El Podcast de la EGB (25-05-2025) 6v1jg

Bienvenidos a una nueva entrega del podcast de la EGB. Hoy vamos a recordar a una figura, a un periodista que se convirtió en un imprescindible de la televisión de los 70 y 80 en este país. Fue uno de los primeros modernos en aquella España en blanco y negro y sobre todo, como digo, una de las grandes estrellas. Es uno de esos personajes que me habría encantado tener en el programa.

Sin embargo, tengo la suerte hoy de charlar con una persona que lo ha conocido muy de cerca y que nos va a ayudar a construir este homenaje que hoy le rendiremos a José María Íñigo desde este programa, desde el podcast de la EGB.

Así que vamos a saludar ya a nuestra invitada, Pilar Íñigo, Piluca, que además es periodista como su padre y compañera mía porque tiene su propio podcast.

Bienvenida, Piluca. ¿Qué tal? Buenas tardes. Qué bonito. A mí me encanta que gente como tú, pues de pronto haga un homenaje a mi padre. Siete años después de haber fallecido, ¿eh? Casi siete. Siete años que han pasado muy rápido, ¿no? Han pasado rapidísimo, ya te digo. Y es que he hecho la vista atrás y digo, ya, hace tanto tiempo. Así que a mí me llena el corazón, aunque suene cursi, el que de pronto alguien diga, vamos a recordar a tu padre. Y yo, pues, esto, supero.

Buenas noches y bienvenidos a Directísimo, que da comienzo ya en este mismo instante.

Por lo primero, desde aquí, es agradecerte que hoy estés conmigo, con nosotros, para recordarle. Sé que no es fácil, pero vamos a tratar de hacer, para empezar, un ejercicio de síntesis. Claro, con la trayectoria de tu padre es prácticamente imposible, pero si tuvieses que resumir en poquitas palabras quién fue José María Íñigo, ¿qué dirías? Guau, qué ejercicio me estás haciendo, ¿eh? En pocas palabras, para mí fue mi padre.

Si tengo que extender esas palabras, diría que además fue un referente en la profesión porque yo estudié periodismo a lo mejor porque lo vi en casa. No sé si por inercia, por vocación o por qué. Lo cierto es que yo siento, como hablábamos antes, of the record, antes de que empezáramos a grabar, una pulsión por dentro de contar o decir o mostrar historias que por dentro me conmueven, ya sea de manera escrita, hablada o audiovisual. Así que para mí, además de mi padre, fue mi referente.

Y luego fue, pues, ya te digo, una persona muy cercana que además ha pasado una cosa curiosa y que me gusta, que es que una vez él fallece, yo conozco una parte de mi padre que no conocía. Y es gracias a toda la gente que se acerca a decirme algo de él, ya sea una vivencia que tuvo con él, una experiencia que gracias a algún programa suyo le recuerda a tal momento de su infancia con su familia o que incluso hay gente que estudió periodismo por él o que se dijo bigote o que descubrió el apasionante mundo de la gastronomía, porque mi padre en su faceta no mediática se dedicaba a la gastronomía y a la restauración a través de revistas.

Así que no sé si a lo mejor me he extendido en palabras o me he quedado corta, pero para mí fue mi padre y referente. Con toda la carrera que tiene tu padre hacen falta muchas palabras, o sea que has estado muy comedida, muy justa y si te parece, a partir de estas pinceladas que nos has ido dando, vamos a desgranar esa vida tan interesante de tu padre. Y vamos a comenzar, vamos a retrotraernos a su primera etapa, a esa infancia y a esa juventud de José María Íñigo.

Si yo te pidiese que hicieses un ejercicio de imaginación, que cerrases los ojos y que te imaginases a José María Íñigo niño, ¿qué imagen crees que llegaría a tu mente? ¿Sabes qué pasa? Que como he visto fotos, me hace un poco difícil dibujar una imagen que no sea la que relacione con esa foto. Pues era un niño de la posguerra, porque mi padre nació en el año 42, en 1942, en una familia humilde, en Bilbao, no tenían muchos medios. Bueno, en un barrio normal, tirando bajo y desde muy pequeño tuvo que buscarse las castañas para aportar también a su familia, ya que no tenían muchos medios.

Y desde niño, él siempre fue muy activo, autodidacta, muy espabilado, la verdad. Y gracias a eso se labró la carrera que se labró, yo creo. ¿Era un chico de libros, de amigos, de jugar en la calle? ¿Alguna vez te contó alguna historia de su infancia? Pues sí, mira, de libros seguro. De libros seguro porque además él encontraba libros en las calles en Bilbao y uno de ellos fue un diccionario.

Y gracias a eso aprendió inglés. Y gracias a aprender inglés, dio clases de inglés a la policía de allí, a la Erchaña. Y luego le dijeron, oye, ya que das tan bien inglés, ¿por qué no nos enseñas francés? Pues él cogió otros libros que encontraría, se estudiaba una lección y lo que aprendía ese día la enseñaba el día siguiente. Y hay una anécdota que siempre cuento, que es que cuando estaban en la calle,