Tenemos que hablar 1g2i3r

Aburridos de tantos días iguales, hacemos el programa número 10 de Tenemos que hablar en la calle, que es lo que se lleva ahora. Y corriendo. Por si intentan cogernos. Por supuesto optamos por la franja golfa, que va más con nuestro estilo de vida. La pregunta del día: ¿cuál es la situación más lamentable en la que habéis ido a clase o al trabajo? Esto va a dar juego...¡tenemos que hablar!

Somos un podcast honesto y reconocemos a mitad de episodio que no sabemos decir si una ballena es omnívora o carnívora: llamada sopresa a expertos. Por lo demás emocionados porque mañana nos dejan salir a hacer un poco de deporte y a pasear, que nos va haciendo falta. Y cortarnos el pelo, claro. ¡Tenemos que hablar! Ya estamos pensando en una segunda temporada....

Para que las parejas (y los tríos) funcionen, hay que romper de vez en cuando con la rutina. Así que esta vez hemos hecho el programa desde la terraza y sobre la conejera de Ronaldo (podéis llamarle Ronnie). Tarde de niños en la calle y abuelos en el balcón. Esto es un circuito lleno de curvas, como dice Gaizka Biurrun. Baja la curva de los contagios, pero pronto subirá la de los chándales de Decathlon. Al tiempo.

Son, 40 días son (40 nada más) los que llevamos en casa. Y ya puestos, pues lo pasamos bien. ¿Alguien sabía que la duchaja se remonta a las Guerras Carlistas? Gaizka Biurrun nos lo explica.

Casi 40 días son (40 nada más) los que llevamos en casa. El gato parece estar aprendiendo a usar cuchillos. Necesitamos un peluquero. Y es posible que pronto un psicólogo. Mientras tanto lo pasamos bien. Tenemos que hablar, ¡la vida en el confinamiento!

La vida sigue y se alarga, como el aislamiento. Llevamos casi un mes y si no hay manera de hacer teses rápidos a toda la población, está claro que tampoco nos van a hacer un examen psicológico. Casi nos cargamos el equipo nada más empezar el programa. Pero todo bien. ¡Tenemos que hablar!

19 días de encierro...y subiendo. Hemos encontrado palomitas, mientras desciende la curva del consumo de papel higiénico y aumentan los casos de escasez de aceitunas, patatas y anchoas. Pensamos en adoptar un loro. Dice Clemente que, los contagiados y los que contagian, a casa, y los demás, a la calle, a currar. Tenemos que hablar...

Tenemos que hablar, otra vez. La vida de encierro, y vamos ya dos semanas. Y por lo menos nos quedan otras dos. Pasear al perro, echar la basura o ir a hacer las compras son unos planazos. En casa, le hemos dado un huevo de percusión a Maruri. Ya habrá tiempo de arrepentirse.

Tenemos que Hablar, nunca 3 palabras reunidas dieron tanto miedo. Cosas que surgen en pleno aislamiento. No nos comerán los zombies: nos comeremos entre nosotros antes. Por favor, no nos tengáis en cuenta nada de lo que podáis escuchar aquí. Segunda entrega en el noveno día de confinamiento, recordando aquella película de zombies en la que Brad Pitt recorría medio mundo en búsqueda de los últimos tuinkis. Y otras historias del estilo.

Inquietudes y pensamientos de una noche (y ya van 4) de confinamiento: los toques que hemos dado al rollo de papel higiénico, la cerveza que nos hemos bebido, los kilos que hemos cogido o el San Patricio que nos hemos perdido. Aplausos a las 8. No nos lo tengáis en cuenta.