EL RÉGIMEN DE SÁNCHEZ Y EL CHANTAJE SEPARATISTA CATALÁN 31/05/2025 62x62

Una Hora en Libertad, con José Papparelli.

Señoras y señores, bienvenidos a Una Hora en Libertad.

Y esto es el Telediario o Nosotros.

La solicitud de España para que el catalán, el euskera y el gallego sean reconocidos como lenguas oficiales de la Unión Europea sigue sin concretarse debido a la falta de consenso entre los Estados .

Aunque el Gobierno ha intensificado sus esfuerzos diplomáticos, la propuesta enfrenta numerosos obstáculos legales, financieros y políticos.

En realidad, la iniciativa de Pedro Sánchez se debe sobre todo al chantaje político de Puigdemont y sus socios separatistas y a su necesidad excluyente de mantenerse en el poder frente al cerco judicial a su entorno familiar íntimo, por sus casos de corrupción y al de su núcleo político partidario más cercano.

Frente al nuevo escándalo de actitudes criminales de tinte mafioso del PSOE, ya en metamorfosis con el Gobierno, Sánchez hará cualquier cosa, lo que sea para mantener esa frágil mayoría parlamentaria que le permita seguir en la Moncloa, más aún cuando, en un futuro, la sombra del banquillo de la justicia podría llegar a proyectarse sobre la cabeza del Ejecutivo.

La votación prevista en el Consejo de Asuntos Generales de la Unión Europea para que sea reconocido el catalán en primera instancia, seguido de la euskera y el gallego, ha sido pospuesta debido a la falta de unanimidad necesaria para su aprobación.

Países como Finlandia, Suecia, Austria, Croacia, Francia e Italia han expresado su negativa, debida sobre todo por las implicaciones legales y financieras de la medida, pero también temiendo que siente un precedente para otras lenguas minoritarias en Europa.

España ha propuesto una implementación progresiva, comenzando con el catalán, realmente debido a la presión del secesionismo y por la situación política interna, no por otra cuestión.

El Gobierno se ha comprometido a asumir el coste estimado de 132 millones de euros anuales que implicaría la oficialización de las tres lenguas.

Es decir, que todos los españoles pagarían de su bolsillo un despropósito cuyo destinatario final sería Sánchez y su entorno, al que la oposición ya no duda en denominarlo como una auténtica mafia.

El Gobierno español continuará negociando con los países reticentes, hará todo lo necesario según las propias palabras de sus ministros y espera avances en los próximos meses.

Sin embargo, no se ha establecido una fecha concreta para una nueva votación y el proceso sigue en una etapa de arduo diálogo técnico y político europeo.

Pero el tiempo apremia, y a pesar de las concesiones y favores al separatismo en el horizonte cercano, ya pueden verse densos nubarrones de tormenta política.

Evidentemente, el llamado régimen del 78 ha muerto.

Esto que hoy vivimos ya es otra cosa.

Que viva el nuevo régimen, el nuevo régimen, gritarán algunos.

Un soñado régimen socialista del siglo XXI en Europa con el rostro de Pedro Sánchez.

Para otros será la instalación de un régimen perverso, una pesadilla insoportable hecha realidad.

Hace tiempo ya que las dos Españas han vuelto.

Hoy, cuando apelamos a la historia para intentar interpretar por qué nos pasa lo que nos pasa en la actualidad y encontramos lo siguiente, nos estremecemos.

Según consta en el Diario de Sesiones de las Cortes del 13 de mayo de 1932, Ortega y Gasset en su discurso en las Cortes Constituyentes de la II República Española durante el debate del Estatuto de Autonomía de Cataluña pronunció lo siguiente El problema catalán no se puede resolver, sólo se puede conllevar.

Ojalá que el gran filósofo español no haya estado acertado y que el problema catalán no sea en realidad el problema español y que solamente pueda ser conllevado con dolor y estoicismo.

Y hoy nos acompaña en Una Hora en Libertad la catalanísima Ángel Ribes.

Bienvenida a Una Hora en Libertad, Ángeles.

Muy buenos días y muchas gracias por invitarme a hablar en completa libertad.

Le haría una pequeña enmienda al Marañón.

No, a Ortega.

En el sentido que la hizo en su momento el grandísimo Ángel Ribes.