Cuaresma en año jubilar 2w6d6k

La cuaresma, ya lo sabéis, voy a simplemente recordar lo más rápidamente posible algunas pues algunas ideas, es decir, algunos aspectos de la realidad de la cuaresma para situarnos y luego me gustaría profundizar o detenerme un poquito más en algún otro aspecto. Pues ya sabemos primero que los tiempos litúrgicos son una iniciativa divina para actuar en nosotros y nosotros los recibimos, queremos recibirlos, tal como Dios Padre nos los ofrece y la manera principal de recibirlos es escuchar las palabras de Cristo, así de hecho pues nos lo va a volver a decir, a recordar eficazmente el primer domingo de cuaresma, no sólo de pan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Lo primero en los tiempos litúrgicos es escuchar.

¿Y qué escuchamos? Pues la palabra que Dios Padre nos dice por medio de la iglesia y entonces se trata fundamentalmente de escuchar cada día, ojalá en la misma participación de la misa, pero si no es posible la lectura reposada, meditada, con fe, con esperanza de los textos litúrgicos, eso es lo primero que hay que hacer en todo tiempo litúrgico, es decir, en el año litúrgico en conjunto.

Como digo siempre el misal es el primer libro de la vida espiritual de todo cristiano, el misal pues leído, meditado, es decir, la palabra de Cristo en la iglesia escuchada por nosotros. ¿Para qué? Pues ya lo sabéis, para buscar, para fijarnos en qué nos dice Jesucristo de sí mismo, porque lo principal en la vida cristiana es el conocimiento amoroso de Cristo y en él del Padre y del Espíritu Santo, en segundo lugar para buscar cómo se manifiesta el amor que nos tiene y en tercer lugar qué dones quieren concedernos, es así de sencillo, porque el año litúrgico y en particular la cuaresma pues no es en primer lugar un tiempo de hacer cosas sino de escuchar mejor, lo primero no es a ver qué tenemos que hacer sino cómo podemos escuchar mejor la palabra eficaz que Jesucristo nos dirige.

Al servicio de esto en la cuaresma está la insistencia en el símbolo, en la imagen del desierto, porque el desierto es el lugar donde se pueden escuchar todos los ruidos, los sonidos del desierto, no los de fuera, claro, no se puede escuchar la radio, no se puede escuchar, no sé, pues conversaciones con otros, no se puede uno distraer viendo películas, pero cuando se hace el silencio se oye todo, no sé si en el desierto habrá grillos, pero si los hubiere pues escucharían los grillos, se escucha el susurro del viento, se escucha pues el aullido de los chacales, si está tapado con los ruidos pues no se oye nada, entonces la cuaresma nos invita también eficazmente de parte de Dios Padre a excluir de nosotros en la medida de lo posible los ruidos, las atenciones, las distracciones para centrarnos más y mejor en la escucha de la palabra de Cristo.

Es malo, es pecado ver la televisión, porque por supuesto depende de que se vea, claro, pero en cuaresma seguro que Jesucristo quiere ofrecernos que no veamos la televisión, si no es necesario, si no hay una razón positiva, o al menos que reconozcamos, que nos ayude a reconocer lo apegados que estamos a los ruidos, a las distracciones, porque todo eso nos impide, nos dificulta al menos escuchar las palabras de Cristo de verdad. Por eso el desierto es la imagen de la cuaresma, somos invitados a entrar en el desierto y eso debería notarse, deberíamos notar y probablemente lo deberían notar también los demás a nuestro alrededor, pues que estamos menos pendientes del móvil, que vemos menos la televisión, que estamos menos pendientes de noticias a las que nos puede llevar la mega curiosidad, pues ahí cada uno vemos delante de él.