Diana: "Conozco cada vez más a los hombres, pero no dejo de creer en el amor" 4t6q4p

Bueno, que conocemos cada día más y aprendemos.

Algo que estamos trabajando es con hombres.

Entonces, de pronto sí vemos como mala realidad y tenemos que aceptar todo lo que podemos rodearnos o que nos pase con una relación.

Pero no dejo de creer en el amor.

Estás escuchando Escort, una historia oral de la prostitución en España.

Mi nombre es Diana, soy de Colombia y tengo 34 años.

Muy bien.

¿Llevas mucho en España? No, llevo un año.

Un año.

¿Viniste para este trabajo? No.

No, viniste para otro tipo de trabajo.

Sí.

¿Y qué pasó? Pues vi que era como un medio más rápido como para lograr lo que quería.

Bien.

Entonces...

¿Cuál era tu objetivo? Soy esteticista y pues quería trabajar aquí lo que hago.

Sí.

Pero vi que igualmente no me iba a alcanzar para lo que quiero.

¿Y qué quieres? Bueno, tengo muchos proyectos como tener una casa, poderle dar un buen futuro a mi hija.

¿Tienes una hija? Sí.

¿De cuántos años? De 12.

12 años.

¿Está allí en tu país? Está en Colombia.

Bueno.

¿Allí qué hacías en Colombia? ¿Eras esteticista? ¿Trabajabas como tal? Sí.

Trabajaba la parte estética y también trabajaba como modelo webcam.

Bueno.

Y, a ver, tú vienes a España.

¿Cómo vienes? ¿Con un visado turista? Sí, como turista.

O sea, que viniste para tres veces.

Sí.

Vine a pasear y me quedé.

¿Y qué pasó después de esos tres meses? Encontré trabajo como esteticista.

Sí.

Pero, como te digo, igual no me alcanzaba para sobrevivir aquí y los gastos de mi país.

Ya.

¿Podemos recordar cuánto te pagaban en ese trabajo? ¿Cuánto ganabas al mes? A lo que me hiciera.

¿Eh? A lo que me hiciera.

O sea, voy a ganar 30, 40 euros el día.

Sí.

Porque, pues, las personas no conocen mi trabajo.

Entonces, tendría que primero pasar un buen periodo.

Pero entonces, claro, en aquella época, ¿tú ganabas al mes cuánto dinero? ¿Al mes? Sí.

Bueno, pues, por ahí 400, 500.

¿500 euros al mes? Sí.

Con eso tenías que vivir en España y tenías que mandar dinero a casa.

Sí.

¿No te daba para ganar? Todavía no.

Porque de por sí los trabajos de estética lo pagan esa porcentaje.

Ya.

Y si no tienes un contrato, pues, menos.

Te pagan un poco menos.

¿No tenías contrato? Por tanto, tampoco tenías seguridad social.

No.

No tenías nada.

Nada.

Lo que podías sacar con tu trabajo, con la...

Lo que pudiera ser.

Y después de que descontaran la comisión que se llevara la persona que te conseguía el trabajo.

Exacto.

Bien entendido.

Bien.

Entonces, hay un momento en que tú dices, esto es imposible.

Y entiendo que iniciaste este trabajo.

Sí.

¿Cómo es ese paso? Voy a conocer, escribí, busqué por internet.

Y llamé y me dieron una cita.

Vine, conocí.

Y me dijeron, si quieres, puedes trabajar.

Que fue algo, un salto muy brusco porque nunca había trabajado en esto.

Viniste a este local donde estamos.

Sí, precisamente aquí.

Ya.

Bueno, y nos podemos detener un poquito en ese salto.

Sí.

¿Podemos explicar cómo fueron el primer día, los primeros días? ¿Lo recuerdas? Sí, sí, claro.

No se me va a olvidar.

Ya.

El primer día que llegué fue el mismo día de entrevista.

Entonces, ese mismo día me dijeron que sí podía trabajar.

Y yo dije que sí.

Pero fue algo bastante duro porque como no lo había hecho, salir a un lugar donde había muchas chicas y me iba a encontrar con hombres.

Entonces, fue como algo bastante...

¿Violento? Sí.

¿Lo pasaste mal? No, no, no.

Pues no la pasé mal, pero como soy muy tímida, entonces como llegar a hablar con las personas fue lo que más se me dificultó.

¿Recuerdas la primera vez que subiste con un hombre? Sí.

¿Cómo fue? Fue algo tranquilo porque siempre el primer día sabían que...

Yo les daba a entender que era mi primer día.

Ya.

Entonces, pues poco a poco fui conociendo cómo se manejaba, al gusto del cliente y todo.

Cuando después de ese primer trabajo tú te quedas sola, podemos recordar que...