
Hernán Casciari: No sabemos quienes somos en medio de la tragedia 3j3b2b
Descripción de Hernán Casciari: No sabemos quienes somos en medio de la tragedia 3t395v
Basado en su experiencia real, el escritor y guionista Hernán Casciari trae en su valija una historia que nos recuerda que, en un instante, la vida puede dar un giro inesperado. Un relato sobre el miedo, el alivio y esa certeza incómoda de que, aunque muchas veces todo termina bien, siempre queda el eco de lo que pudo haber sido. Hernán Casciari, es reconocido por un estilo que combina el humor y la emotividad y destaca por sus narraciones en vivo, donde conecta profundamente con el público a través de relatos personales y temas universales que trascienden generaciones. “Escribir historias o decirlas en voz alta me fascina, porque en ese corsé, en esa especie de jaula del soneto, en esa reglamentación arbitraria pero necesaria, encuentro un juguete”, afirma. Con un agudo sentido del humor y una creatividad inagotable, Casciari no hizo otra cosa que leer y escribir desde pequeño: “Tengo la sensación permanente de que escribir me salva”. 735i70
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Los eventos de Aprendemos Juntos 2030. Hernán Casciari. Hernán Casciari, protagonista de este evento, es un escritor y guionista que se caracteriza por un estilo que mezcla humor y emoción en relatos personales y universales. Sus historias, narradas en vivo, conectan profundamente con el público. Autor de múltiples obras, ve la escritura como un refugio y un juego que le ha acompañado desde la infancia.
A mí la vida me cambió por completo el 14 de noviembre de 1995. Nunca conté esto arriba de un escenario del modo que lo voy a contar hoy, así que tampoco sé cuánto dura. Sé que la producción me lo permite. Si es corto, es corto. Si es largo, es largo.
Pero también les dije que cambié de tema. No iba a contar esto. Hay algo que yo no puedo hacer desde hace casi 30 años, que es subirme a un coche del lado del volante. Puedo ser copiloto, puedo estar en la parte de atrás de un coche, pero no puedo estar del lado del volante, ni siquiera con el coche apagado. No puedo sentarme del lado del volante.
El 14 de noviembre del año 1995, alrededor de las 3 de la tarde, yo estuve por última vez arriba de un coche del lado del volante. Hice marcha atrás para salir a la calle y maté sin querer a la hija de 3 años de mi hermana, Rebeca, entre el golpe seco que sentí implacable y la certeza, 10 segundos después, de que en realidad había chocado contra un tronco. Lo digo ahora para que respiren, porque no quiero jugar con una trampa literaria.
Esos 10 segundos ocurrieron los 10 segundos más largos de toda mi vida. Y todo lo que voy a contar hoy, aquí arriba, transcurre en esos 10 segundos en que creí que había matado a mi sobrina de 3 años. Era el 14 de noviembre del año 1995, el cumpleaños de mi abuela paterna. Por eso recuerdo la fecha tan claramente. Estábamos festejando el cumpleaños con un asado en La Quinta, una estancia muy grande en la ciudad de Mercedes, provincia de Buenos Aires. Mi abuela, la del cumpleaños, mi papá Roberto, mi mamá Chichita, mi hermana Florencia, su marido y mi cuñado, el negro Sánchez, y la pequeña Rebeca.
A las 3 de la tarde en punto, ya era la sobremesa, yo le pido prestado el auto a mi padre para ir a entregar una entrevista al periódico. Me subo al auto, lo enciendo, miro por el espejo retrovisor que no haya ni perros, ni gatos, ni niños atrás. Y entonces hago marcha atrás con el auto para salir a la calle.
Y muy pronto, inmediatamente, no habían ocurrido ni 10 metros hacia atrás, siento el golpe seco contra la parte trasera del auto y se para el mundo para siempre. Me quedo aferrado al volante y veo delante, está la mesa con mi familia haciendo la sobremesa. Yo veo a mi familia haciendo la sobremesa y mi hermana es la primera que se levanta y grita el nombre de su hija. ¡Rebeca! E inmediatamente.
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