Lunes 26 de mayo – Juan 16,2. El que os de muerte pensará que da culto a Dios. 1f4p6o

El que os dé muerte pensará que da culto a Dios.

Es curioso este anuncio que hace Jesucristo a sus discípulos.

Llegará el día, llegará el momento en que la gente, en el nombre de Dios incluso, os perseguirá.

Y esto, que efectivamente es un pecado gravísimo, pero Jesús les dice después, más adelante, os he dicho estas cosas para que cuando sucedan, sepáis que yo ya las tenía previstas.

Y eso a veces puede pasar incluso dentro de la iglesia.

A mí una de las cosas que más daño me hace es ver la división.

Ahora que hace pocos días hemos tenido la suerte de elegir un romano pontífice nuevo, un papa nuevo, el papa León XIV, pues todos los periodistas hablaban de conservadores, de progresistas, de izquierdas, de derechas.

Dices, es que no tiene nada que ver, pero el problema es que la gente se lo cree.

Y entonces qué pena cuando en la iglesia hay divisiones e incluso dentro de la iglesia uno se puede convertir en enemigo.

No nos matamos acuchilladas, gracias a Dios, pero críticas, desprecios, ninguneos, adjetivos descalificativos, eso puede pasar dentro de la iglesia y eso es tristísimo para Dios y tristísimo para los hombres.

Y pues hombre, no nos darán muerte, pero a veces todos tenemos que examinarnos si a lo mejor otras personas que conocemos viven la fe de un modo distinto, a lo mejor tú estás en una hermandad de penitencia y yo estoy en una hermandad de gloria, tú estás en un grupo carismático y a lo mejor tú estás en un grupo, a lo mejor, más cuadriculado en el buen sentido de la palabra y organizado.

Todo está bien.

Y lo que no podemos hacer es convertirnos en enemigos porque pensamos que nuestro modo de entender a Dios o nuestro modo de acceder a Dios es el mejor.

Bueno, si es el mejor para ti, pero para los demás, ¿no? Y por eso qué pena cuando vemos que en la iglesia hay choques, que hay facciones, que hay bandos.

Eso no lo quiere Dios.

No lo puede querer de ningún modo porque no se puede hacer daño a nadie en el nombre de Dios.

No se puede hacer daño.

No, es que van a destruir la iglesia, es que van a destruir la fe, es que esto no es la fe católica.

No te tomes la justicia por tu mano.

Todo lo que está aprobado por la iglesia católica, por el Santo Padre, en principio está bien, claro que está bien.

¿Quién soy yo para amendar a la iglesia los juicios que hace sobre las realidades que hay? ¿No es un cristiano alguien respetuoso? Pero los que no sean cristianos tenemos que ser profundamente respetuosos.

En nombre de Dios se han hecho muchas barbaridades.

Y tú también podrías caer, a lo mejor, incluso en la familia, no, es que este no va a misa y es un horror.

O que este va mucho a misa, es un horror.

Es decir, déjate de horrores y no utilices el nombre de Dios para cosas que tú, efectivamente, ves que son buenas, que están bien, pero que a lo mejor pueden hacer daño a los demás.

A veces somos muy insistentes, muy pesados.

O a veces somos muy cobardes y no decimos nada.

Pero realmente, Señor, lo que quiere es que por encima de todo que haya comunión.

Que nadie utilice su nombre para salirse con la suya.

Que nadie utilice su nombre para tener más razón, ni para quedar por encima.

Sino que realmente vivamos esa comunión que espera de todos los cristianos.