
Documental FAST El Oído Del Universo 6w30c
Descripción de Documental FAST El Oído Del Universo 513tw
El documental FAST: El oído del universo es una producción de la serie Somos Documentales de RTVE, dirigida por Fabrice Gardel. Con una duración de 51 minutos y 31 segundos, ofrece una mirada detallada a la construcción y funcionamiento del radiotelescopio FAST (Five-hundred-meter Aperture Spherical Telescope), el más grande del mundo, ubicado en la provincia de Guizhou, China. Este instrumento científico tiene un diámetro de 500 metros y es capaz de detectar señales de radio provenientes de objetos a decenas de miles de años luz de distancia. Su construcción representó un desafío técnico sin precedentes, especialmente por su ubicación en el corazón de las montañas chinas. 203j6a
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
En el corazón de un bosque del suroeste de China se esconde un coloso de metal.
Esta estructura gigantesca es FAST, el radiotelescopio más potente y sensible del mundo.
Un monstruo de 500 metros de diámetro y 10 toneladas, diseñado y construido por China.
La megaestructura busca señales lejanas que puedan revelar los secretos del cosmos.
Secretos que permitirán cartografiar la Vía Láctea y descubrir la fuerza de la que depende la expansión del universo. Y tal vez, incluso captar señales de una civilización extraterrestre.
La primera palabra que me viene a la mente es alucinante. Las cifras son vertiginosas.
Las obras duraron 10 años. Contaron con miles de obreros. Las condiciones de trabajo fueron muy duras. No resulta fácil acceder al lugar. Una estructura de acero de 5600 toneladas, el equivalente al peso de 40 ballenas azules. Un reflector de 150.000 metros cuadrados.
Capta ondas de radio provenientes de los confines del espacio. Un receptor con 19 antenas multifrecuencia que capta señales del cosmos con una definición nunca antes alcanzada.
Es la primera vez que se trabaja a una escala tan grande. La primera vez en el mundo. Hemos seguido la construcción de este proyecto faraónico durante 10 años. Vamos a revelarles los entresijos en primicia. FAST, el oído del universo. Este es FAST, un radiotelescopio gigantesco.
Tiene como objetivo aumentar nuestro conocimiento del universo. Capta ondas de radio procedentes de los confines del cosmos. Ondas que los telescopios ópticos no pueden captar. Funciona las 24 horas del día, los 7 días de la semana. En FAST todo es descomunal. Es un monstruo de metal de 10.000 toneladas. Posee seis torres gigantescas que alcanzan los 170 metros. La estructura de acero mide más de un kilómetro y medio. El reflectante está compuesto por un mosaico enorme formado por 4.450 es. Mide 500 metros de diámetro. La cabina de recepción equipada con herramientas informáticas ultramodernas es un auténtico compendio de innovación. Es el telescopio más sensible del mundo.
Numerosos científicos tienen puestas en él sus expectativas para realizar descubrimientos. La fabulosa aventura de FAST comenzó en 1993, cuando astrónomos de mundo se reunieron en Kioto. Observaron un problema grave. En unas décadas, los científicos no podrían observar el cielo desde la Tierra. Un nefasto balance cuyo responsable no era otro que el hombre. El boom tecnológico de los 30 años anteriores había provocado una terrible contaminación electromagnética imperceptible a simple vista. Ondas que perturban la eficacia de los radiotelescopios. El futuro de los radiotelescopios no está garantizado. Reaccionaremos antes de que el hombre destruya nuestra capacidad de captar ondas de radio.
A raíz de la alarmante observación, China sugirió construir un radiotelescopio con un único reflector. Sería el más grande del mundo. Un radiotelescopio de 500 metros de diámetro que permitiera escuchar las ondas del universo con una precisión y alcance sin precedentes. Los chinos darían rápido a científicos de todo el mundo. Era algo genial. En el verano de 1994 se dio el pistoletazo de salida. El primer paso era una tarea difícil. Ingenieros y científicos debían encontrar la perla rara. La ubicación ideal para instalar el radiotelescopio. Todo un reto porque el pliego de condiciones era muy exigente. Para construir un telescopio tan grande hay que encontrar una depresión natural en una roca lo suficientemente sólida como para soportar una construcción de este tipo.
Los ingenieros chinos salieron en busca de una cuenca natural de al menos 600 metros de ancho. Iban equipados con una herramienta de mediciones topográficas capaz de detectar cualquier mínimo detalle de la composición del suelo. Oh, evaluaron diferentes lugares en toda China para dar con el emplazamiento perfecto. Después de más de 10 años de búsqueda, en ocasiones comparable a la del Santo Grial, por fin vieron con un lugar único y excepcional al suroeste de China. La primera vez que fui, me encontré con un sitio mágico, un paraíso. Era un lugar salvaje. Primera ventaja. La cuenca natural de 800 metros de diámetro estaba aislada.
El núcleo urbano más cercano se encuentra a unos 70 kilómetros. La distancia cumplía el primer requisito de FAST, estar protegido de las ondas de radio que produce la civilización. Todas las interferencias de radio habían desaparecido. Tenías la sensación de estar completamente solo, rodeado de colinas. Segundo requisito.
El suelo debía poder soportar el peso considerable de FAST. El peso estimado de la megaestructura eran 10 toneladas. El peso de la torre Eiffel. Otra ventaja. Un suelo kárstico muy resistente, que cumplía totalmente los requisitos del pliego de condiciones. La roca es dura. Cada metro cuadrado puede soportar cientos de toneladas.
Cumplía nuestras exigencias de resistencia. Por último, la cuenca tenía otra ventaja.
Drenaba perfectamente el agua de lluvia. Una inundación supondría un auténtico desastre.
Allí habría miles de toneladas de metal.
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