El Dátil de E.T (Tem 3) Especial con Juan Rada "Delatados por el más allá" 5wd1z

¡Hola amigos, bienvenidos al Dátilete! ¿Qué tal estáis? ¿Cómo va esa vidaca? Llevabais tiempo algunos demandando en el Dátil que habláramos algo de True Crime, así que este es vuestro programa porque traemos al gran Juan Rava, director de ese periódico que se llamaba El Caso, y hablará de asesinatos resueltos desde el más allá.

De largo el sorito se va a comer este podcast enterito.

Referente en este país tenemos la suerte una horita y pico con estos casos que no os van a dejar indiferentes a nadie.

Y sin más dilatación os dejo con el maestro, el fenómeno, el increíble, el majestuoso Juan Rava.

Soy Álvaro Mosqueo y ¡arrancamos! Buenas noches.

A los periodistas que nos dedicamos a la crónica negra nos gustan los hechos constatados, con pruebas, testigos y demás, como en un juicio.

Yo no solemos creer mucho en casos producidos y mucho menos resueltos por fuerzas paranormales, sobrenaturales, pero a veces ocurren ocasiones en que es así, casualidad, poderes del más allá, a saber.

De todos modos siempre se ha comentado que los investigadores policiales recurren a videntes en crímenes de difícil solución, especialmente de desaparecidos.

Algo que no suelen reconocer, sobre todo en España, pero que es cierto.

Hay que tener en cuenta que pocas veces, muy pocas, los profesionales dedicados a labores esotéricas aciertan.

La mayoría de ellos no pasan de ser vendedores de humo, auténticos cuentistas que prodigan sus dotes adivinadoras en pequeños canales de televisión, radios y consultas privadas con escaso o nulo acierto.

Aunque de vez en cuando se produce alguna excepción, como estos casos que voy a comentar, los titularía delatados por el más allá.

En fin, a finales de 1986, en el semanario de sucesos del caso, titulamos en portada, a toda plana, la venganza vino del más allá.

¿Qué había ocurrido? Esto sucedió en Barcelona, ya digo, a finales de aquel año, casi en puertas de unas navidades.

Antonia Torres Sánchez era una joven emigrante que vivía en Zaragoza.

Su numerosa familia se mudó desde la localidad cordobesa de Baena a Tarragona, concretamente a Tortosa. Buscaban, con tanta gente traslada de una zona a otra, un futuro mejor. Eran diez hermanos y algunos encontraron trabajo en otras localidades de la zona. Ella se tuvo que desplazar a Zaragoza, donde se colocó en el servicio doméstico y después ya entró como vendedora en una fábrica de productos de limpieza. En fin, cuando empieza a ocurrir el suceso, como dijéramos, los orígenes, tenía ya 19 años y quedó embarazada.

Tras cinco meses de gestación, se presentó en la comisaría y denunció a su novio por estupro. Su novio era un joven.