El faro - Jesús Relinque 2428

La luna deslumbrante asuman entre los árboles la oscuridad de la noche lo inunda todo y una tenue niebla comienza a aparecer adéntrate en el bosque busca el árbol viejo siéntate a su lado ponte cómodo cierra los ojos y escucha la historia que traen hasta ti las criaturas de la noche bienvenidos estos son los cuentos del bosque oscuro el faro de jesús feeling que día uno es difícil de creer pero he logrado encontrar trabajo y con cincuenta años largos debe ser cosa de magia el jefe rodríguez mera acaba de abandonar la oficina me ha dejado solo para que pueda comenzar mi primer día es una tontería ocultarlo nervioso que esto soy como si fuera un ladrón que trata de robar por primera vez me acomodo aquí en el despacho mientras disfruta de unas vistas que todos envidiarían el océano ese es mi fondo de pantalla solo que no es un fondo digital nada que haya sido creado con artificios de maestro del retoque fotográfico es el océano el de verdad la oficina un espacio acristalado circular diáfano todo para mí soy el dueño del corazón del faro bombeo su sangre blanca pongo en marcha el mecanismo para que sístole y diástole se turnen de forma indefinida ahora tú ahora yo no podemos parar el mecanismo debe perdurar por los siglos de los siglos hasta que el último barco de la tierra se convierta en un pecio abandonado por el tiempo y el hastío siempre me gustó escribir deseo que sepan disculpar mi torrente creativo entiendan que en este pequeño universo voy a disponer de un ejército de horas muertas para dedicarme a otros menesteres mientras que las manecillas del reloj giran al ritmo de las luces del faro de momento he decidido comenzar con esta humilde bitácora y luego con lápiz y papel nada de utilizar el teléfono inteligente la tablet de turno o el portátil hiper vitaminado voy a optar por lo tradicional a riesgo que me acaben llamando carcamal bien pensado no creo que exista ese riesgo es que queda alguien vivo que recuerdo es significado de esa palabra carcamal pasan las horas la madrugada se hace vieja resuenan en la puerta los tímidos golpes del sol las estrellas se preparan para entrar en letargo arrecian los embates del dios marino ese que mora en las profundidades del océano me he abrigado con una chaqueta una taza humea acerca del cuaderno en el que escribo todo lo que están leyendo es café del malo cápsulas genéricas aplastadas por los requemado circuitos de una cafetera baqueteado mi jefe el señor rodríguez tiene barba blanca y gafas metálicas pero ahí acaban los parecidos con el viejo de jurassic park este sí que repara en gastos miro el reloj son las ocho de la mañana ya ha amanecido hora de regresar a casa han sido doce horas de trabajo una paliza por suerte cada tres días podré disfrutar de otros dos de merecido descanso