Neimhaim_ Los hijos de la nieve y la tormenta. Episodio III 26601g

Buenas noches, bienvenidos una vez más a Recreo y Guía, vuestro canal de entretenimiento, teoría y cocina favorito.

Y un día más, una semana más, mejor dicho, volvemos otra vez a la lectura de Neiheim.

Y me encuentro, como no puede ser de otra manera, con Alfonso. Alfonso, ¿qué tal, cómo estás? Buenas noches.

Buenas noches, Don Víctor. Pues, te tengo hasta la sopa y me tienes hasta en el desayuno.

Ayer estuvimos con los compañeros de Funkington, hoy por aquí, y ya vamos adelantando que le damos un poco de publicidad a las cosas que hacemos.

Yoli, lo voy a ir adelantando. Mañana tenemos Recreo del Cine en el canal y vamos a hacer Avatar, la película.

Vamos a hablar prácticamente de la primera. La segunda, si vemos conveniente, la haremos más adelante.

Pero yo creo que la que más chicha tiene, la que desvela gran parte de lo bonito del mundo Avatar, es la primera y ya el resto son como continuaciones.

Ya salió el trailer de la tercera. Por cierto, lo vi, pero lo vi en inglés, no le presté demasiada atención.

Así que nada, hoy he dado ya la primicia a Yoli Norberriña de qué vamos a hacer mañana, aunque ella ya lo sabe.

Y nada, a seguir con Neinheim, que a mí es un libro que me sigue haciendo mucha ilusión.

Claro que sí. Bueno, para empezar vamos a pasar como siempre, vamos a pasar saludando a la persona que tenemos por aquí.

En la pole, precisamente en primera posición, tenemos a Yoli.

Diego, que también nos saluda por aquí y se conecta bien pronto.

¿Quién más tenemos por aquí? A David, buenas noches, buena lectura, feliz cumpleaños, quien proceda.

¿A quién proceda? ¿De quién es el cumpleaños? De un hijo de Yoli.

Ah, yo lo veo aquí. Mañana es cumpleaños de mi hijo pequeño.

Bueno, pues felicidades adelantadas desde Recreo de Guía para Unai, por si acaso no estuviesen viendo.

Hugo González, buenas noches.

Frank, hostia, Frank, desde hermosa Argentina liberal.

Hostia, Frank, ¿cómo estáis, macho? Menuda jodienda la que tenéis montada en el país, tío.

Lo siento, Frank.

Lo siento yo también. Mucho ánimo y que se solucione esto pronto, por Dios.

Que se solucione pronto porque en la situación de tu país no puedes seguir adelante de esta manera.

Y aquí al final de todo tenemos a Frank.

Espero que no comprar acciones con lo que propuso el colega.

Yo también, yo también. Y sobre todo espero que ningún abuelo tuyo esté por ahí de manifestaciones.

Porque, ojo, cómo se reparte madera.

Bueno, chicos, como sabéis, lo decimos cada dos por tres.

Una semana Tolkien, una semana Neheim.

Esta semana toca Neheim.

Y a ver por dónde puñetas nos quedamos.

Capítulo 3.

Página 52 de mi libro.

No creo que diste mucho del tuyo.

Esperemos que no.

Esto no es como Tolkien. En Tolkien es muy difícil coincidir.

Cambian las traducciones, cambian las ediciones.

Cambia todo.

Aquí no. Aquí hay...

Cambia un poquito la portada, alguna ilustración, pero no varía demasiado.

Por suerte.

Pues sí.

Bueno.

¿Te importa si leo primero? Tú eres el que manda.

Empezamos, chicos. Sacarse el libro.

Capítulo 3.

Solsticio de verano del año octavo.

Espada y escudo chocaban con un timbre acerado.

De la sangre salpicaba la arena de los rediles.

El clamor de los vítores era ensordecedor.

Siegfried Paradis defendió su puesto entre el apretado gentío para ver en la primera fila los dos carreros que se enfrentaban y absorbió cada instante con la impaciencia de quien ya se cree dispuesto a morir en la lucha.

Las jornadas de tir.

Ni siquiera la lluvia lograba enturbiar su entusiasmo.

Solo una vez se le había permitido presenciar aquella festividad en honor al dios de la guerra, y entonces era un crío en versos de su madre.