Magisteri-ON 3: Acoso escolar: No, no son cosas de niños 361o40

Pues esto es Magisterión, tercer episodio, ese espacio sobre salud mental y bienestar emocional en las aulas. En esta ocasión me acompañan como siempre compañera Elena Casero.

¿Qué tal? Buenos días. María Cargazo. Buenos días. Y María Iborra. Buenos días. Ambas vienen de la red educativa Arenales, forman parte del equipo directivo, en tu caso además también parte de la orientación. Y sobre todo es interesante que estéis hoy aquí porque vamos a tratar un tema, bueno, algo espinoso. Hablamos de acoso escolar en este tercer episodio ya, en la que no, no son cosas de niños.

Vamos a lo largo de estos minutos a intentar también ver qué son cosas de niños que no lo son, cuándo podemos estar empezando a hablar de acoso, cuáles son los síntomas que un poco se empiezan a detectar en los centros para atajarlo y para prevenir esta situación. Pero yo os quería lanzar y a la audiencia también una primera pregunta a las tres y yo mismo igual me atrevo también a responder si en algún momento habéis vivido una situación de acoso escolar o conocéis a alguien que la haya vivido, pero me interesaría sobre todo en primera persona si en algún momento la habéis vivido. Voy a empezar por Elena y luego vamos a con nuestras invitadas.

Elena va a ser la más rápida porque afortunadamente no he vivido en primera persona ningún caso de acoso. Sí en segunda y en tercera persona, pero bueno, las Marías que son las invitadas… Claro, es que siempre hay algún caso. Claro, vosotras en el centro seguro que habéis conocido, ¿no? En mi infancia tampoco, gracias a Dios, pero luego en el cole, claro, sí.

Sí, muchas, ¿verdad? En mi caso es igual, en mi infancia y pensándolo no recuerdo ninguna situación que fuera de acoso, pero desgraciadamente ahora sí que he conocido algunas situaciones en el centro escolar o ajenas. Pues mirad, yo os voy a contar una cosa que me va a dar pie a ya abrir harina. Yo, fíjate, hace ya puede ser 30 años que yo abandoné el colegio por ahí, sin desvelar mucho las edades. Yo en primera persona tampoco, es verdad. Es verdad que había cosillas y yo a veces me sentía, digo, bueno, dentro de lo malo me siento algo respetado por alumnos, ¿no? Pero sí recuerdo una etapa negra donde hubo un año o dos años donde vino, bueno, gente un poquito peculiar en el sentido malotes, ¿vale? Para que nos entendamos un poco.

Y yo recuerdo que a otra compañera era tal, bueno, pues sí, el acoso, porque era diario. Es decir, ahora iremos entrando en harina, ¿no? Pero era diario, diario, diario. Y esta chica un día de repente se situó al otro lado de una verja, de una valla, y había un barranco. Su intención parecía que es que se quería tirar de ahí, ¿no? Afortunadamente una profesora la vio a tiempo, se acercó a ella, todos los chavales curiosos, ¿qué pasa? Bueno, los otros más, ¿no? Nos apartaron y yo recuerdo desde la distancia, ¿no? Cómo al final la profesora consiguió que esa alumna volviera a ir al otro lado de la valla y ahí quedó.

No nos contaron mucho tampoco. Tampoco hubo después ninguna charla especial sobre lo que habíamos vivido, posiblemente porque el centro no le dio mayor importancia. Bien, ¿qué es y qué no es acoso escolar? ¡Qué buena pregunta! ¿Quieres empezar tú o empiezo yo? Sí, no, empieza. A ver, a mí me parece que ahora mismo la palabra acoso sea magnificado. Se utiliza para muchas realidades que son a lo mejor conflictos que hay en los colegios o males entendidos o temas de compañeros.

Claro, ponerle ese título a cada conflicto que hay en el cole es muy peligroso porque es una cosa muy seria, ¿no? Y tiene, es verdad, como unos tips para diferenciarlo. No sé, desde el desequilibrio de poder que se habla. Realmente el acosador tiene un poder sobre la víctima o que sea constante en el tiempo. Bueno, no sé, por lo menos a mí en el colegio me pasa mucho que en cuanto hay un conflicto en un patio, viene la familia a su estado y están acosando. Digo, no, ha habido un conflicto, o sea, tiene que ser algo que se reitera.

Y realmente, sí, yo creo que con esos dos temas que hay que valorar, sí, realmente.

Mira, déjame que te diga una cosa, María. Estoy de acuerdo contigo en que hemos querido sacarle un rendimiento a la palabra acoso y al término acoso, que efectivamente no es