Profesión, vocación y antroposofía - LA TIERRA COMO ESCUELA 5g5k31

Mantra FM 91.9, a la carta. Descárgate los programas que más te gusten, ondemand.com.ar Muy buenas tardes, ¿cómo están queridos oyentes? Bienvenidos a este espacio de La Tierra como Escuela, agradecida a todo el equipo Mantra, a Gemena por la puesta en el aire y a cada uno de ustedes para que este espacio tenga un sentido.

Y hoy muy contenta, acá quien les habla, Mabel Milior, muy contenta de que esté con nosotros, aquí acompañándonos, Daniel Encinas, él es actor, docente teatral, es facilitador en Germinar, que es la pedagogía social desde la antroposofía y creador del personaje teatral El Contador. ¿Qué tal, Dani? ¿Cómo estás? Bienvenido.

Hola, Mabel. Bueno, muchas gracias, agradecido de este encuentro, de este momento y bueno, aquí con ganas de la conversa. Dani, pensaba cómo a la profesión en tu camino la pudiste integrar y darle un lugar cuando conociste la antroposofía, para que los que están ahí escuchando también vayan reflexionando el camino de cada ser humano, cómo está esa impronta individual, esa creatividad que es tan necesaria en estos tiempos que estamos viviendo.

Bueno, para ese caminito tengo que irme un poquito más atrás en la biografía, porque bueno, mira, agarraría por un momento, yo en este momento tengo 54 años, me dedico a la actuación, al teatro, a la docencia, como bien dijiste, al programa Germinar, pero en aquellos momentos, en aquellos 18, 19 añitos, cuando tenía que elegir la carrera esa, en donde, bueno, yo soy de Mendoza también, aviso a la gente, me inducino, siempre viví en Mendoza, salgo a algunos viajesitos así, pero siempre viví en Mendoza, y bueno, en esas edades, en estos contextos a veces, en donde por mi entorno familiar de profesionales, era como de cajón que yo tenía que ir a una carrera grande, o sea, ni siquiera yo me lo ponía en duda, era esto de esas frases que andan dando vuelta, que yo las uso en la obra también, esto de, si no estudias una carrera grande, te vas a morir de hambre, esas cuestiones que esos momentos para mí estaban en mi entorno, sentía como, me llegaba desde un temor hacia el futuro, era como siempre esta cuestión de asegurarme lo económico, porque si no, qué va a pasar, entonces, claro, obviamente tenía que ser, no estaba pensando en qué dones tenía yo, ni estaba muy lejos de eso, y creo que nadie me lo preguntó en esos momentos, sino que el entorno era, bueno, qué vas a hacer para lo económico, de qué vas a vivir, todo estaba puesto ahí, entonces, bueno, en eso de elegir la carrera, otra frase me llevó, y esta se decía en broma en el colegio secundario al que yo iba, un colegio Martín Zapata, un colegio perito mercantil, y en broma todos decíamos, parodiando la frase esta de San Martín y modificándola un poquito, serás lo que debas ser, o si no, serás contador, y la hacíamos en broma, o si no, no serás nada, bueno, entonces, claro, y muchos eran muy locos, pero claro, terminamos cumpliendo esa frase, porque al no saber qué vas a hacer, y bueno, fuiste a un colegio perito mercantil, y ya tenés esa orientación, y qué vas a ser, contador, entonces, listo, y muchos íbamos así, en ese caso, y pasábamos directo de Martín Zapata a estudiar para contador, y ese fue mi caso, y empecé a estudiar, y los primeros años iba bien, bien, después ya, ahí en el tercer año vino un poco la crisis esta de decir, pará, a mí me gusta esto que estoy haciendo, por qué estoy estudiando esto, qué voy a hacer después, voy a estar en una oficina toda mi vida, bueno, en un momento vino una crisis fuerte, me dijeron que estaba por dejar la carrera, pero al final digo, bueno, mira, me recibo, termino, y después veo qué hago con mi vida, pero ya dándome cuenta, y habiéndome caído de la ficha, de que esto no era lo que me gustaba.

Bueno, ahí viene esta instancia de los encuentros humanos, esos que la vida te tiene preparado, y que cuando uno mira para atrás dice, qué maravilla, en la mismísima Facultad de Ciencias Económicas estaba un maestro de teatro acá de Mendoza, Ernesto Suárez, un tipo con una energía maravillosa, un colérico de esos...