Máxima Empatía 5X10 "Trucos contra el estres y una de adivinanzas ingeniosas" 3eh4a

Radio Empatía, en donde todos somos iguales y todos somos diferentes.

Bienvenidos a Máxima Empatía, hoy nuevamente en vuestra compañía.

Buenas tardes y bienvenidos una semana más a Máxima Empatía, el magazine semanal de Radio Empatía, la radio digital de la Fundación Soy Como Tú. Yo soy Antonio José Vicente y a mi lado, como siempre, está pilotando la nave, esta vez con más cables que nunca.

Parece que va a desactivar la bomba de emisión imposible. Tenemos a nuestra querida Marina.

Buenas tardes Marina.

Buenas tardes, un placer estar con vosotros.

Pues nada, como he dicho, es que tenemos un montón de cables porque tenemos un montón de empáticos, que es como llamamos a los locutores de Radio Empatía.

Y esta tarde, empezando por el sentido de la buja de reloj, más que nada porque somos tropecientos mil, empieza con José Antonio. Buenas tardes José.

Buenas tardes, bienvenidos a todos, los empáticos y los simpáticos.

Empático, empática y simpático.

Muy bien, muy bien, sí, me gusta, me gusta.

Carlos, buenas tardes.

Hola, buenas tardes. Ya un día muy primaveral, pero que no se sabe nunca, porque lo mismo te cae un rayo que hace el día perfecto de tu vida.

Lo pasamos muy bien esta tarde.

Bueno, tenemos a Luis inaugurándose y empezando en esta jornada de radio, su primer día como locutor. Buenas tardes, Luis.

Buenas tardes.

Se reúne otra vez con nosotros después de haber pasado la gripe, esa gripe fastidiosa que está pegando.

Ahora ha vuelto el buen tiempo y ha vuelto con nosotros nuestro querido Fran.

Buenas tardes, Fran.

Muy buenas tardes.

Tenemos a Diego. Buenas tardes, Diego.

Hola, buenas tardes. El programa promete escucharlo hasta el final.

Bueno, vamos a ver, vamos a ver, sí, sí, sí.

Porque empezamos, vamos de menos a más, vamos de menos a más.

Nuestra querida Maite, buenas tardes.

Hola.

Otra vez, otra voz nueva.

Con lo que me gusta a mí, añadí voces nuevas.

Pues esta, muy especial, porque viene con acento, viene con sabor, ¿no? Del otro continente. Buenas tardes, Jorge.

Hola, buenas tardes. Como decía él, soy Jorge.

Soy argentino, notarán mi acento.

Y bueno, muy contento de estar aquí compartiendo con este grupo de gente, con tanta empatía.

Y bueno, esperemos que esto sea algo muy positivo y atractivo para el oyente.

Tenemos a Jack, que nunca ha dejado de estar con nosotros, porque ya que es un asiduo del programa.

Buenas tardes, Jack.

Es verdad, es verdad. Aquí está Jack.

Aquí está Jack.

Javi.

Hola, buenas tardes a todos.

Que ya no nos llegan los micrófonos, no nos llega el presupuesto de los micrófonos.

Aquí tenemos a Javi, a nuestra querida Katia, compartiendo micrófono.

Buenas tardes, Katia.

Aquí, compartiendo micrófono con mi compi Javi.

Y bueno, bienvenidos a todos y sobre todo a los nuevos.

Espero que paséis un buen rato con todos nosotros y que os guste la radio.

Pues en el programa de hoy tenemos...

Uf, es que está... Viene bien, viene bien.

Empezamos con el estrés.

El enemigo silencioso, decía, ¿no? El asesino silencioso, le llaman.

Pero bueno, vamos a hablar desde nuestros truquitos, no desde el plano profesional, sino desde nuestros truquitos caseros que hacemos cuando estamos muy estresados o que nos da por hacer o como nos afecta.

Y la segunda parte del programa que tenemos, Marina, ¿te acuerdas? Ahí te has puesto en un compromiso.

Sí, adivinanzas, ¿no? Teníamos.

Sí, adivinanzas ingeniosas, acertijos imposibles o no tan imposibles.

Intentemos que no sean tan imposibles y que pondrán a prueba a nuestros empáticos.

Y para terminar, ¿qué tenemos? ¿Eres más listo que un niño de primaria? Pues lo vamos a saber ahora mismo.

Yo no estoy tan seguro, ¿eh? Vamos a hacer un test.

He compilado los mejores test de niños de primaria de la red y vamos a ver algunas de las preguntas que van por ahí y que le hacen a nuestros niños aquí en España y a ver si estamos nosotros a su nivel, ¿no? Así que, bueno, ya cruzaremos los dedos.

Empezamos con el estrés, que es difícil, es algo complicado cuando uno, por circunstancias de la vida, se ve abrumado por las cosas que nos van pasando, tanto sea en el amor, sea en el trabajo, con las amistades o lo más posible, con la familia.