Daredevil: Born again | Capítulos 8 y 9 | | Análisis de capítulos | Disney + 6a381m

Vamos a ello. Alejandro, buenas noches. Buenas noches a todos, los que estén, los que hayan estado, los que estarán. Hoy llegamos al final de nuestro análisis de Born Again.

¡Qué lástima! ¡Qué lástima! Porque lo hemos dejado en un punto tan alto que uno casi desearía que esto continuara al menos nueve episodios más. Qué menos, ¿no? Qué menos para la alegría tan maravillosa que yo... Debo confesar una cosa. Hacía mucho que no aplaudía y no saldaba del asiento por algo, pero esta serie me ha dado ese momento.

Me ha dado ese momento. No puedo estar más contento. Debería haberme visto a Alejandro a las cuatro de la mañana ayer... Bueno, hoy, en realidad. Aplaudiendo, diciendo ¡Ole tus cojones, Marvel! ¡Ole tus cojones, Disney! Habéis llegado a un sitio en el que yo me quiero quedar. Pero he llegado a este punto ya para despedirme. Así que ya está. Vamos a celebrarlo y vamos a alargarlo todo lo que podamos.

Alejandro, sensaciones. Vamos con las sensaciones porque esto... Antes de nada, yo hoy quería hacer una cosa. Quería hacer una cosa, pero hasta yo tengo límites. Hasta yo tengo límites. Porque hoy yo venía directo a... He estado a punto. He estado a punto. A punto. Pero digo, me tendría que quitar los cascos. Pondría esto perdido de pelo. Pero he estado a esto. Te lo aseguro.

Pero bueno, ya está. Otra vez será. Bueno, no pasa nada. ¿Era para convertirte en Kim Kino? ¿O para hacerte un Mr. Shave? Ya tengo el físico. El pelo es lo que me sobra. ¿Qué quieres que te diga? Bueno, oye, la segunda temporada igual...

O para el programa de las tres temporadas de Netflix. La noche es joven y la vida un mes. También, también. Pues sensaciones difíciles. Porque yo lo he sentido como un poco cierre de etapa e inicio de algo mucho mayor. Y me da rabia por un lado tener que esperar un año, pero por otro me da la tranquilidad de que solo es un año. Estamos acostumbrados a que ahora las cosas tarden dos y tres y cuatro años en volver. Así que por lo menos me da la tranquilidad de que lo vamos a ver pronto. Pero vaya doble episodio final.

Se nota que vuelven los del primero. Se notan un montón de cosas. Y ese es lo que más evidente. Coge el testigo de Netflix y sube la apuesta. Y sube la apuesta en algunos puntos.

Me ha gustado mucho. Me ha gustado mucho porque tampoco se traiciona a sí misma. Es coherente con Born Again y es coherente con la serie de Netflix. Y bueno, pues que es una fiesta.

El último capítulo es una fiesta absolutamente. Hay una cosa quizás hacia el final que no me encorja. Pero que creo que tiene lógica también narrativa. Es más un poco un deseo mío que otra cosa. Ya, probablemente hasta sea lo mismo que a mí me está faltando. Pero bueno, es por ese impacto que habría sido como demasiado cojonudo. Pero bueno, llegaremos a eso.

Yo quiero hacer esto de... vamos a tantear un poco nuestros sentimientos, porque llegado a este punto están a flor de piel. Y por supuesto, estoy hablando por mí, pero me atrevo también a hablar por ti porque desde que empezamos no ha dado para mucha conversación. Lo hemos pasado muy bien. Hemos celebrado la serie. Pocas cosas no nos han gustado. Incluso lo que parece que no nos ha gustado un poco, hemos sabido encontrarle un cajón en el que meterlo.

Pero joder, yo estoy de enhorabuena Alejandro y me resistiría a llamarlo de otra forma. Porque vamos a hablar de estos dos episodios como si fueran uno, porque este clímax final ya empezaba en el anterior episodio. Yo tengo que hablar de algo urgentemente. El momento cabeza. Ese fue el momento en el que yo me levanté, empecé a aplaudir al grito de ole tus cojones. Yo recuerdo cuando la montaña destrozó el cráneo de Oberyn Martell durante el torneo. Aquí lo he spoiler. Madre mía, cómo vamos, el capo es la puta.

Da igual. Ya no es spoiler. Cabeza. En época de sandías, todos pisamos una. Y joder, creo que está perfectamente encajado narrativamente. Como decía este personaje, me encanta. El comisario dice Y entonces a Kimping, a Fisk, le vuelve la mirada. Le vuelve la mirada.