Jehová no os ha dado corazón para entender - Deuteronomio 29 65tt

Muy buenas tardes, hermanos. Gracias a nuestro buen Dios. Llegamos al momento en el culto en el cual vamos a estar leyendo la bendita palabra del Señor para escuchar la predicación. Les recuerdo que ya en este momento, si no lo ha hecho, debe haberlo hecho. Y si no, tiene todavía tiempo de hacerlo. Que su teléfono debe estar apagado o en silencio para que usted no tenga ninguna distracción ni interrumpa a nadie más. De verdad, es un acto de irreverencia que se lleva a cabo todo el tiempo.

Yo sé que los teléfonos se han convertido en algo que para algunos creen que es tan indispensable, pero créanme que en ocasiones es bueno apagarlos y tener algún alivio de ellos. Usted no nació con un celular y yo le garantizo que lo que está determinado y va a pasar, va a pasar. Yo esperaría que los cristianos lo entiendan, pero no lo entienden. Ellos creen que tienen que tener su teléfono pendiente ahí para que ellos reciban el mensaje y ellos puedan hacer, les dé tiempo a hacer las cosas.

Si así es como usted lo quiere ver, sepa que está errado. Lo que tiene prioridad, tiene prioridad. Como cuando Jesús le dijo a sus discípulos, estoy contento de que nos hayamos tomado el tiempo todavía necesario y iba a preguntarles y hablarles antes de llegar a ver a Lázaro. Por eso les recriminaron sus hermanas, porque en términos de tiempo entendían que Jesús pudo haber llegado antes.

A lo mejor pudo haber llegado cuando todavía estaba vivo y según ellas haber podido haber hecho algo y sanarlo. Dios llega cuando Él va a llegar. Y de hecho no es que llegue, Él siempre está, sólo poniéndoles de nuestro punto de verdad, porque humanamente las puertas que Dios ha abierto nadie las puede cerrar y las que Él cierra nadie realmente las puede abrir. Él es soberano sobre todas las cosas. Entonces si vinimos a adorar al soberano, deberíamos descansar en su soberanía.

La soberanía es uno de los temas más críticos en el cristianismo. El que no lo acepta vive en contraicción y en temor, pero para aquellos que aceptamos la soberanía de Dios es como alguien ha dicho, es como una cobija, es como un lugar donde uno descansar su cabeza, porque entonces ya uno reconoce que no se trata de uno. No es mi esfuerzo, es aprender a descansar en Dios. No estoy diciendo que no hagamos lo que debemos hacer, así que aprendamos a descansar en Dios. Este es el día del descanso que representa la obra de Cristo.

El domingo pasado comenzamos el capítulo 28, Moisés estaba estudiando el libro de Deutronomio, estuvimos leyendo, nos tomamos un tiempo para leer el capítulo 28 del libro de Deutronomio, y con tono estiales dije que cuando empecé a estudiarlo entendí que debía tomarlo de la mano del capítulo 29 y yo iba a ver por qué, sólo que la lectura iba a ser un tanto más larga de lo usual y no iba a tener como quiera todo el tiempo de poder discutir pues la cantidad de información que ahí está.

Pero hoy lo que vamos a hacer es vamos a unir el conocimiento de la lectura del domingo pasado, el capítulo 28, y vamos a ver hoy al leer Deutronomio 29, la relación que existe y por qué se debe leer junto, de hecho todo el libro, pero estos dos capítulos específicamente. Vamos a Deutronomio capítulo 29, habrá su biblia ahí, vamos primero a orar, ya tenemos nuestra biblia en lugar donde vamos a estar leyendo, no sin antes orar a nuestro buen Dios que aún cuando leamos Dios nos ayude y nos dé iluminación para ir entendiendo, porque cuando leemos la biblia lo hemos dicho en muchas ocasiones, aunque es un libro que es escrito por hombres que Dios usó, no es palabra de hombre es palabra de Dios, no es una revista, no es un periódico, la lectura que estamos haciendo aunque cualquiera podría hacerla desde el punto de vista natural si conoce el lenguaje puede leer, requiere la iluminación del Espíritu Santo para poderla entender, para que esa palabra sea vida. Oramos, amado Dios y Padre Eterno le alabamos en este día por su amor y su misericordia, por haberse parado dispuesto este día en honor a la obra de Jesucristo que se lea en la Biblia.