Proyecto MK UKTRA 5r6u28

Muy buenas a todos, muy buenas a todas, y bienvenidos al Arcade.

Hoy, queridos amigos, queridas amigas, vengo a traeros otro de esos grandes casos del mundo del misterio, de esos que sí o sí te llegan ya incluso al iniciarte en este precioso mundo y de los que puede parecer que está todo dicho o escrito, pero que siempre guarda algún dato, alguna sorpresa, alguna teoría que nos hace poner las orejas de punta.

Vamos a pasar un buen rato juntos conociendo un poco más el proyecto MKUltra de la CIA.

Un proyecto que parece realmente de ficción, una teoría loca, descabellada, pero bien real, destapada por la prensa de los años 70 y como veremos, que se intentó tapar por todos los medios posibles.

Antes de ponernos con el tema, que ya os avanzo, es amplio, grande, enorme, y que te lleva a perderte en subteorías y subapartados, a ver como me lo monto para que todo se entienda bien, vamos como siempre con un poco de contexto.

En cuanto al inicio en si del proyecto, nos encontramos en los años 50, pleno inicio de la Guerra Fría, periodo de posguerra, de la segunda guerra mundial al menos, ya que para cuando este proyecto se inicia, la guerra de Corea, ese primer punto caliente de la ya mencionada en este podcast es más que una realidad.

Todo el mundo sabe que parte de la época final de la guerra, cuando los dos grandes bloques de los aliados iban cerrando la pinza contra los nazis, se comenzó a fraguar una lucha contra reloj, por hacerse con toda clase de ingenios y de mentes nazis, a muchas de las cuales se le perdonó todo lo realizado, limpiando su expediente si era preciso con tal de apoderarse de ese potencial que tenían, y que en el caso americano, desembocaría en la Operación Paperclip, operación que tratamos por encima en el capítulo sobre las Wunderwaffen de la primera temporada, y que te recomiendo escuchar si aún no lo has hecho.

Después de su experiencia en la Primera Guerra Mundial, los nazis sofisticaron sus conocimientos sobre neurotóxicos que utilizarían como armas de guerra. En concreto, sus estudios se centraron en los agentes tóxicos Tabun y Sarin, que finalmente no fueron, que se sepa, aún al menos, usados a gran escala en el campo de batalla, ni tan siquiera cuando la guerra se puso muy cuesta arriba para el eje.

Eso sí, se sospecha que fue utilizado en varios campos con prisioneros a los cuales se les engañaba diciéndoles que tras las pruebas obtendrían la libertad. Si bien estos gases no tenían el propósito o el efecto, mejor dicho, de lo que se utilizó para MK Ultra, abrieron una ventana al uso de gases o drogas en el campo de batalla.

Otra de las circunstancias que al parecer propició el desarrollo de un programa de este tipo sería el estado en el que retornaban algunos de los prisioneros de la Guerra de Corea, ya que al parecer desde la parte comunista del conflicto realmente se estaban, por decirlo así, especializando, refinando, si lo queremos decir en el noble arte, nótese la ironía, del lavado de cerebros. Por lo tanto, a la vista de que los soviéticos, los chinos y al parecer, y de rebote, los coreanos del norte estaban refinando sus técnicas de interrogación y su gestión de prisioneros.

La CIA, la heredera de la antigua OSS, de la Oficina de Servicios Estratégicos, había puesto su atención en el curioso caso de 1949, un juicio de la URSS contra el cardenal Josef Mitsensti, que confesó crímenes tan bizarros como intentar robar las joyas de la corona, luchar por la gloria del renacido Imperio Austrohúngoro, y todo en un estado semi-hipnótico, además evidente, con la mirada perdida, y más que hablando, parecía como confesando de memoria.

Con esto, la CIA se propuso llevar a cabo un proyecto secreto para la utilización de drogas, a fin de ser utilizadas en un futuro indeterminado como armas de guerra, a través del control mental. El éxito de este proyecto permitiría, por una banda, tener control sobre prisioneros, soldados, o vaya usted, a saber quién.