El Cuerpo No Olvida: Memoria Dependiente del Estado 3412p

Nuestro cerebro registra experiencias junto con el estado emocional y físico del momento, creando lo que se llama memoria dependiente del estado. Esto explica porque ciertos estímulos, como olores, sonidos o texturas, pueden activar recuerdos intensos años después, haciendo que el cuerpo reaccione como si reviera la situación original.

El mecanismo ocurre en el sistema límbico-hipotalámico, donde la amígdala, centro emocional y el hipocampo memoria, se conectan con el hipotálamo, que controla respuestas físicas como el ritmo cardíaco o la sudoración. Cuando vivimos un trauma, este sistema graba todos los detalles sensoriales junto con la respuesta de estrés extremo. Dos casos lo ilustran.

Rogel, veterano de guerra, se tira al suelo al oír autos petardeando, reviviendo el sonido de morteros. Laura, sobreviviente de abuso, siente náuseas con un perfume similar al de su agresora. Estas reacciones no son voluntarias. Son el cuerpo ejecutando un programa de supervivencia grabado durante el trauma. La paradoja es que, aunque la persona sabe que está segura, su cuerpo no lo cree. La buena noticia es que este sistema es modificable mediante terapias que 1. Desacondicionan respuestas automáticas, como MDR o hipnosis.

2. Reinterpretan los estímulos asociados al trauma.

3. Reintegran la conexión mente-cuerpo con Mindfulness o Yoga.

4. El proceso no borra la memoria, sino que le quita su poder disruptivo.

Como explica la teoría de Rossi, 1986, cada vez que accedemos a esos recuerdos en un estado de seguridad, estamos reprogramando la respuesta. Esto demuestra que el trauma no es solo psicológico, que ha inscrito en el cuerpo. Pero también prueba que la sanación es posible cuando entendemos este diálogo mente-cuerpo y trabajamos con él, no contra él. No se trata de que el cuerpo olvide, sino de que aprenda una nueva manera de recordar. Sería el mensaje clave.

La plasticidad cerebral nos permite reescribir estas conexiones, aunque requiera tiempo y herramientas adecuadas. Esto explica por qué frases como, ya superalo, son inútiles. El trauma no está solo en la cabeza. Está en las tripas, en la piel, en los reflejos. Pero también prueba que sanar es posible. Si te identificas con esto, busca un terapeuta que entienda ese DMLV. Y si conoces a alguien que vive así, no minimice su dolor. Su cuerpo está atrapado en un tiempo que ya pasó. Comparte este episodio si crees que le puede ayudar a alguien.