'El joven Le Pen' 45243

Hola soy gonzalo altozano esto es la mesa de la cocina y el episodio de hoy se titula el joven le pen no es disparatado imaginar al gran tribuno de la derecha sa de niño cayendo en la marmita de la poción mágica esa que proporciona a quien prueba su contenido una fuerza sobrehumana su aldea más que gala bretona fue la trini te famosa por una estirpe en extinción los capos myers lobos de mar de acreditar hazaña cruzar a bordo de un velero el cabo de hornos donde la antigüedad habitaban los dragones los hombres de la familia le pen eran todos kapoor myers rara distinción que no llevaba aparejado ningún privilegio y si altas probabilidades de morir engullidos por el océano los hombres le pen también sabían contar per no leer la cadena la rompió jean mary para quien su padre había soñado un destino distinto al de naufragar en alta mar como don quijote el pequeño le pensé enfrascaba tanto en los libros que como se descuidara se le pasaban las noches leyendo de claro en claro y los días de turbio en turbio en su granero y no solo novelas de caballerías también cómics cantares de gesta relatos de edgar alan poe y a los poetas y novelistas del diecinueve no era llamaría un ratón de biblioteca ni siquiera de granero el pequeño reino afortunado de nuestro protagonista se extendía por toda la trinity más allá de los límites del hogar familiar pobre pero feliz entre sus co legionarios le pen era el primero en finalizar las discusiones a puñetazos sin acritud ni rencor como sus mayores esos marineros de blusa y pantalón de tela azul que tras una riña en el muelle se llaman la paz frente a media botella de vino ya entonces llamaría era un hombrecito de acción que soñaba con emular las grandes hazañas de los navegantes y los conquistado tres no en vano le pen en bretón significa líder jefe solo los jesuitas con toda su pedagogía de siglos una pedagogía de letra con sangre que entra lograron doblegar su espíritu cimarrón al internado de la compañía en vanessa lo mandaron sus padres haciendo un esfuerzo para el que toda becas resultaba en sufí siente allí estudió dos cursos el hijo y nieto de pescadores grumete ocasional el mismo se ganó el respeto de sus compañeros de mejor posición que él por su inclinación a todas las violencias y ese prestigio que otorga a los doce años haberse iniciado en los placeres de la carne con una vecinita en el internado le pen escucho el discurso del mariscal peten anunciando el armisticio como si el anciano hubiese tenido otra salida con un millón de soldados de la berma ocupando francia el colegio una reproducción a escala mínima del país se dividió en go listas y pedalistas ingenuo jean mary llegó a fantasear con una alianza entre el soldado anciano y el joven una alia onza para hacer frente al enemigo y servir a la nación pronto sus sueños se reveló como imposible con los años sus simpatías se decantaría del lado de petén considerando de gol un vengativo ajustador de cuentas y un irresponsable sembrador de cizaña su iración creciente por peter no fue tanta para llenar el hueco dejado por el padre muerto tras pescar una mina que estalló en cubierta un sargento del ejército de ocupación alemán por supuesto les dio la noticia a él y a su madre ésta advirtió a jean-marie ahora eres el hombre de la casa a sus catorce años el pequeño le pen interpretó estas palabras como un vice para dejar el hogar y enrolarse en el maquis las partidas armadas contra el invasor en su marcha llevó consigo en el bolsillo trasero del pantalón una pistola del calibre seis treinta y cinco herencia de su padre la aventura duró dos días al regresar la madre le recibió con un sonoro bofetón llamar y lo interpretó como una condecoración de guerra ni siquiera con la roja insignia del valor impresa en su canal le pen renunció la promesa que se había hecho asimismo frente al cadáver de su padre vengar su muerte cobrándose la vida de un alemán la oportunidad se le presentó en forma de cogote ario rasurado a tiralíneas pero le pareció poco honorable liquidar a un hombre por la espalda por enemigo que fuera su vocación no era la de terrorista o sicario era la de soldado en mil noveciento dos cuarenta y cuatro con dieciseis años quiso enrolarse en el ejército para su decepción el oficial responsable de la oficina de reclutamiento le aconsejó volver a casa con su madre y preparar el a la universidad lo hizo en el instituto de vanessa sin demasiado entusiasmo el único aliciente para asistir a clase era que las matemáticas no las impartía un cura sino un una profesora de bonita mirada y largas y sugerentes piernas con la milicia iba dibujándose en el horizonte del joven le pen otra de sus grandes pasiones las señoras le pen no pudo lograr su sueño de estudiar en una de las grandes escuelas nacionales vivero de las élites si en cambio matricularse en la facultad de derecho de parís con una beca