Generador de Ideas 808: Ver el mundo con otros ojos, con Lluís Montoliu d4ep

Porque es muy fácil, como tú bien dices, dejar de ver, cerrando los ojos, todos nos convertimos en ciegos y es muy fácil percibir cómo ve el mundo que nos rodea una persona que no ve nada. Pero, ¿cómo ve el mundo que nos rodea una persona que ve mal o que no es que vea mal? Ve de una forma distinta al resto de las personas, ¿no? Claro, todos tenemos muy asumido que si un objeto es de color rojo, todo el mundo lo va a ver de color rojo. Pero ese color rojo es producto de una imagen que se forma en nuestra retina y para que nosotros lo podamos ver rojo, tenemos que percibir esa longitud de onda del color rojo.

Nosotros en nuestra retina tenemos sensibilidad al verde, al rojo y al azul. Cuando los tres están funcionando bien, pues prácticamente cubrimos todo el espectro, todo el arco iris, ¿no? Desde el violeta hasta el rojo. Pero cuando falla alguno de estas células de la retina, que las llamamos fotorreceptores, los conos, cuando falla alguno de ellos o muchos de ellos o todos ellos, o bien dejamos de percibir los colores o bien percibimos los colores de una forma distinta.

Hola, soy Lluís Montalú, investigador científico del CSIC y vicedirector del Centro Nacional de Biotecnología. Yo investigo sobre enfermedades raras que cursan con alteraciones en la visión y también me preocupo por alteraciones en la percepción del color por parte de las personas que tienen lo que llamamos como un daltonismo. No es que ellos vean mal, sino que lo vean de forma distinta. Y mi hijo, por ejemplo, tiene daltonismo y eso es uno de los motivos por los cuales a mí me ha interesado el tema.

Y claro, yo puedo utilizar unas herramientas que me permiten simular cómo ve él el mundo. Y claro, lo que yo veo verde lo ve gris y le digo ¿qué color es este? Y él me dice verde, porque toda su vida lo ha visto de ese color y desde pequeñito le hemos dicho que aquello que veía era verde. Y para él ese color de gris, esa franja de gris es verde. Y entonces pues esto es lo que nos sorprende.

Y lo que tenemos que ser es un poco más sensible y un poco más de tratar de integrar a toda la gente que está a nuestro alrededor, sobre todo cuando usamos imágenes o sobre todo cuando usamos algún tipo de presentación o salimos por la televisión o escribimos un artículo y queremos ilustrarlo. Porque hay un porcentaje nada desdeñable de la población que lo va a ver de forma distinta. Sabemos que es un 7%. Un 7% de todos los varones, de todos los chicos, tienen algún tipo de daltonismo. Un 0,4% de las mujeres. Hay muchas menos mujeres con daltonismo, pero las hay. Por ejemplo, nos parece muy lógico los semáforos.

Todo el mundo tiene integrado que el verde quiere decir adelante y el rojo quiere decir pararse. Y las personas con daltonismo lo que aprenden es a saber posicionar los colores.

La información no se la da el que sea rojo o verde. La información se la da el que esté encendida la luz de arriba o está encendida la luz de abajo. Entonces ahí se orientan por otra información que les llega, que es la posición de la luz. Pero cuando no existe esa posición, nos puede parecer muy bien a nosotros que haya un interruptor que diga encendido o apagado y que el encendido esté verde y el apagado esté rojo. Habrá una serie de personas que no sabrán si está encendido o está apagado porque no verán prácticamente muy similar estos dos colores.

Entonces, claro, uno tiene que ser sensible a estas diferencias y lo que tiene que hacer es acudir a todo el pantone de colores que tenemos. Tenemos un montón de colores y hay unos ciertos colores que da igual el tipo de alteración visual, del tipo de daltonismo que tengas, siempre se van a ver distintos. Y esos son los que deberíamos utilizar con preferencia.

Yo creo que el consejo sería ponerte en el lugar de los demás, ponerte en el lugar de las personas que perciben el mundo de color distinto. Y eso es realmente importante.