La Palabra CNCN jueves 22 mayo 2025 665k14

La palabra con nosotras, con nosotros. Una reflexión de la palabra cotidiana en diálogo con el acontecer de la comunidad universitaria.

Hola, buenos días. Bienvenidas, bienvenidos a la palabra con nosotras, con nosotros.

Seguimos nuestro comentario del capítulo 2 de la carta de Pablo a los romanos, en este sentido de la pedagogía divina, la pedagogía de transformación de vida, y lo que comentábamos en espiritualidad, se llama el juicio de la ira, que capacita, facilita abrir nuestra conciencia al juicio del arrepentimiento y eventualmente de la reconciliación.

Captar la situación de muerte en la que estamos, el engaño, la esclavitud en la que nos tiene nuestro ego para abrir nuestros corazones a este abrazo del Padre pródigo que nos conduce, nos invita, nos capacita para entrar a la fiesta que nos tiene preparada.

Y esto a través de dejarnos transformar por ese amor que es capaz de entregar su vida para que tengamos vida. Si no, recorremos ese camino, si nos quedamos en la visión en la que el mundo nos tiene, este espíritu del mundo, este espíritu del destierro, el espíritu del ego y del egocentrismo, vamos a terminar, vamos eventualmente a captar, a vivir, a padecer, a sufrir, la forma como eso castiga y destruye, el sinsentido radical.

Y esto, a toda persona que desobedece la verdad y obedece la injusticia, eso es la paga, dice Pablo en otros momentos, del pecado, de esta perversión que termina llevándonos a malgastar nuestra vida y quedarnos sin nada. Nuevamente recordamos el sentido del hijo pródigo menor, el menor de los hijos del Padre pródigo.

Seguimos subrayando Pablo y tratando de prestar su voz a este juicio de ira, a este juicio de hacia dónde te lleva esa actitud. Y estamos ya en el versículo 9.

Habrá angustia y tribulación para todo el que obre mal, primero para el judío y después para el griego. Habrá gloria y honor para todo el que obre bien, primero para el judío y después para el griego. Porque Dios no hace diferencia entre unos y otros.

Palabra de Dios. Pues sí, efectivamente, lo que comentábamos hace un momento, llegar al final de nuestra existencia, cuando tenemos que hacer un recuento, cuando finalmente nos vemos liberados, liberadas necesariamente de las distracciones que nuestra realidad de bios, de vida biológica nos han impuesto, cuando ya estás frente al final de ese bios y empiezas a percibir que se está agotando, pues es natural, y así lo describen muchas de estas que les llaman experiencias cercanas a la muerte, como que toda la vida aparece frente a las personas, la ven con mayor nitidez, porque no hay todas estas otras distracciones, y empiezan a ubicarse realmente desde la situación en la que se encuentra su conciencia. Si es de esta dureza, de odio, de rabia, en fin, en ese odio y rabia y sin sentido se van a quedar, y ese ya en sí mismo es un castigo, no en el sentido de que alguien me manda ese castigo, sino es un dato de realidad.

En cambio, las personas que en esa experiencia, en esa recuperación, en esa vivencia, de poder ver la vida con mayor nitidez y objetividad, sin tantas distracciones, pues van a descubrir cómo el amor ha ido creciendo, el rostro de las personas a las que aman y les han amado, van a reconocer la voz de el Dios que les ha conducido y les ha sostenido en esa experiencia de amor, a veces consciente o inconscientemente, pero los frutos, nos dirá el propio Pablo en Gálatas, estos frutos del Espíritu nos hablan de que vivieron en comunión con Dios. Y por lo tanto, lo que van a experimentar es acceder de manera plena y definitiva a esa comunión de amor que se traduce en una vida de mayor plenitud, de mayor alegría, felicidad, realmente humanidad para toda la eternidad, ¿no? A esto que describimos, eternidad. Lo que llama la atención.