Derroteros: Cuatro, con Santiago Alba Rico (CARNE CRUDA EXTRA) 4l5j

Adiós, Eva.

Hasta el lunes, buen finde.

Igualmente.

Pásalo bien.

Camino.

Dirección.

Medio tomado para llegar al fin propuesto.

Conjunto de datos que indican el camino para llegar a un lugar.

Bueno, ¿qué? ¿Nos vamos? Dirección que se da por escrito para un viaje por el mar.

Para seguir, buen finde.

Buen finde.

Libro que contiene un derrotero.

Hasta luego.

Línea marcada en el mapa de mareas para guiar a los pilotos.

Ororú.

De.

Derroteros.

Ororú.

De.

Derroteros.

Dos.

Pensar paseando con Santiago al barrico.

¿Qué tal, Santi? ¿Cómo estás? ¿Qué tal, Javier? Me alegra mucho escucharte de nuevo y poder anudar esta conversación.

Esta conversación, a partir de los números, no sé si vas a saltar del 3 al 4 o piensas irte a otro diferente.

Voy a pasar al 4.

Luego ya del 4 sí que daremos un salto al 7, pero ahora el 4 creo que todavía tiene poder simbólico suficiente para que le saquemos algo de punta.

Sí, ¿qué puedes decirnos de este número? Bueno, dentro de lo que ya sabemos viene del cuatuor latino, que es una raíz indoeuropea, que da lugar también al griego tetra, de donde se forman palabras como tetraedro o tetralogía.

En euskera se dice lau, en catalán catr, en galego catro, y bueno, en fin, lo que yo me plantearía es, por un lado, su valor simbólico, pero quizá antes preguntarnos en qué campos de la vida o en qué ambos de la vida el 4 domina.

Y yo diría que hay uno fundamental, que es la geometría.

El cuadrado.

El cuadrado y el rectángulo, lo que son cuadriláteros los dos.

¿Y dónde son dominantes los cuadrados y los cuadriláteros? Pues claramente en el espacio humano, en la naturaleza, hay esferas, tenemos los frutos, por ejemplo, en la Tierra y tenemos en el cielo, tenemos los planetas, la luna, el sol, pero en la naturaleza no hay cuadrados.

Pensando sobre el cuadrado me llamaba la atención esta ausencia de cuadrados en la naturaleza.

En la mineralogía, de alguna forma, cúbica hay, pero son escasísimos.

Y en cambio, si miras a tu alrededor, estamos rodeados de cuadrángulos, ángulos rectos, cuadrados y cuadriláteros.

Tenemos casas, ventanas, puertas, libros, pantallas, los cuadros, cajas, cajones, ladrillos, baldosas, o sea, todos son cuadrados.

Incluso te diría que cuando en la naturaleza queremos limitar el espacio, lo hacemos en parcelas cuadradas o rectangulares.

Exactamente, de eso se trata.

Yo creo que hay una relación muy estrecha o muy íntima entre el cuadrado y la Tierra.

La Tierra con mayúsculas es redonda, pero digamos que hemos metido un gran cuadrado dentro y a su vez lo hemos dividido en muchos cuadraditos más o menos pequeños.

Hay una relación muy clara entre la geometría y la agrimensura, entre la formación abstracta de figuras geométricas y este origen, que es previo, como cuenta muy bien Michel Serres, el filósofo francés, de la necesidad de dividir la Tierra, de las lindes y las fronteras.

Y si quieres, por desgracia también, de la propiedad de la Tierra.

Hay una relación, si quieres, por tanto, entre el cuadrado y el neolítico.

Es un mundo en el que, de alguna manera, los seres humanos se vuelven sedentarios, empiezan a construir ciudades y se reparten la Tierra, con lo que eso significa también de introducción de un orden jerárquico en el mundo.

Me gusta en todo caso, fíjate, Heródoto, cuando habla de la agrimensura, de los primeros agrimensores, Heródoto, que siempre estaba obsesionado con Egipto y que todos los inventos se los atribuía a Egipto, pues él hablaba, en efecto, de Sesóstris, del faraón Sesóstris, y de la necesidad de todos los años volver a dibujar las lindes de Egipto tras las crecidas del Nilo.

El Nilo crecía y se llevaba todas las lindes, todos los límites, todos los mojones.

Entonces, digamos que la agrimensura era un oficio istrativo, funcionarial, importantísimo.

Había casi un millón de agrimensores.