Familia Rojiblanca 14 - 05 - 2025 4q5g4i

Muy buenas familia sevillista, una semana más, aquí estamos, con la voz al servicio del escudo, con el corazón en la mano y con la mente cargada de preguntas, porque al ser del Sevilla en estos tiempos es una mezcla de orgullo, preocupación y amor incondicional.

Vivemos días extraños en Nervión, el primer equipo transita por una de las temporadas más grises que se recuerden, una temporada sin rumbo claro, sin identidad, sin chispas Lejos queda esa versión europea, aguerrida y valiente, que nos hizo campeones de todo.

Hoy el Sevilla parece un equipo a la de Díaz, y la afición, cansada, exige y exigimos respuestas.

Y no sólo es cuestión de resultados, es la sensación de que falta alma, de que sobran excusas y faltan planes. El club vive tiempos delicados a nivel institucional y esa tensión se nota en el césped, en los micrófonos, en la calle.

El sevillismo es un volcán dormido, pero cada vez más cerca de despertar.

Pero como siempre ocurre en la familia, cuando hay sombra, también hay rincones de luz.

Y uno de ellos, sin duda, es el Sevilla femenino y el Sevilla atlético, que atraviesan un momento vibrante, este último en su lucha por el ascenso.

El fin de semana pasado, nuestro filial logró una victoria crucial por 1-0 entre Atlético Madrid y Betis. Y en nuestro estadio, en nuestro feudal, resonaba con un gol de De Isra Domínguez, que anota en el tiempo añadido y consolida al equipo en esa pelea por los puestos de play-off de ascenso a Sevilla.

Porque, además del ruido mediático que rodea al primer equipo, mientras se habla de cambio, de salida, de proyectos sin forma, las chicas y la cantera siguen compitiendo. En silencio, con humildad, con compromiso que honra el escudo. Así que sí, el Sevilla necesita reconstrucción. Desde arriba, desde la planificación, desde la base. Pero que no se nos olvide mirar también a donde sí se están haciendo un poquito mejor las cosas, en el sello femenino y en el Atlético.

Ambos merecen más visibilidad, merecen inversión y merecen que su ejemplo contagie a todo el club.

Hoy vamos a hablar de todo eso, del presente que duele, del futuro que urge y de ese sevillismo que resiste en las esquinas del club. Porque aunque estemos tocados, seguimos de pie.

Bienvenidos, bienvenidas. Esto es Familia Roja y Blanca. Empezamos.