Descripción de Episodio 3. Adquisición vs. Aprendizaje de lenguas 3h1p4h
En este episodio vamos a hablar de una diferencia esencial para entender cómo aprendemos lenguas y, sobre todo, cómo enseñar mejor el latín: la diferencia entre adquirir y aprender un idioma. 3g3zu
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¡Salvute omnes amici et amicae! Bienvenidos al tercer episodio de este podcast dedicado a transformar la enseñanza del latín.
Soy Germán González, docente de latín desde hace más de 25 años y un apasionado por la didáctica de las lenguas clásicas.
Además, soy fundador de la Academia Studia Humanitatis donde se imparten cursos de latín en los diferentes niveles del Marco Común Europeo de Referencia de las Lenguas y cursos sobre didáctica del latín.
Te doy la bienvenida a Estudio Humanitatis Podcast, el espacio donde redescubriremos juntos la enseñanza del latín como lengua viva, humana y cercana.
Y hoy vamos a descubrir juntos qué es exactamente este método que tantos docentes de lenguas están aplicando con éxito, también en nuestras aulas de latín.
En este episodio vamos a hablar de una diferencia esencial para entender cómo aprendemos lenguas y, sobre todo, cómo enseñar mejor el latín, la diferencia entre adquirir y aprender un idioma.
Esta distinción, formulada por el lingüista Stephen Krasen, no es sólo teórica, tiene implicaciones directas en el aula y es la base sobre la cual se sostiene todo el enfoque TPRS.
¿Qué significa aprender una lengua? ¿Y qué significa adquirirla? Cuando decimos que alguien aprendió una lengua solemos pensar en exámenes, reglas gramaticales y listas de vocabulario.
Pero, ¿eso garantiza que la persona puede usar esa lengua de forma real? Krasen distingue entre dos procesos.
Aprender una lengua es un proceso consciente y racional.
Se estudian reglas, se hacen ejercicios, se corrigen errores, sirve para analizar, pero no garantiza fluidez.
Y adquirir una lengua es un proceso inconsciente y natural.
Se produce cuando una persona está expuesta a mensajes que entiende en situaciones reales o simuladas con contenido significativo.
Un ejemplo muy simple.
Un niño de tres años conjuga verbos correctamente sin haber estudiado nunca gramática.
Dice yo quiero eso o ese niño se ha caído sin saber lo que es un sujeto o un tiempo verbal.
No lo ha aprendido, lo ha adquirido.
En cambio, un adulto puede saber perfectamente lo que es un subjuntivo, pero no saber usarlo con naturalidad en una conversación.
Bien, aplicado al latín, ¿qué hacemos normalmente en clase? En las clases tradicionales de latín solemos empezar por la gramática.
Primero las declinaciones, después los tiempos verbales, luego las traducciones.
Mucho análisis, mucha corrección, mucho diccionario.
¿Y qué es lo que ocurre? Los estudiantes aprenden a identificar el dativo plural o a traducir rosa, epulcra, esunt, pero no pueden comprender un texto sencillo sin traducirlo palabra por palabra.
No piensan en latín, solo lo diseccionan.
Pero, ¿y si el latín pudiera adquirirse como cualquier otra lengua? Eso es lo que propone el enfoque de adquisición, que el latín se aprenda entendiéndolo en contexto, escuchándolo, leyéndolo, interactuando con él.
Y aquí entra TPRS, un método que no pone el foco en memorizar, sino en exponer al alumno a input comprensible, es decir, a mensajes claros en latín que pueda entender sin traducir.
¿Qué condiciones necesitamos entonces para que se produzca adquisición? Krashen identifica varios factores clave.
Primero, el input comprensible.
El mensaje debe ser entendible, incluso si no se conoce cada palabra.
Ejemplo, Marcus est puer, Marcus in horto currit.
Repetición con variación.
Ver la misma estructura en diferentes contextos para consolidarla.
No repetir como un loro, sino vivirla en diferentes historias.
Tercero, interés y relevancia.
Si el contenido es interesante, el cerebro presta más atención.
Historias divertidas, personajes absurdos, drama, humor… Y por último, el bajo sentido.
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