
Episodio 54 - Don David intenta dar un discurso en su 6to año como vendedor de atoles en San Salvador 1ee4w
Descripción de Episodio 54 - Don David intenta dar un discurso en su 6to año como vendedor de atoles en San Salvador 6sc1d
El discurso se centró en las bondades y características de las piñuelas con las que elabora su atol, afirma que son traídas de Europa, cosechadas por la monarquía, con quienes mantiene relaciones de “cheros”. 136s5t
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
En este mi sexto año, como vendedor de atoles en esta zona, me considero el mejor y el único autorizado para ofertar mis productos autóctonos.
Nadie más puede estar aquí.
¡Sí que gambusino este don David! Sólo el quiere perpetuarse como vendedor de atoles en esta zona.
Esas son malas mañas las que está aprendiendo.
Mi padrino dice que las encuestas entre los atoles son muy buenas.
Vean amigos, estas piñuelas son traídas de países donde sólo hay realeza.
Donde los cultivos se dan de generación en generación, como las monarquías.
Pero yo respeto las monarquías, porque son muy amigables, respetuosas.
Somos cheradas pues.
Pero esas monarquías no son monarquías.
Yo respeto las monarquías, porque son muy amigables, respetuosas.
Somos cheradas pues.
Pero esas monarquías nos envían las mejores piñuelas.
Por eso yo las considero aliadas.
Y vos David, te estás disvariando.
Hablando de monarquías, de realeza.
¿Qué te pasa? Es que dice que le está rindiendo cuentas a los compradores de cómo hace sus atoles.
Y les está diciendo de dónde proceden sus productos.
Hasta traje de emperador tiene.
Y sí que le brían los de charol.
¡Santa virtud de los piñales! Este David se nos está disparando.
Yo le veo plantes de político.
En pleno invierno, catástrofes.
Hambre, persecución por parte de los no amigos del campo.
Y él hablando de las monarquías y sus piñuelas.
Ay San Jerónimo de las angustias, ayúdanos.
Observen cuánto les habían vendido un atol como este.
Solo con el humo nos llega su sabor.
Antes, los mismos de siempre, piña y harina le ponían.
Y ya lo vendían como atol de piñuelas.
Pero eso cambió.
En 500 años, vamos a revolucionar la forma de hacer atol.
La pinta a la niña y la Santa María se van a ir cargadas de mi bebida autóctona.
Envío especial para las monarquías.
Esto es democracia compartir mi atol con el otro lado del mundo.
Y a Don Soros le va a mandar padrino.
Luisita, no hables de Mr. Soros.
Mira que sultán puede ponerse angry.
Creo que mejor llevar fiesta en paz.
Pues miren niña Rachel, yo eso de llevar la fiesta en paz me da cosita.
A mí no me van a decir qué decir, qué no decir, cómo pensar, cuándo aplaudir, nombre.
Hoy si ya me siento como borrego.
Yo solo digo que país no bebe buen momento.
Y si decimos cosas que al rey filósofo no gusten, fácilmente nos envía a psicoc.
Y si dice que es periodista, peor.
Le cae la ley marcial.
Yo ni tengo miedo.
Luisita, Luisita.
No debes exponerte.
No busques problems.
A mí no me gustaría verme vestida de blanco con chanclas feas.
Oh my God.
Yo quiero libertad.
Por eso mejor mi boca cerradita.
Se ve más bonita.
No vamos a volver a los peores años de la esclavitud.
Aunque miren, nada más como tienen a los de yo cambio.
Haciendo escuelas, día y noche, día y noche.
Dicen que con eso les van a bajar la condena.
¿Cuál dicen los reos? Si ni han sido condenados aún.
Hoy sí van a ser 100 escuelas por día.
Como las están armando los privados de libertad, sabrá Dios.
Pero con los guaruras encima, pegan los ladrillos de 10 en 10.
Si a todos nos da miedo, nos vamos a paralizar, así como en el cuento de la bella y durmiente.
Dormidos vamos a estar todos mientras el sultán hace de las suyas.
No, Luisita.
Debes evitar problemas.
Si el sultán quiere pelear, tú dialogues.
Si el sultán quiere mentir, tú dices verdad.
Si el sultán quiere encarcelar, tú... tú...
¡Que corres, Luisita! Porque aquí no dan tregua.
Mira a la niña Ruth López.
Ahí está encerrada mientras arman el caso.
Aquí los tres poderes del Estado están amarrados.
No son independientes. ¡No, señor! A ver, pueblo, amigos, compradores.
No pongan atención a cortinas de humo.
Escúchenme.
En este sexto año de vender mis atoles, ustedes han visto como esta plaza ha mejorado.
Su sabor hace que se desborden las sonrisas.
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