LA VÍA DEL CONOCIMIENTO b3n5h

Queridos amigos, el mundo es irreal. Al final, el cuerpo es irreal, al menos tal como lo percibes ahora es irreal, pues el cuerpo no puede limitarte de ningún modo. Ya te extiendes tan lejos, más allá de él, que esto te parece totalmente increíble e inimaginable. Eres, de hecho, el Pensamiento de Amor en la forma. Pero esa forma no es el cuerpo. Es simplemente el Pensamiento o la Realidad que es Cristo. Cristo es la esencia de tu Ser o Yo superior. Cristo es la Verdad de Quien tú Eres. Y entonces, el papel del cuerpo solo puede ser el de bendecir, reconfortar, y extender Amor.

Efectivamente, en toda la Torá hay lo que se puede considerar un código secreto. No se descubre tan claramente en lo que se expresa en el Nuevo Testamento... salvo a través de algunas líneas de mis enseñanzas. Ese código secreto es como un mapa de carreteras que subyace al campo de la Creación de la humanidad. Pues recuerda, desde el momento en que el sueño de separación fue concebido por la mente, el Padre creó la corrección. Y esa corrección es lo que se está representando en el campo del espacio y del tiempo. Eso que se llama “Torá” fue, efectivamente, escrito por profetas, por así decirlo –o místicos podría ser otra palabra; ¿o qué tal canales?–... que fueron guiados a contar historias. Algunas de esas historias son, por cierto, ficticias, y no obstante portan lo que llamáis un “elemento mítico”. Son ficción, pero eso no significa que sean mentira. Son relatos diseñados para impulsar al alma a recordar la Verdad.

Yo, como Jeshua ben Joseph, simplemente soy la culminación de la expresión de Aquel, en el campo del espacio y del tiempo. Y desde ese momento, ha comenzado a extenderse y a filtrarse, por así decirlo, cada vez en más mentes, a medida que la Filiación se despierta a la resonancia con el Campo de Energía que es la Mente Crística. Estáis en el proceso de una transfiguración última . Formáis parte de un antiguo Linaje que tiene un solo propósito: la transfiguración completa de la consciencia humana para literalmente convertirse en el campo de la Mente Crística, que extiende la Creación a través de la dimensión física.

Efectivamente, tú eres Aquel, infinito, eterno, ilimitado... tan íntimamente enlazado con cada uno de tus hermanos y hermanas que no hay separación ni nada que temer. Y no obstante, todavía existe ese proceso, infinitamente mágico, en el que la Mente es constatada dentro de un cuerpo-mente. Es decir, que puedes estar perfectamente iluminado ahora simplemente al entender la Verdad de que el pensamiento que has tenido sobre ti nunca ha sido cierto. Solo fue un hechizo temporal –Dios olvidando, Dios jugando a ser distinto de Dios–. Y no obstante, ese juego es la plenitud misma de Dios. Pues al final, la “caída de la Gracia”, la separación con respecto a la unión... o cualquier término con que elijas decirlo... eso mismo... en sí... no puede estar fuera de la Mente de Dios.

El Amor, queridos amigos, es la esencia de todo lo que sois. El Amor es la esencia de todo lo que danza como un reflejo transitorio ante los ojos de vuestro propio cuerpo-mente. No hay nada que podáis mirar y cuya esencia no sea el Amor. No hay nada que podáis experimentar y cuya esencia no sea el Amor. La única pregunta, entonces, es: ¿estáis dispuestos a hacer el viaje del miedo al Amor, al contemplar cualquier cosa, al experimentar cualquier emoción? Pues no puede haber nada que os bloquee la Luz y la Presencia de vuestro Creador. Y percibir el Mundo Real del Amor es saber con perfecta certeza que vosotros y vuestro Padre sois Uno.

A medida que el permiso se consolida, ocurre algo muy mágico. Está más allá de la comprensión de la mente pensante. ¡El ego nunca podría comprender esto! Es como si algo que existía porque fue contraído con miedo, muriera y se disolviera como la niebla ante el sol de la mañana. Y todo lo que queda es una silenciosa espaciosidad en la que el discernimiento ha sido purificado. Los acontecimientos todavía surgen y desaparecen. Se continúa hablando con los amigos tal vez como siempre se ha hecho. Se percibe la tendencia del cuerpo-mente a crear interpretaciones; y algunas de ellas son muy necesarias.

Imagina que la profundidad de tu mente fuera realmente como un espacioso océano que pudiera albergar todas las ondas que surgen en el interior del campo del cuerpo-mente sin ninguna resistencia en absoluto, sin verse perturbado en su profundidad. Podría haber una gran tormenta en la superficie, pero la profundidad del océano no se ve alterada. El gozo es una cualidad de discernimiento que se produce a través de la liberación de las ilusiones y de la corrección de cómo piensa la mente y cómo siente el corazón. El gozo es una cualidad de ser que no depende de salud ni enfermedad, dinero ni pobreza, nacimiento ni muerte, pérdida o ganancia. Ganar algo en el mundo no incrementa el gozo, aunque temporalmente quizá te dé placer.

La creación es pues el proceso en el que el creador se extiende a sí mismo o a sí misma desde el mundo de lo sin forma hacia el mundo de la forma. Cuando decidís invitar amigos a cenar, y no tenéis otros planes más que estar con ellos y preparar una buena ensalada y algo de sopa para ellos – y tan solo porque les amáis, porque estáis en un estado gozoso de ser– estáis extendiendo la Presencia y la Realidad de Dios. Ciertamente, esto es muy diferente de lo que hacen vuestros políticos cuando invitan a los amigos a cenar. Por lo tanto, efectivamente, queridos amigos, están implicados en hacer, mientras que vuestra cena es el fluir de la creación.

