
Descripción de Las Llanuras Del Tránsito, (26 al 30) 736g53
Las llanuras del tránsito, es la cuarta novela de la saga Los hijos de la tierra, de Jean M. Auel. La novela relata el viaje de un año desde que Ayla y Jondalar abandonan a los Mamutoi y remontan el Río de la Gran Madre (el Danubio) hasta la llegada a las tierras donde habita la tribu de Jondalar. A lo largo del trayecto Ayla va conociendo a distintas tribus de Los Otros -mayoritariamente grupos que Jondalar conoció en su viaje hacia la desembocadura del río- que frecuentemente le temen por su dominio sobre los animales (sobre todo de Lobo), lo que la lleva a pensar que también pueda ocurrir lo mismo con los Zelandonii, el grupo de Jondalar. La novela tiene episodios en los que ambos personajes pasan por situaciones de mucho peligro, e incluso, en un momento, Lobo mata a una mujer que estaba a punto de asesinar a Ayla. Otro de los avatares del camino es la gran dificultad que ambos personajes encuentran para cruzar un glaciar que, desafortunadamente, no consiguieron atravesar en la época más adecuada. Finalmente, lo cruzan y llegan a "Los refugios de piedra", territorio de los Zelandonii, el pueblo de Jondalar. fz10
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Capítulo veintiséis de alarcón conciencia prontamente de que estaba despierto pero la cautela le indujo a permanecer inmóvil hasta que pudiera aclarar que andaba mal porque era evidente que algo andaba mal por una parte le dolía la cabeza abrió apenas los ojos la penumbra reinaba en aquel lugar pero pudo ver el suelo frío y sobre el cual estaba acostado sintió algo seco y endurecido en un lado de la cara pero cuando intento mover las manos y averiguar qué era se dio cuenta de que las atadas a la espalda también tenían los pies atados de costado y miró a su alrededor estará en una pequeña estructura redonda una especie de armazón de madera cubierto con pieles intuyo que el lugar estaba dentro de un recinto más amplio no se veía el sonido del viento ni había corrientes de aire ni el movimiento de las pieles como hubiera sido el caso de haber estado al aire libre y aunque hacía frío este no era insoportable de pronto comprendió que ya no tenía apuesta a la chaqueta de piel john dólar trato de sentarse y de punto se sintió aturdido el latido en la cabeza se concentró en un punto de dolorosos sobre la izquierda cerca del residuo seco y ha endurecido en sus movimientos cuando oyó el sonido de unas voces que se acercaban dos mujeres hablaba en una lengua desconocida si bien le pareció percibir palabras que se asemeja van vagamente alma y quien anda y estoy despierto grito en la lengua de los cazadores de muchos alguien puede desatar me estas cuerdas no son necesarias seguramente hubo un malentendido no tengo malas intenciones las voces interrumpieron un momento y después continuaron pero nadie respondió ni acudió john de hablar que hacía boca abajo sobre el suelo trato de recordar cómo había llegado allí que podía haber hecho como para inducir a alguien de matarlo de acuerdo con su experiencia únicamente se acaba de las personas cuando observaban una conducta desordenada intentaban herir a alguien recordé una pared de fuego y los caballos que corriendo hacia el precipicio en el borde del campo seguramente esa gente estaba que a fondo caballos y le habían sorprendido en medio de todo aquello entonces recordó que había visto hay la montada en corredor y que tenía dificultades para controlarlo se preguntó cómo era posible que el animal hubiese terminado en medio del rebaño lanzado a la carrera si él lo había dejado atado a un matorral el pánico casi había denunciado a honda hablar pues temió que el caballo hubiese respondido a su instinto gregario y seguido a los otros hacia el precipicio llevándose consigo baila recordó que había corrido hacia los animales con la lanza preparada en el lanzador aunque amaba que el cabello castaño lo habría matado antes de permitirle que arrastra sea la muerte aísla era su último recuerdo la fuga hacia imagen de un dolor agudo antes de que todas estuviesen sombras con dar pensó alguien me esto un golpe y fue un golpe fuerte porque no recuerdo como me trajeron aquí y la cabeza aun me duele creerían acaso que estaba echando a perder su estrategia de cazadores la primera vez que había visto a jerez ni a sus cazado les había sido en similares circunstancias electo sin quererlo habían espantados de la manada de caballos que los cazadores estaba en empujando hacia una trampa pero después de calmar su cólera generen había comprendido que su acción no había sido intencionada y sabían hecho amigos no echa a perder la cacería de esta gente o si de nuevo trato de sentarse girando sobre su costado levantó las rodillas después y fue un esfuerzo para rodar y alcanzar la posición de sentado tras algunos intentos aunque la cabeza le dolía causa del esfuerzo al fin lo logró se sentó con los ojos cerrados confiando en que el dolor se calmara pronto pero a medida que sus molestias se iban a temperado se acentuó su preocupación por ahí la y los animales wine y corredor se habrían lanzado al precipicio junto con el rebaño el corredor se habría llevado consigo la ella ha muerto sintió que al pensar en eso se le oprimir el corazón quizá la y los caballos hubieran muerto y luego cuando el animal herido llega a ser finalmente al campo no había nadie controlarse lo imaginaba olfateando todo tratando de seguir un rastro que no conducía a ninguna parte que haría lo voy a dar buen cazador pero estaba herido cómo podía cazar para alimentarse con esa lesión echaría de menos la y al resto de su manada no estaba acostumbrado a vivir solo como podría arreglárselas que sucedería cuando se enfrentarse con una manada de lobos salvajes lograría defenderse no le entra a nadie me apetece un poco de agua pensó john dólar seguramente me han oído tambien necesito alimento pero sobre todo que se sentía la boca cada vez más seca y su ansia de aguas acentuó vosotros tengo nadie puede traerme un poco de agua gritó qué clase de gente sois mañana un hombre y ni siquiera le da un sorbo de agua nadie respondió después de gritar unas cuantas veces más decidió ahorrar fuerzas
Comentarios de Las Llanuras Del Tránsito, (26 al 30) 4x6t1i