de todos esos años tuvimos déficit fiscal, altísima inflación, devaluaciones, inestabilidad macroeconómica, aumento de la pobreza? Muchos.

Entonces, ¿los argentinos qué hicimos? Bueno, protegernos, de la manera que supimos protegernos, que lo hicieron también otros países, el caso de Perú, por ejemplo.

Entonces, digo, por supuesto que, y esta es una enormidad, es muy informal, el 40% más o menos de la economía, está en la informalidad.

Y eso quiere decir que el 40% de la economía es una economía ilícita, que proviene de negocios espurios, como el narcotráfico, la trata.

Yo creo que hay que ser, entre hipócrita e ingenuo, a veces pienso una cosa y a veces pienso otra, pero me parece que, por supuesto que, digamos, todos este tipo de actividades, que son absolutamente ilegales, hay que sancionarlas con toda la fuerza de la ley, con la justicia, con las fuerzas de seguridad, y por supuesto con la FIP, y por supuesto con el Banco Central.

Pero justamente lo que hay que hacer es que la FIP no esté persiguiendo al comerciante de acá a la vuelta, que tiene un kiosco y que ha comprado 100 dólares, 200 dólares por mes, para defenderse, ni más ni menos.