Pobrecito Satanás 141, Entrevista a El Nido y su “La Constancia” 4xi1h

De la música de raíz.

Practicando el mal a todo, piensas que no hay nadie como tu, muchísimos que son perros.

Tenemos el gusto de presentar un disco, el segundo disco de El Nido, que desde Castilla y León, ya hace unos años, nos traen músicas de las que nos gustan, en Pobrecito Satanás, y que tienen una nueva edición en La Constancia, el disco que apareció a principios de año.

Para poder hablar y charlar un poco de La Constancia de El Nido, tenemos a uno de sus con nosotros, a Nacho Prada, a quien le agradecemos su amabilidad por prestarse a charlar unos minutos con Pobrecito Satanás.

Buenos días, Nacho.

Buenos días, Jesús. Encantado de charlar, hombre, encantado.

Bueno, lo primero que yo creo que los oyentes querrían saber es quién sois, El Nido.

¿Cómo habéis llegado hasta aquí? Somos una formación que gira en torno a las músicas de tradición oral, a las músicas populares.

Una formación de Burgos, de Castilla, y somos cinco integrantes.

Usamos habitualmente instrumentos acústicos o poco cotidianos, muchas veces instrumentos o percusiones tradicionales, de cocina, instrumentos cotidianos, para componer nuestras canciones en torno a esas músicas de tradición oral o esas músicas populares de raíz, como queramos pensarlo, pero siempre desde una perspectiva de composición propia actualmente.

Aquí ya empezáis a dar ese toque personal que a mí me interesa.

Si vuestro primer disco, llamándose El Nido, se llamó... bueno, digamos el primero contable, porque hay un previo que digamos que no contamos, eran Refugios a Cero Abierto, que no es nada más que El Nido, pero este segundo disco le llamáis La Constancia.

¿Estáis queriendo decirnos algo con ese título? Bueno, es una cuestión que nace un poco del camino. Al principio no estábamos muy convencidos, pero luego el nombre fue cogiendo peso y fue cogiendo importancia.

Ya uno por estar todo el rato componiendo y haciendo el disco mientras estábamos girando, con lo cual también era un poco como una perseverancia, una forma de mostrar eso. También se nos hacía un nombre que nos podía sonar popular y también representaba un poco ese imaginario popular, de la música popular o de la vida del trabajo, de los cantos que están junto a ese trabajo, esa vida popular.

Y luego aparte ese nombre nació desde una lata de pimentón que sacábamos en la primera gira y fue cogiendo ese discurso.