PATIO DE CUADRILLAS 24 DE MARZO DE 2025 19o4j

Aquí comienza Patio de Cuadrillas, el programa taurino referente en la comunidad valenciana donde se dan cita a los mejores toreros, novilleros, ganaderos y aficionados. Con Carlos Bueno.

Lunes, 24 de marzo de 2025, Tiempo de Toros en Radio Intereconomía Valencia. Yo soy Carlos Bueno y esto es Patio de Cuadrillas. Muy buenas noches y bienvenidos de parte de un servidor de todos cuantos. Cada lunes hacemos este programa de 107.1 de la FM. Si es que nos escuchan a través de la radio, si es que están en Valencia o también pueden hacerlo a través de la página web.

Estén ustedes donde estén. En directo nos pueden escuchar en www.intereconomiavalencia.com o también se pueden descargar la aplicación de Intereconomía Valencia para su móvil y nos escuchan ustedes estén donde estén. También les recuerdo que nos pueden escribir a nuestro correo electrónico patiodecuadrillas.gmail.com.

Y ya les digo que si están en Valencia nos pueden escuchar a través de radio. Nosotros estamos en Valencia, pero hoy no estamos en el estudio, estamos en la sede de Tinto Lloro, una de las asociaciones más emblemáticas de Valencia, que cumple 40 años. Lo hemos dicho en los últimos programas y hoy van a participar en este programa especial desde la sede de Tinto Lloro, al ladito de la Estación del Norte, a dos minutos de la Plaza de Toros.

Hoy van a participar Manuel Monzó, que es el presidente, y José Luis Cuerda, que es uno de los vocales, además de ser presidente de otras asociaciones taurinas. Y bueno, pues con ellos vamos a hablar de Toros y con Cristóbal Zaragoza, que es el cirujano jefe de la Plaza de Toros de Valencia. También es jefe del servicio de cirugía mayor, ambulatoria del Hospital General, con uno de los triunfadores de la feria, Francisco Ponz Puchano, y como digo, con los integrantes, hoy aquí son varios, pero estarán con nosotros José Luis Cuerda y Manuel Monzó.

Con ellos hablamos de Toros, pero como siempre, eso será después de nuestro tradicional editorial. Sol y sombra, derechas e izquierdas, barreras, pendidos y nallas, los de abajo, los del centro y los de arriba, ovaciones, pitos, división de opiniones, tolerancia y exigencia, sosiego y crispación, también gloria y tragedia.

Una Plaza de Toros lo compende a todo, ya dijo el filósofo y ensayista José Ortega y Gasset, que la tauromaquia es el espejo de España. Desde luego, quien quiera conocer el estado de la sociedad solo tiene que asomarse a un coso taurino. Y eso fue lo que se encontró Su Majestad Felipe VI el pasado 19 de marzo, cuando existió la última corrida de la Feria de Fallas de Valencia. Un espectador vociferaba sus pensamientos, otro reclamaba música a destiempo, la mayoría atendían con expectación a cuánto sucedía sobre la arena.

Todos se emocionaban con la verdad del toreo, porque esa tarde hubo verdad de principio a fin, entrega absoluta de los toreros, bravura en los animales que vendieron caras o embestidas. Nada fue fácil, todo tuvo un mérito especial, y Su Alteza pudo constatar la conmoción, la vibración y, sobre todo, el respeto que se vive en un coso. Respeto a los matadores y a la hazaña que suponen sus actuaciones, respeto y veneración por un animal único y totémico, y respeto a las personas, sus creencias y filiaciones, porque los graderíos albergan todo tipo de tendencias e inclinaciones, hay fachas, modelados y rojos, hay monárquicos y republicanos, y todos cohabitan en mágica tolerancia, compostura y urbanidad.

Lo vivió en primera persona el Rey, a quien recibieron y trataron con total deferencia, y conoció lo que es la tauromaquia, pasión, disposición, entusiasmo y éxtasis. Preciosista, por momentos, dramática también, hubo pases buenos, de ole largo y pellizco en el alma, hubo sobresaltos de bocado en el estómago, hubo toreo de piel erizada, bravos que se arrancaron de lejos, pullazos que engrandecieron el tercio de varas, arte y gestas, triunfo irable y cogida espeluznante que da sentido a todo.

Vuelva, don Felipe, porque usted representa al pueblo y en ningún otro sitio representa mejor a la sociedad que una plaza. Vuelva porque nuestros políticos se han apropiado o han desdeñado los toros sin entender que pertenecen al pueblo. Vuelva porque hace falta gente libre y sin prejuicios. Vuelva porque, sin duda, la tauromaquia es espejo de España, porque es verdad en un mundo de imposturas e intereses amargados.