PP y PSOE gobernarán juntos en Alemania: nada cambiará 2f56h

Alemania reeditará la Gran Coalición entre la CDU y el SPD, entre su PP y su PSOE.

¿Cuáles serán las políticas económicas que aplicará este nuevo gobierno alemán? ¡Veámoslo! Las elecciones generales alemanas celebradas este domingo 23 de febrero del año 2025 fueron unas elecciones generales adelantadas.

El calamitoso estado de la economía alemana fracturó.

El gobierno de coalición entre el SPD, entre los verdes y entre los mal llamados liberales alemanes, y fracturada esa coalición de gobierno, sólo quedó convocar nuevas elecciones.

Y el resultado de esas nuevas elecciones ha sido que la fuerza política más votada, después de un descalabro histórico de los socialistas alemanes, ha sido la CDU, el equivalente al PP español.

Ahora bien, el partido que con diferencia más ha ascendido en estas elecciones generales ha sido Alternativa por Alemania, el equivalente a Vox en Alemania.

Alternativa por Alemania se ha quedado a menos de 8 puntos de arrebatarle la primera posición a la CDU, y en cualquier caso le ha arrebatado el segundo puesto dentro de las fuerzas políticas más votadas en Alemania al partido socialdemócrata alemán, es decir, al partido que hasta ahora gobernaba como primera fuerza política en el país.

Ahora bien, la CDU ya ha dejado muy claro que no piensa de ninguna manera conformar un gobierno de coalición con Alternativa por Alemania.

A pesar de que la unión entre la CDU y Alternativa por Alemania conformaría una mayoría parlamentaria holgada, la CDU va a tratar de cerrar un acuerdo de gobierno con el partido socialista alemán.

Repito, con la fuerza política que había encabezado hasta ahora el gobierno alemán y que había arrastrado al país a un absoluto desastre.

Si bien es verdad que el desastre empezó a gestarse antes de este último gobierno de coalición.

Empezó a gestarse durante la etapa de gobierno de la CDU de Angela Merkel, de tal manera que, hasta cierto punto, existe una coherencia en este matrimonio entre la CDU y el SPD.

Son los dos partidos que se han ido turnando en el gobierno de Alemania durante muchas legislaturas, conformando una gran coalición entre ellos, y son, por tanto, los dos principales responsables de la pésima situación económica y social que atraviesa el país.

Finalmente, la CDU y el SPD tendrán una ajustada mayoría absoluta en el Parlamento alemán, de tal manera que esta gran coalición será posible sin incorporar otras fuerzas políticas, como, previsiblemente, habrían sido los verdes.

Ahora bien, sucede que Alemania necesita un radical reenfoque de su política económica, y no parece que la CDU y el SPD vayan a proporcionar ese radical reenfoque.

No sólo porque, como decíamos, ellos son los responsables de haber llevado al país hasta la situación actual, sino porque, además, sus programas de gobierno son incompatibles.

Es decir, que las líneas rojas que cada uno de ellos le va a trazar al otro van a imposibilitar de facto aprobar medidas verdaderamente transformadoras de la economía y de la organización política alemana.

Van a gobernar conjuntamente, pero se van a vetar recíprocamente, de tal manera que, salvo medidas cosméticas que no van a cambiar los fundamentos de la economía del país, todo va a seguir como hasta ahora. Y como hasta ahora es un desastre.

De hecho, esta tabla, elaborada por el Deutsche Bank, nos ilustra de los vetos cruzados previsibles que se van a producir dentro de esta coalición de gobierno.

Por ejemplo, los socialistas quieren eliminar el límite al endeudamiento del Estado alemán, para permitir mayores niveles de déficit público.

Y, sin embargo, la CDU se opone radicalmente a hacer esto.

Por tanto, aquí nos encontraremos con inmovilismo.

No digo que esté mal, personalmente estoy en contra de que se elimine el límite al endeudamiento del Estado, pero es un ejemplo de política dirigida a cambiar el statu quo que, previsiblemente, no se va a poder aplicar.

Los socialistas también quieren financiar el gasto en infraestructuras fuera del presupuesto, y esto es algo a lo que la CDU se opone, de tal manera que, si persiste el límite al endeudamiento, las infraestructuras que se van a poder financiar emitiendo nueva deuda...