En amor incondicional el karma no existe. El ejemplo que os he dado es solo una fase rudimentaria del amor incondicional. En su estado “maduro”, en su estado “espiritual”, el amor incondicional conlleva que la mente ha despertado y entiende que nada de lo que ocurre puede realmente ser causa de que retenga o retire su Amor. En la perfección del Amor Incondicional, la mente simplemente ama. El karma, pues, no puede decirse que exista, porque esa mente ya no experimenta efectos que regresan a ella. Ha trascendido el mundo de causa y efecto, y sin importar lo que surja, simplemente ama. ¿Y quién puede estar encarcelado si simplemente ama?

Algunos dirían que esto es vivir desde tu autenticidad. Pero no me refiero a lo auténtico como algo que la mente piense, es decir, como su imagen social. Eso no es lo auténtico en absoluto. Eso es una máscara, un personaje. Lo auténtico es lo que sientes en el núcleo y en la profundidad de tu ser –en inocencia–. ¿Y qué quiero decir con eso? El corazón inocente no es un necesitado. No requiere que determinados individuos estén de acuerdo con él. No espera a que el Universo asienta con la cabeza dando su aprobación. Simplemente sabe que es inocente y actúa desde ahí, y no está apegado a las opiniones del mundo. La autenticidad es el núcleo a través del cual crece la Mente de Cristo. Y en cualquier momento en que ves y entiendes que no has estado viviendo de forma auténtica y te decides a hacer una respiración profunda y a permitir que tus ilusiones se disuelvan, al volverte transparente y diciendo la verdad y permitiendo que ocurran los cambios necesarios... entonces, efectivamente, estás haciendo que tu Mente de Cristo crezca.

Así pues, sí, el Espíritu Santo no es del tipo de energía sentimentaloide El Espíritu Santo está comprometido con una única cosa: la Expiación. La Expiación tiene lugar cuando las ilusiones se ven truncadas. El Espíritu Santo sabe lo que se requiere. Y lo que se requiere puede que no siempre encuentre, por así decirlo, la aprobación del mundo social en el que te encuentras. Mas aquellos temerosos de azuzar a los demás, simplemente tienen miedo. Significa que dirigen su vida mediante el miedo, y están más comprometidos con su comodidad o seguridad, lo que supone estar comprometido con la locura del ego, y no con la libertad de la Consciencia Crística.

Cuando llegas a permitir, realmente, que el Amor sea tu gran Amor, cuando dejas de lado todos los demás ídolos –la necesidad de conservar la casa, de tener cierta cantidad de dinero, de tener ciertas personas en tu vida–, cuando entiendes que todo eso forma parte del mundo de la ilusión, cuando llegas a amar al Amor, has llegado a amarte a ti mismo. Pues tú eres Amor, y solo eso. Y cuando llegas a amar al Amor como tu Bien Amado, cada vez más, descubrirás cada vez más, que eres guiado por un camino de milagros, en el que un poder mayor, por así decirlo, parece estar extendiéndose a través de ti. Comenzarás a presenciar que el Universo parece sostenerte cada vez más de una manera que nunca podrías haber imaginado.

Lo que sucede, pues, es lo siguiente. La primera parte de la mente en implicarse en el viaje espiritual es el ego. Es el ego el que decide en primer lugar escuchar una cinta de Jeshua Ben Joseph. Es el ego el que en primer lugar se abre a mi presencia. Es el ego el que en primer lugar elige Un curso de milagros. ¿Por qué? Porque el ego es el que está a cargo. Lo ha intentado todo. Se está acercando el momento de su muerte y disolución. Y por lo tanto considera la espiritualidad como el último intento de poder adquirir poder y control.

Por lo tanto, ese camino que conduce al alma hacia el recuerdo perfecto, requiere cultivar las llaves del Reino: Deseo, Intención, Permiso , Rendición . La más esencial de estas llaves es, insisto, la del Permiso. Pues no hay nadie que esté escuchando estas palabras que no haya cultivado ya el suficiente Deseo. Puede que no esté perfeccionado al cien por cien, pero el Deseo ha estado ahí. Pues nada que haya llegado a mi presencia, que haya llegado a comunicarse con este grupo de seres –maestros, profesores, amigos... (y por cierto, como grupo decidimos ser conocidos simplemente como “El Linaje”, y para el cual sigo siendo el portavoz principal a través de este, mi querido hermano, aunque existen muchas otras formas de nuestra comunicación con la humanidad)... nadie llegaría a esta presencia... si no ha deseado ya la sanación, el despertar y el recuerdo–.

¿Qué es preciso, pues, para que se dé el Verdadero Conocimiento? ¿Qué se requiere entonces para que exista el Verdadero Conocimiento? ¿Cómo se vive –en cualquier dimensión de la Creación– cuando se mora en un Conocimiento Verdadero? Queridos amigos, lo que se requiere para que el Conocimiento Verdadero impregne la totalidad de la propia consciencia es simplemente esto: Ni siquiera por un solo momento has sido tú quien ha vivido la vida. Más bien, en Verdad, y en Realidad, la Vida, que no es sino Amor brotando de la Fuente de toda Creación, ha tratado de2 vivir en tanto que tú. En Verdad nunca ha existido ni por un momento un yo falso. Nunca ha habido un momento en el que haya existido eso que se llama “ego".