El REY y el VAGABUNDO. REFLEXIÓN Y VALORES. 5g1rn

En el corazón de un lejano y hermoso país existía una pequeña ciudad llamada letanía á pesar de su pequeña superficie era la ciudad más importante pues a las afueras de ella residía el rey al otro lado del río se encontraba el castillo donde reside el monarca las casas de letanía estaban construidas con piedra de la cantera local creando un conjunto armonioso que se integra a la perfección en el paisaje los habitantes de letanía son gente sencilla y trabajadora y las principales actividades son la artesanía la agricultura la ganadería y el comercio los vecinos se ayudan entre sí comparten sus cosechas y celebran juntos las festividades las calles están llenas de gente los días de mercado donde se intercambian productos se cuentan historias y se refuerzan los lazos de amistad entre los habitantes el corazón palpitante de la ciudad era la plaza central un espacio abierto dominado por una fuente de agua cristalina que refrescaba sus gentes en los calurosos días de verano en torno a la fuente se alineaba el mercado donde los lugareños se reunían para compartir historias y vivencias samuel un vagabundo de corazón noble habitaba en letanía su rostro se veía curtido por los años y el paso del tiempo era un hombre muy pobre pero siempre lucía una sonrisa cálida y serena en su cara sus ojos de un profundo color azul reflejaban la sabiduría acumulada a lo largo de su vida su cabello era largo y canoso caía sobre sus hombros enmarcando un rostro lleno de bondad y de humildad una barba espesa también teñida de plata adornaba su mentón dándole un aire de anciano venerable samuel vestía con sencillez llevaba ropas viejas y raídas que reflejaban su condición de vagabundo sin embargo a pesar de su ropaje tenía un porte digno y elegante emanaba un aura de nobleza que trascendía su apariencia modesta samuel era un hombre apreciado por los vecinos de letanía todo el mundo le saludaba al pasar y era un hombre muy querido cuando hacía buen tiempo dormía a la intemperie observando el firmamento y las estrellas y la luna era el faro que lo alumbraba en época de lluvias y de nieves siempre había algún vecino que le prestaba cobijo y alimentos a cambio el hombre les relataba historias que les dejaban sorprendidos se podía considerar que samuel era un hombre pobre pero sabio el reino debido a las guerras constantes con el país vecino y sobre todo a la sucesión de malas cosechas estaba sumido en un evidente decadencia económica que estaba sufriendo el pueblo de una manera evidente el descontento empezaba a ser general entre los habitantes de letanía el rey ricardo preocupado por la decadencia de su reino intentaba buscar soluciones para su pueblo mientras paseaba por los jardines de palacio cuando llevaba un buen rato paseando y sus dudas sobre su forma de gobernar eran cada vez mayores observó que un hombre de mediana edad estaba cuidando y alimentando a sus caballos es usted nuevo en este trabajo le preguntó cuándo se acercó para hablar con él llevo ya diez años cuidando de sus caballos para que es ten listos cuando usted los necesite señor veo que tiene usted cara de preocupación o al menos es eso lo que me parece a mí ya veo que no puedo disimular mi tristeza dijo el rey con abatimiento las cosas van cada vez peor en el reino y eso me entristece y me preocupa el monarca se estaba sincerando con aquel hombre al que no conocía y era algo que no hacía mucho tiempo aquel hombre desconocido hasta ese momento le inspiraba confianza es posible que alguien sabio debiera asesorarle en su forma de reinar señor gobernar todo un país por pequeño que sea no es tarea fácil para un solo hombre el monarca bajando su mirada hacia el suelo le respondió tengo tres así shores y ninguno sabe darme los consejos que necesito es posible que esos asesores estén más interesados en vivir con lujos y comodidades en este palacio que en darle los consejos adecuados dijo el cuidador con modestia estas palabras dejaron al rey pensativo existe en la ciudad un hombre sabio y humilde que estoy seguro