CUIDA TU INTESTINO, CAMBIA TU ÁNIMO y DUERME MEJOR | Trucos, Testimonios y una Historia de los 70 6b1p

Hola, hola amigos y amigas. Bienvenidos una semana más a nuestro canal Salud Inteligente. Soy Sento Segarra y hoy os traigo un directo lleno de temas que nos tocan muy de cerca. Salud intestinal, descanso profundo y hasta una friega mágica de los años 70 que me dejó un recuerdo bastante importante. Ya que empezáis por aquí y si podéis darle dedito hacia arriba al like y así me ayudáis un montón a que el contenido vaya llegando a más gente que puedan necesitar de esta información. Para vosotros no supone nada, para mí me hace mucho mucho bien y si es la primera vez que llegas al canal o si aún no te has suscrito te invito a hacerlo ahora mismo. Aquí hablamos de salud, intentamos ofrecer conocimiento útil y herramientas prácticas para cuidarnos de forma natural y lo más efectiva posible. Hoy voy a repasar con vosotros algunos de los mejores comentarios que habéis dejado en dos vídeos que la verdad es que han despertado bastante interés.

El primer vídeo trata sobre la conexión que puede ser sorprendente pero la verdad es que la ciencia habla mucho ya de ello entre el intestino y nuestro estado de ánimo. Hablaremos del papel de los probióticos y de cómo puede ayudarnos aunque estemos sanos. El segundo vídeo está centrado en lo que ocurre por la noche, esas horas en las que deberíamos estar durmiendo pero muchas veces no lo conseguimos. Si tienes diabetes, prediabetes o simplemente pues chico no duermes bien hay bebidas naturales que pueden ayudarte de una forma sencilla. Y para remate del tomate os traigo una historia personal que nadie conoce porque yo creo que ya nadie se acuerda de esa historia, no sé si mi familia alguien se acordará, que fue una vez que mi madre me llevó a una señora muy mayor a la que en mi historia yo le pongo un nombre, ya lo veréis, y espero que sea una historia entrañable, divertida, de la que podamos sacar también alguna información útil.

Así que si estáis listos vamos a empezar. Gracias por estar aquí, vamos con el primer comentario de la tarde. En este vídeo hablábamos de que hay un antidepresivo natural que puede estar ya en tu intestino y es que los investigadores de la Universidad de Oxford... espera que se me está cascarreando la voz, madre mía, menos mal que me he hecho un té de manzanilla y jengibre, pero que quema como el demonio. Lo que decía, investigadores de la Universidad de Oxford han llevado a cabo un ensayo doble ciego, controlado por placebo, en personas que tenían diagnosticadas con algún trastorno mental y este estudio duró 28 días. Un grupo tomó placebo y otro grupo tomó probióticos, entre ellos bifidobacterium y lactobacillus disuelto en agua. Los resultados que observaron es que a partir de la segunda semana quienes habían tomado probióticos tenían una mejoría emocional.

Los cuestionarios que se hacen habitualmente sobre ansiedad y depresión la verdad es que no mostraban ninguna diferencia o no mostraban diferencias claras entre los dos grupos, pero hicieron un segmento diario del estado de ánimo que la verdad es que resultó muy importante porque quienes tomaban probióticos sí que es verdad que en ese cuestionario diario del estado de ánimo se sentían mejor emocionalmente. Decíamos que la mejoría no era euforia sino simplemente una reducción de la negatividad, algo que realmente destaca si lo comparamos con algunos efectos de los medicamentos convencionales que sí que afectan a las emociones. Hablábamos aquí del eje intestino-cerebro y es que existe una comunicación constante entre nuestro intestino y nuestro cerebro y se regulan emociones, concentración, apetito, inflamación muy importante.

Recordábamos que el 95% de la serotonina se producía en el intestino. Los probióticos equilibran la microbiota y reducen la inflamación de bajo grado que está muy relacionada con la depresión y también con la ansiedad. Decíamos que las personas más cautas o con aversión al riesgo eran las personas que más mejoraban con los probióticos. Esto lo que nos decía es que el efecto de los probióticos en nuestras emociones