Lengua de Sapas 2x04 - Charlando con María Simavilla 5p5q3a

Queridas sapas, queridos batracios, somos JK, Marvillar y Marias y Mavilla, y esto es ¡Lengua de sapas! Hay que imaginarse en la música, ok.

Hola, ¿qué tal? Os damos la bienvenida a un programa más de tu podcast favorito sobre ilustración y mamarrachadas varias.

Y en este programa os traemos a una invitada con un trabajo y una trayectoria que ya no gustaría aquí, a estas humildes sapas, y estamos croando de felicidad de que nos haya dicho que sí.

Ha venido nuestra charca, la verdad.

Hola, Marsatax, pues sí, muchas ganas de hablar con María, ahora hablaremos con ella.

Yo estoy muy contento de tener aquí ya también a nuestra primera invitada de la temporada, pero también contento porque, oye, la rueda no para y seguimos teniendo trabajo, así que, nada, hay que felicitarnos los dos mismos, que, oye, algo de culpa tendremos nosotros también.

Y también te quería contar una cosa que me ha pasado esta semana.

Ah, cuenta, cuenta.

A todo esto, ¿qué tal estás? Que no te he preguntado ni nada, hemos llegado al programa.

No, pues bien, estoy contento, estoy feliz, me tomo un café y estoy un poco mejor que hace una hora también.

No sé, últimamente estoy bien, estoy bastante agobiado de cosas porque estoy haciendo muchas cosas al mismo tiempo, antes de irme, antes de mi aventura, ¿cómo se dice? ¿Japoniense? Japonesa, más bien, ¿no? No sé por qué invitarlo de japoniense, la verdad.

No sé por qué, o sea, me he ido por los lados.

No sé en qué momento se te ha ocurrido.

Yo tampoco, estaba pensando Dorniense de Dorne, de Juego de Tronos.

Bueno, en fin.

En fin.

Corramos un estúpido velo.

Pues eso, que estoy muy bien, haciendo todo a última hora, pues para que no se me quede nada sin hacer.

Pero bueno, muy bien.

¿Cómo estás? Muy bien.

¿Cómo estás? Muy bien.

¿Cómo estás? Muy bien.

¿Cómo estás? Muy bien.

Quiero preguntarte, porque tengo mucha curiosidad, porque tengo tecnología, y como ordenadores y tal, y ¿qué pasa? Que es un tema muy asociado a lo masculino, o hacia de siempre, como que se me ha visto más el friki de ordenadores, como más un chico que una chica, ¿no? Entonces, pues nada, tuve que hacer una portada sobre un tema así, y se me ocurrió dibujarle una mano con la uña pintada, o sea, locura máxima, locura máxima, y bueno, yo hablo con una chica para que, como una directora de arte, digamos, para que habla con cliente y tal, o sea, yo al cliente no hablo con él directamente, pero pues la chica pues me copia lo que le comenta el cliente y tal, y así pues yo voy haciendo cambios y tal, pues resulta que el cliente me dijo que el dibujo estaba bien, que había que cambiar algunas cosas y que él preferiría que la persona no tuviera las uñas pintadas, y claro, yo pensé, masculinidad frágil, machismo de manual, yo digo ambas. Sí, un poco de aquí, un poco de allá, sí.

Sí, porque yo voy como metiendo bombitas, digamos, en los dibujos, que ya ves, hashtag activismo. Sí, sí, ya ves. Cuidado, cuidado. Uy, le he pintado una uña a la mano. Me hizo gracia, en plan, digo, joder, voy a intentar desligar un poco, ¿no?, estos temas de, pues, más hacia lo masculino, ¿no?, en plan, pues tirando un poco más hacia lo femenino, ¿no?, porque se dibuja a pocas mujeres con el tema este, y oye, que te venga una persona a decirte esto ha sido interesante, ¿no?, en plan, y nada, me ha parecido la anécdota de la semana.

¿Le has tenido que cambiar la uña? He tenido que cambiar la uña, sí. Joder. Yo no hubiera hecho una de Rosalía ahí mega larga. Ana, venga, vas con eso. Ya, es que es lo que pensé, dije, menos mal que no he hecho una uña de Badguía, lo de Rosalía, ¿sabes? ¿Te imaginas? Vaya tela, vaya tela. Bueno, en fin. En fin, era, nada, era subir un poco el rosa de la uña un poco más oscuro, ya ves tú, locura máxima.

Así que nada, ese ha sido mi activismo de esta semana. ¿Y tú qué tal estás? Ah, pues yo muy bien también. Creo que voy a empezar con otro, bueno, a empezar a empezar en un par de semanas con otro curro, que me va a solapar con el que ya tengo. No pasa nada, eres mi vida, eso sí. No pasa nada. No hay dolor, ya está. Luego cobraré y diré, ah, mira qué bien, ya está. Eso es todo.