Gente repugnante a la que deberían impedir subir a un avión 1g3bf

Estás escuchando 1.001 viajes por el mundo con Maribel Ruiz, mochila al hombro, la brújula en el alma y el corazón mirando al horizonte.

Aquí hablamos de recuerdos imborrables, de caminos que transforman y de viajes que dejan huella.

¿Nos vamos? Buenos días, viajeros experimentadísimos y viajeras experimentadísimas.

Hoy tenía muchas ganas de hacer un podcast así con un poco un toque humorístico, porque otra cosa no será, pero yo no sé vosotros, pero yo al menos en los viajes me he reído mucho mucho mucho, me lo he pasado muy muy bien.

Y una de las cosas con las que más he flipado ha sido cuando me he subido en un avión, porque bueno para mí ha habido muchos años en los que subirme a un avión era prácticamente como subirme a un autobús, sobre todo porque hubo una época en la que yo estuve escribiendo durante unos años para una revista de música, me mandaban a hacer muchísimos reportajes por Europa, sumado a eso, que luego viajaba también bastante por mi cuenta, pues al final yo no sé la cantidad de cientos de aviones que he podido coger en mi vida.

Total, que un avión al final es un micromundo, porque estás atrapado en un tubo de metal a miles de metros de altura, están compartiendo oxígeno reciclado con un grupo de desconocidos que estadísticamente comprobado incluirán al menos a un espécimen de la fauna aérea repugnante y por ese motivo yo quería dedicar un artículo a la gente repugnante a la que deberían negar subirse a un avión, así que ajusta el respaldo si el de atrás te deja, respira hondo si los olores te lo permiten y prepárate para conocer a los personajes más irritantes que surcan los cielos.

Bueno, pues vamos a empezar por el Tolosa, que es lo que nosotros conocemos como el que todo lo sabe y desgraciadamente el Tolosa es un personaje que no se limita a estar en los aviones porque puedes encontrarle en cualquier escenario de tu vida. Si hablas de informática, él le enseñó todo lo que sabía a Steve Jobs, si dices que te duele la cabeza ahí está él con su botiquín y sus conocimientos de chamán de pueblo, si le comentas que has estado en tal país te rebate como es todo aunque él no lo haya pisado nunca porque lo ha visto en un documental en la tele y eso le da más autoridad que la que puedas tener tú que sí que has estado.

Bueno, el caso es que él sabe lo todo, no responde preguntas, él las desmonta, las reinterpreta y te hace sentir como si hubieras vivido la ignorancia absoluta hasta el momento en que él iluminó tu camino con su vasto y muchas veces innecesario conocimiento. En definitiva, pues que el Tolosa es esa criatura mítica que ha leído un par de artículos en Wikipedia y ahora cree que tiene un doctorado en absolutamente todo.

Su frase de guerra es técnicamente y luego ya lo que siga y su superpoder pues es convertir en cualquier conversación ligera en una tediosa clase magistral y sin previo aíso y además sin pedirle a nadie su opinión así que ojalá y no te toque uno en un vuelo transoceánico y si te toca pues que la fuerza te acompañe. Luego está el que no respeta el espacio personal, que es ese ser que a pesar de haber comprado un solo asiento él actúa como si tuviera acciones en la aerolínea y derecho a expandirse libremente.

No importa si el vuelo dura una hora o doce porque este individuo hará de tu espacio vital su segunda casa. Su codo invade el reposabrazos con la autoridad de un conquistador del siglo XV, coloca su chaqueta encima tuya, se apoya en tu hombro si se duerme, en fin que este personaje maneja un código propio de etiqueta aérea que es el reposabrazos central no es un acuerdo de custodia compartida sino que es su trono. Su mochila no va bajo el asiento sino que la mete en el asiento.