
Descripción de Quema de libros,Cultura en peligro 33118
Algo que se repite a lo largo de la Historia y que en este 2025 parece resurgir, no sólo desde volúmenes, por lo que paseamos por esos desastres contra la Cultura. q5143
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Un poco...
Bueno, qué lujo su Jordi Corominas, qué artista, ¿eh? Al total, casi me habéis enganchado cantando, ¿eh? ¡Ja, ja, ja! ¿La conocías? Pues conocía algo, pero a ver, así, en este directo previo, ha quedado una cosa como muy relajada, pero intensa al mismo tiempo.
Así que me ha encantado, sí.
Un artista, una cantautora, sin duda que nos va a dar muchas alegrías y que ha tenido ese detalle de tocar en directo para 24 horas.
Y ahora vamos a volver a los libros.
Hemos empezado con libros y volvemos a los libros, ¿no? Hablando de libros de un febrero infernal que hemos pasado en lo político, repleto de premios, esos sí, culturales, algo bueno, ¿no? Entre tanto fuego cruzado.
Guay, con tantas llamas y el entierro de la sardina, yo diría que estás tentando directamente al diablo, que tampoco, hay que decir, necesita muchas llamadas para acudir, porque en este 2025 le ha dado por estar en todas partes, hasta en los libros, en peligro en muchos lugares del mundo, tanto que incluso se arresta a libreros.
¿Qué tienen los libros, Coromina, que atraen tanto odio a veces? Sucedió a mediados de este mes en Jerusalén, concretamente en dos locales de la Educational Bookshop, Librería Palestina, en Jerusalén.
La policía israelita, además de detener a Mahmoud e Iman Muna, se llevó consigo varios libros de Noam Chomsky, también del muralista Vansky, e incluso historias que ponen en duda, y esto es fundamental y comprensible, el relato oficial sobre Gaza.
Y aquí hablamos de una intervención del Estado, algo que ha ido repitiéndose y que hemos conocido a través de los libros de historia, ¿no? Sí, y como tenemos recientes las elecciones alemanas, es probable que muchos oyentes tengan en mente las trágicas imágenes muy lejanas, tú y yo, y creo que la mayoría de nuestros oyentes no habían nacido, pero el miedo es que se repitan del 10 de mayo de 1933 en la Bebelplatz de Berlín, cuando los nazis organizaron su más famoso autodafé.
Que en este caso no quemaba una persona, sino decenas de autores comprometidos con la libertad de pensamiento y de expresión.
Siendo quizá lo más sangrante, que la mayoría eran alemanes que contribuyeron a la humanidad de distinta manera, de Immanuel Kant a Karl Marx, de Friedrich Hegel a Thomas Mann.
Lo terrible de todo esto, Corominas, es que hay civilizaciones que a lo largo de la historia contemplaban esto como una especie de purificación.
Sí, la quema como purificación, porque la juzgaban desde una función redentora.
Incluso se ha llegado a quemar personas a partir de esta base.
Pero si vamos a la quema de libros, con los nazis su idea era renovar el tiempo matando lo antiguo.
Hoy en día, en Berlín, un monumento recuerda a esta desgraciada efeméride.
Pero, desde luego, casi nunca fue así.
Y lo que siempre fue cruento fue la exhibición de esa quema, la muestra de cómo el poder quería demostrar su autoridad, ese humo, para decir, aquí estoy yo, hasta determinar las lecturas de los ciudadanos, lo que se puede y lo que no se puede leer.
Exacto, algo que también puede ejercerse, no debemos olvidarlo jamás, con censuras de todo tipo y condición.
También lo estamos viendo estos últimos meses, ahora hablaremos de ello, en democracia.
En la España de Franco, la censura oficial hizo que libros como la colmena del novel Camilo José Cela tuvieran que editarse en Argentina.
Pero es que, en otras dictaduras, directamente, a veces, escribir podía significar la muerte del autor.
Casos que se dieron, por ejemplo, en la Unión Soviética o en la Italia fascista.
Asesinato de escritores colominas, directamente matar la cultura, ¿no? Eso sí, sin luz y, en muchas ocasiones, sin taquígrafos.
Sí, y mira qué curioso resulta que con la quema, y a veces lo olvidamos, a ver, es igual de grave que...
Bueno, no, es distinto lo de matar escritores, pero es otro tipo de fuego con documentos, ¿no? Claro, estos pueden desaparecer, víctimas de la quema, cuando los regímenes se ven en peligro de ser derrotados hasta desaparecer.
¿Es necesario hoy el fuego para estas situaciones? En absoluto, y casi parece como antes, un abono para los más fanáticos.
Sin ir más lejos, la istración Trump ha eliminado millones de datos y documentos sobre emergencia climática, políticas de género, equidad racial.
Como si eliminándonos, pues, se eliminara el problema, con lo que ejecutan, lo que podríamos definir como una fogata virtual.
Que, en realidad, va muy en la dinámica de otros países de nuestro siglo, como puede ser la Rusia de Putin.
Decía Oscar Wilde que una pregunta es poder porque genera información.
Lo que encontramos directamente aquí es la eliminación de las respuestas sobre cuestiones contrarias a lo deseado por la istración Trump.
Que no contenían cuestiones literarias.
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