El alcalde de Ares, Julio Iglesias, ha valorado como una “buena noticia” la inminente ejecución del ambicioso proyecto hidráulico que promete poner fin a los recurrentes problemas de abastecimiento de agua en el municipio. En una entrevista reciente, Iglesias explicó que la actuación, financiada conjuntamente por la Xunta de Galicia, la Diputación y el Ayuntamiento, cuenta con una inversión prevista de 4,3 millones de euros y que las obras comenzarán en el último trimestre de este año. “El convenio ya está firmado, la licitación se cerró y ahora queda adjudicar la obra. Este año se inicia la ejecución, pero el verano llegará antes”, señaló el regidor. Por tanto, reconoció que la población aún tendrá que soportar ciertas carencias en el servicio durante esta temporada estival, aunque confía en que será “la última vez que tengamos que padecer esta situación”. El problema de fondo, según Iglesias, responde a una red insuficiente para abastecer a toda la población que se multiplica en verano, especialmente entre el 15 de julio y el 15 de agosto. “Llevamos el agua a Cervás, Chanteiro, Lubre, Camouco… pero las tuberías siguen siendo las mismas que hace treinta años”, lamentó. A esto se suma una avería crónica en la zona de As Pías, con una válvula defectuosa que, de colapsar, dejaría sin agua no solo a Ares, sino también a Cedeira y Mugardos. El alcalde también criticó la dejadez en el mantenimiento de esa infraestructura, recordando que la responsabilidad recae sobre EMAFESA, la empresa mixta de aguas de Ferrol: “Esa obra fue recepcionada por el Ayuntamiento de Ferrol, y EMAFESA debe asumir su conservación, como hace con el resto de tuberías”. Vivienda y presión turística: Ares, en la cuerda floja Otro de los retos señalados por Iglesias es la tensión en el mercado de la vivienda. La proliferación de alquileres turísticos está reduciendo drásticamente la disponibilidad para familias locales. El precio medio de un piso vacacional en julio y agosto ronda los 3.000 euros, una cifra que, según el alcalde, pone en jaque la accesibilidad residencial durante el resto del año. “La situación es delicada. Muchos propietarios priorizan el alquiler turístico, pero el alquiler familiar sigue siendo una alternativa rentable y más sostenible a largo plazo”, afirmó. Aunque la declaración de Ares como zona tensionada depende de la Xunta y del cumplimiento de ciertos criterios, Iglesias dejó entrever que el municipio está valorando seriamente esa opción. Un verano cultural y deportivo para todos Pese a estos desafíos, el verano en Ares se perfila como vibrante. El Ayuntamiento ha lanzado una programación cultural y deportiva “para todos los gustos y edades”, en colaboración con asociaciones locales. Eventos como el Ares Indiano y actividades cada fin de semana pretenden atraer visitantes y dinamizar la economía local. “Trabajamos para que Ares sea un municipio familiar, con servicios de calidad. El problema del agua era una asignatura pendiente, pero ahora ya hay una solución definitiva”, concluyó Iglesias, destacando el esfuerzo inversor de todas las istraciones implicadas. Ares se enfrenta a un verano clave: el último antes del cambio. Mientras tanto, el municipio sigue apostando por el equilibrio entre turismo, servicios y calidad de vida para sus vecinos.